Lecciones de ética desde San Mamés: el Athletic, juez y parte | OneFootball

El presidente del Athletic Club, Jon Uriarte, ofreció una rueda de prensa en la que, más que hacer balance de temporada, pareció haber confundido el atril de prensa con un estrado judicial improvisado. Su objetivo: el FC Barcelona.

Su acusación: desde los pagos a Negreira hasta las palancas económicas y los fichajes. ¿Las pruebas? Brillan por su ausencia. ¿La ironía? Es que viene de un club con su propio historial de polémicas.

Es legítimo que un presidente defienda a su afición, pero utilizar la sospecha como coartada para justificar una pitada en San Mamés es otra cosa. Y más aún cuando se pretende hablar de "ética deportiva" desde un club que guarda algunos esqueletos en su armario: desde la acusación de amaño del Athletic-Levante en 2007, hasta un caso de dopaje reconocido y un homenaje que rozó lo incendiario.

Acusaciones sin condena: el caso Negreira y la obsesión rojiblanca

El presidente del Athletic acusa sin pruebas

Uriarte afirmó que en Bilbao hay "cansancio" por los “pagos probados” a José María Enríquez Negreira, olvidando que el FC Barcelona no ha sido condenado por ningún tribunal. Lo de “probado” es, por ahora, más una opinión que una sentencia.

Es comprensible que la justicia tarde y el ruido mediático desgaste. Pero es curioso que un presidente que exige "claridad" no espere a la resolución judicial antes de agitar el dedo acusador. Y es aún más curioso que un club cuya salvación en 2007 aún huele a pacto de vestuario tenga la osadía de ponerse la toga.

Acusaciones de amaño, dopaje y homenajes dudosos: la hemeroteca del Athletic

El 17 de junio de 2007, el Athletic necesitaba ganar al Levante para no descender. Ganó 2-0. Días después, se filtró una grabación donde el capitán del Levante, Iñaki Descarga, admitía que su equipo se dejó ganar: “Se lo debí decir a toda la plantilla, pero si lo hago, no se hace”. El presidente del Levante confirmó que el dinero para la prima estaba “en una caja fuerte”. Y todo ello, con Ángel María Villar —exjugador del Athletic— informado, según la misma grabación. Silencio absoluto desde Ibaigane. Ética selectiva.

Athletic y Barça en CRISIS

En 2002, Carlos Gurpegui dio positivo por nandrolona. El club defendió al jugador, como es lógico, pero acusó a los laboratorios, al clima, a la deshidratación… a todo menos al hecho. Dos años de sanción después, ahí quedó el episodio. Y luego está el homenaje de 2024 a Martín Zabaleta, montañero con vínculos simbólicos con ETA, que provocó el rechazo de COVITE y otras asociaciones de víctimas. El club se desmarcó, sí, pero no se disculpó. Otro ejercicio de ética que roza lo deportivo con lo político.

Las palancas y el doble rasero con los fichajes

Uriarte también criticó las palancas financieras del Barça y la inscripción de jugadores avalada por el CSD. Nada nuevo. Pero es interesante cómo se omite que el Real Madrid también utilizó palancas (como la venta del 30% de derechos televisivos en 2006) sin tanto escándalo.

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Y luego están los fichajes. Uriarte se mostró molesto por la marcha de Íñigo Martínez, que se fue libre —como cientos de jugadores cada año— y por los rumores sobre Nico Williams. Pero ¿el Athletic no ficha? ¿O solo molesta cuando lo hace el Barça?

Recordemos que en la misma ventana en la que perdió a Íñigo, el Athletic firmó a Gorka Guruzeta, Álex Berenguer, y ha sondeado jugadores fuera del País Vasco siempre que las costuras de su filosofía lo han permitido. El problema, al parecer, es que los fichajes no sean unilaterales.

La rivalidad no justifica la hipocresía

En su declaración, Uriarte lamentó que “la prensa ponga a jugadores nuestros con camisetas de rivales”. Pero fue precisamente su intervención la que alimentó el relato victimista y el desprecio hacia el FC Barcelona. Un club con quien el Athletic ha compartido valores durante décadas, y que hoy, según palabras del propio presidente, está en las “antípodas”.

La rivalidad es parte del fútbol. El debate también. Lo que no es admisible es el cinismo: señalar la paja en el ojo ajeno cuando se ha convivido con vigas estructurales propias. Y todo mientras se aplaude a una afición que insulta durante un pasillo al campeón de Liga.

Aupa Athletic