Balonazos
·23 de abril de 2025
Liberen al duende

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·23 de abril de 2025
Liberen el duende del 23.04.2025.- Por alguna razón no determinada, los directores de los diarios en Mérida les gustaba lanzar algunas perlitas como para aumentar la circulación, las ventas, el impacto o porque estaban aburridos de rascárselas.
El diario Frontera en el año 1992 o 1993, pudiera equivocarme de año, pero no de siglo ni de mundo, publicó en su portada una imagen irreconocible en blanco y negro, con un titular que decía más o menos así, “Fue avistado un objeto no identificado en la zona de El Valle”. Era una época en que las cámaras fotográficas eran prácticamente un lujo y misteriosamente en una de las zonas menos pobladas de la ciudad.
Esta noticia, obviamente trajo revuelo, como una en La Prensa de Barinas para la misma época donde una mata de mango se cayó en el patio de una casa y dio forma a una virgen, tanto así que se hacían colas para entrar y poder ver el último milagro divino. Me imagino que el diario Frontera aumentó el tiraje, las ventas y las risas cuando se descubrió que no era ningún platillo volador, sino que habían fotografiado un par de bombillos con los filamentos bien enfocados, que daba la impresión de algo extraño, un OVNI tal vez. Lo extraño nos impresiona.
En el año 2014, el Diario Pico Bolívar, el más joven de las rotativas en Mérida, lanzó una noticia que tuvo una repercusión inmensa en la ciudad. Misterio, curiosidad o ingenuidad, todas unidas tal vez. Mérida es una ciudad de mitologías, quizá por su condición de ciudad universitaria donde encallan, como puertos de altamar, hombres y mujeres con historias e histerias o por el deseo de salir de aquellas montañas con ímpetu, fuerza y convicción. Las Cinco Águilas Blancas, La Hechicera, La Loca Luz Caraballo, La cara de los indios, El díctamo real por nombrar algunas.
Sin embargo, en el 2014, aquel diario quiso aumentar la riqueza mitológica de la ciudad y se atrevió, con cero pudores, a publicar una foto en la contra portada, la de sucesos, a full color, aunque un poco borrosa, de un hombrecillo que había sido atrapado en un lugar solitario, mítico y alejado del centro de Mérida, en el mismo lugar donde supuestamente se había avistado el platillo volador 20 años antes. El titular aquella mañana fue “lugareños de El Valle, atraparon un duende”.
La noticia empezó a correr por la ciudad y el estado que coincidía con dos cosas que al mismo tiempo preocupaban enormemente: la sequía que mantenía secos los embalses y el mal momento de Estudiantes de Mérida con un pésimo arranque en el torneo clausura. Cada cierto tiempo, aquel diario lanzaba actualizaciones como “volvió a perder Estudiantes” o frases que lanzó el duende. La que más resonó fue aquella que dijo “La sequía permanecerá mientras me tengan secuestrado”.
Obviamente, la gente jugaba con aquella noticia que no tenía ningún tipo de basamento científico ni ninguna prueba real. Algunos se ufanaban de tener la imagen del duende, la misma que el diario había colocado en la portada. Empezaron a salir cuentos de duendes como que moraban en casas. Si se perdía una llave, era el duende, pero sí era un sostén, una duenda.
Los grafiteros empezaron a hacer de las suyas y en algunas paredes se empezaron a ver inscripciones como “Liberen al duende” y cerraban con las iniciales de M-13, movimiento estudiantil del 13 de marzo que obviamente nada tenía que ver con el caso. Una vez, paseaba mi dial por diferentes emisoras y escucho un programa deportivo de una radio remota, pero con esencia futbolística, que lazó la premonición, Estudiantes ganará cuando liberen al duende, y se empezaron a reír, yo también.
Estudiantes de Mérida, no hacía tres pasos ni tres puntos seguidos. Había comenzado la temporada de local ante Aragua con derrota de 2 a 0. Luego dos derrotas de visitante ante La Guaira y Zamora 4 a 2 y 2 a 0. En el intermedio de esas fechas perdimos un amistoso con un equipo de segunda proveniente de Corea del Sur a casa llena. En su regreso a Mérida caímos ante Mineros 2 a 0 y Trujillanos nos había embolsillado, en Valera, cuatro goles: uno al minuto 6, otro al 16 y dos más al 62 y 66. No sabíamos si era obra y broma del diablo, por el número 6, o… sequía de triunfos, por el duende.
Mientras “el duende estuvo en cautiverio” Estudiantes de Mérida vivió un nefasto momento desde el punto de vista dirigencial. Un dictamen judicial adjudicó el equipo a Castillo que no hizo otra cosa que empeorar la situación del equipo. Por un tema de conflicto social se negó a suspender el juego contra Caracas FC en Mérida y los jugadores no pudieron llegar al estadio. En Valencia pasó lo mismo. En ambos casos jugaba el tema político.
Las lluvias escaseaban y los cortes de luz tenían una excusa perfecta. Un punto de doce posibles o uno de doce imposibles estaban mermando la tranquilidad del merideño. No era una mala plantilla, pero los resultados no se daban. Era uno de los equipos mas goleados con jugadores como Henry Plazas, Carlos de Castro, Leonel Vielma y la última temporada de Elvis Martínez, jugadores insignias del equipo. Teníamos a Atilio Álvez, que debutó con gol ante Zulia y con cierta frecuencia estuvo en el marcador. También jugó el argentino Luciano Ursino en la delantera, después nacionalizado y seleccionado boliviano. Había cosas que no se entendían, que parecían … algo mitológico.
La historia del duende fue perdiendo fuerza al mismo tiempo que la pluviosidad y el deseo de victoria. Algunos no solo presumían de tener la foto del duende, sino que alardeaban de tener datos precisos del personaje como la estatura de 52 centímetros, casi 4 kilos, barba y un gorro alargado de color rojo y verde.
En la jornada 12 hubo un poco de respiro, ningún aliciente, solo un poco de respiro. Una victoria de visitante ante el débil El Vigía, dos días después de 43 aniversario, que estaba aún peor. Más allá de la mala racha, la gente seguía acompañando al equipo, y cada partido de local era un rosario de insultos. Quizá El Vigía fue un escape, luego vino un empate y cuatro derrotas más para cerrar antepenúltimo del torneo.
Algunos acuciosos se dedicaron a desmontar aquella historia “mitológica” y descubrieron que esa contraportada, a full color, era la imagen congelada de una película subida a Youtube y había impactado a lectores y fanáticos desprovistos de malicia. A finales de mayo, “el duende fue liberado” porque las lluvias empezaron a caer y el torneo bajó el telón igual que como comenzó, con 4 derrotas seguidas.