¿La última función del ídolo? Gignac y la final que puede marcar su despedida de Tigres | OneFootball

Con pancartas de “la última y nos vamos” en la tribuna, André-Pierre Gignac está a 90 minutos de ganar su sexta Liga MX y cerrar una era dorada con Tigres en el escenario menos pensado: el Nemesio Díez.

Las pancartas comenzaron a multiplicarse conforme Tigres avanzó en la Liguilla. “La última y nos vamos” se leía en la tribuna, como un mensaje cargado de esperanza, pero también de nostalgia. A pesar de que André-Pierre Gignac aún tiene seis meses más de contrato, el ambiente alrededor del francés apunta a que esta Final podría ser algo más que una oportunidad de sumar otro título: podría ser su despedida definitiva del futbol mexicano.

Gignac está, una vez más, en una de sus instancias favoritas. Las Finales parecen hechas a su medida. No es casualidad que el delantero francés presuma ocho goles en partidos por el título, cifra que lo coloca como el segundo máximo anotador en la historia de las Finales de Liga MX. En estos escenarios, donde el peso de la historia suele aplastar a muchos, el dorsal 10 de Tigres se agranda.

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El objetivo es claro: conquistar la novena estrella para los felinos. Tigres llega a la Vuelta con ventaja en el marcador global, un escenario favorable que permite soñar con otro capítulo glorioso. La experiencia, el oficio y el colmillo del plantel regiomontano juegan a su favor, pero todas las miradas apuntan al mismo nombre. Si alguien sabe cómo manejar la presión de una Final, ese es Gignac.

La historia tiene un tinte casi cinematográfico. André-Pierre Gignac arribó a Tigres para el Apertura 2015, tras cerrar su etapa en el Olympique de Marsella. En su primer torneo en México, levantó el título de Liga frente a Pumas, cerrando la serie en el Estadio Olímpico Universitario. Fue el inicio de una relación que transformó al club y redefinió la figura del futbolista extranjero en la Liga MX.

Diez años después, el destino le ofrece la posibilidad de cerrar el círculo. El Nemesio Díez, casa del Toluca, podría ser el escenario donde Gignac se coloque al cuello su sexta medalla de campeón con Tigres. Ganar ahí no solo significaría otro trofeo, sino la posibilidad de decir adiós como viven los ídolos: en la cima, con un título más y dejando una huella imborrable en la historia del futbol mexicano.