Fondo Segunda
·4 de diciembre de 2025
La Unión Deportiva y la suerte que esquiva

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·4 de diciembre de 2025

Los insulares, en un ejercicio de impotencia, sucumbieron en Castalia ante un rival infinitamente superior. La Unión Deportiva cayó tras varios partidos sin hacerlo.
El bloque pío pío llegó a Castellón con una premisa clara: ganar para seguir enganchado a la zona noble. Lo que se vio en el tapete fue diferente. Tras un inicio timorato por parte de ambas escuadras, el partido empezó a coger forma con acercamientos orelluts. Los amarillos, sin embargo, estaban completamente obnubilados. El camino no era claro y los nervios afloraron en los once jugadores que representaron a los más de 150 aficionados allí presentes. Los de Pablo Hernández maniataron a la UD y bloquearon todas sus intenciones de perforar la meta rival. Primero Lukovic y después… nada, absolutamente nada. Así concluyó la primera mitad: con dominio local y confusión visitante.
La segunda parte adoptó otra perspectiva. El pragmatismo acérrimo de la Unión Deportiva podía tener su lógica, esa que no se encontró en el primer round. Robar en campo propio y atacar los espacios en las transiciones se convirtió en la medida habitual de Las Palmas para meterle mano a un Castellón tremendamente sólido, duro y exigente en cada duelo.
La teoría era clara, pero no se llevó a la práctica. Las imprecisiones insulares destacaron en una contienda que, con el paso de los minutos, cogió color blanquinegro. Los castellonenses nunca dudaron de su idea y siguieron incidiendo en ambas bandas, que hicieron aguas por todas partes. El doble lateral derecho (Marvin-Viti) fue calamitoso. Pejiño, el único activo en ataque, fue sustituido entre caras largas y aspavientos. Normal. Ese cambio dilapidó todas las opciones de vencer.

Pejiño centrando un balón ante la presión de Mellot / Canarias7
Cipenga, Israel Suero y Markanich marcaron la diferencia en el CD Castellón. La Unión Deportiva no reaccionó y lo pagó. Un disparo al palo fue el prólogo de lo que sucedería un minuto después. Golazo incontestable de Suero y se acabó el partido. Lo buscó, lo mereció y lo logró. El cuadro orellut estuvo a la altura de las circunstancias, tumbando a una UD que no caía fuera de casa en Liga desde el 24 de mayo. Cinco tiros a puerta de los locales frente a uno del visitante. Todo dicho. Pablo Hernández abrió la caja de Pandora.
La fórmula empleada en Valladolid y Huesca ya no sirve; todos saben cómo hacer daño. La alarma no llegó a Barranco Seco y se sufrió un atropello. El ritmo de Dépor, Racing y Almería es abrumador y no admite ningún desliz.
El exceso de preocupación tampoco será un buen augurio, pero recibir un correctivo de tal magnitud ayuda. Seguro. Con la mirada puesta en un Mirandés con la moral por las nubes tras vencer en Mendizorroza al Sanse, la Unión Deportiva ha de cambiar por su bien; nadie perdona. Caer está permitido siempre y cuando haya una reacción. Por esta vez, se aceptan las disculpas.









































