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leocabrera·29 de junio de 2022
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leocabrera·29 de junio de 2022
Otro gran partido internacional del Nacional de Repetto. Sobreponiéndose a las bajas por Covid-19 y a los rigores de la doble competencia, volvió a demostrar que una de sus grandes ventajas es la riqueza de su plantel. A pesar de no contar con piezas clave del equipo titular en todas las líneas (Marichal, Yonathan Rodríguez y Zabala), sus reemplazantes estuvieron a la altura del desafío.
El Bolso fue intenso y asfixiante en el inicio. Unión no le encontró la vuelta al planteo y a los 20′ ya perdía 2-0, porque esta vez Nacional aprovechó sus oportunidades gracias a dos auténticos golazos. Un par de definiciones tremendas, la primera de Fagúndez (a los 3′); la segunda de Lozano (a los 20′). El “Toro” la acomodó contra el palo, inatajable para Mele. “Charly” le dió un cachetazo a la pelota, en el rebote de un córner a favor, y la clavó con una potencia y una comba que también dejaron sin asunto al ex arquero de Plaza Colonia.
El desgaste del primer tiempo le pasó factura a Nacional en el segundo. Entonces, se complicó el partido. Rochet tuvo que hacer valer la cinta de capitán para exigirles a sus compañeros más atención, que el repliegue estuviera acompañado de energía para seguir al nivel de desgaste que el partido exigía. Pero claro, era difícil que Trezza y Alex Castro (ambos, de impecables primeros 45′), siguieran haciendo la banda en defensa y ataque con la misma potencia. Fagúndez también se fundió. Las piezas del motor tricolor crujían. Hay que destacar en nivel de Mario Risso. Fue su primer partido en la era Repetto, y no se notó. Junto a Coelho formó una auténtica muralla, impasables por abajo y por arriba. El despliegue del brasileño fue, una vez más, impresionante.
Y vinieron los cambios: entró muy bien Otormín, lúcido, preciso, entendió a la perfección lo que el partido pedía de él. Trasante reemplazó a Diego Rodríguez (amonestado) y también estuvo a la altura. El “Colo” Ramírez sustituyó a Gigliotti y se perdió dos mano a mano con Mele que podrían haber hecho todavía más abultada la victoria, de hecho, habrían sentenciado la serie. Más tarde, Zunino desperdició otra ocasión igual de clara ante el arquero que tuvo una noche tremenda, las únicas dos que no atajó eran inatajables, nada más.
Unión intentó, pero no pudo porque Nacional le disputó la pelota en cada palmo de la cancha. Entregó todo, cuando pudo atacar, lo hizo rápido y sin dudarlo; cuando debió defender, se puso el overall y no tuvo miedo de morder. Así construyó un resultado enorme que lo acerca a los cuartos de final de la Copa. Queda la revancha, que será durísima para ambos en la cancha del Tatengue, el próximo martes. Jugando a este nivel, Nacional tiene permitido soñar con todo.
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