La variable | OneFootball

Independiente llega a la última fecha del Clausura con la ilusión todavía viva. La victoria agónica ante Riestra lo mantuvo en carrera, pero para jugar la Copa Sudamericana 2026 tendrá que darse una serie de resultados dignos de película. No será fácil, aunque en Avellaneda ya aprendieron que mientras haya un mínimo porcentaje de chances, hay que creer.

Primero lo primero: Independiente deberá ganarle a Rosario Central en el Libertadores de América - Bochini. El equipo de Ariel Holan, invicto y con el primer puesto del torneo asegurado, ya está clasificado a los octavos de final, por lo que es muy probable que presente un equipo alternativo. Ahí aparece la primera esperanza del Rojo, que necesita sumar de a tres sí o sí para mantenerse con vida.

Después, vendrá el momento de mirar de reojo otras canchas. La segunda condición es que Huracán no derrote a Barracas Central en el estadio del Guapo. El conjunto dirigido por Frank Kudelka está obligado a ganar para asegurarse su lugar en las copas, pero Barracas, apadrinado por el presidente de AFA y también con chances, no la pondrá fácil. Si el Globo empata o pierde, Independiente seguirá respirando.

La tercera pata del milagro está en La Fortaleza. El Rojo necesita que Lanús pierda como local ante Atlético Tucumán. El Granate, que ya se metió en los octavos de final, solo define posición, y encima tiene un ojo puesto en otro objetivo: la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Mineiro que jugará la semana siguiente. Eso podría hacer que Mauricio Pellegrino decida cuidar titulares y darle minutos a los suplentes.

Si esa derrota de Lanús no se da, todavía queda un atajo: que Lanús gane la Sudamericana, lo que liberaría un cupo en la tabla anual y permitiría que Independiente siga con vida.

Y si todo eso se cumple, faltaría una última pieza para cerrar el rompecabezas: que el campeón del Clausura sea uno de los equipos que ya están en zona de copas, lo que generaría un nuevo corrimiento en la clasificación general.

Difícil, sí. Imposible, no. Porque si algo demostró Independiente esta noche en el Bajo Flores, es que este equipo todavía no se rinde. Una semana más de sufrimiento, calculadora en mano... y un país Rojo mirando de reojo tres canchas al mismo tiempo.