Los miedos, de la mano de los sueños de Isco Alarcón | OneFootball

Esta semana ha sido noticia en todas las portadas el regreso a los entrenamientos de uno de los mejores jugadores de La Liga EA Sports, y es que Isco Alarcón volvía a vestirse de corto para reencontrarse con la pelota. Una vuelta tan esperada como necesaria para un Real Betis que recupera a la pieza angular de su proyecto, después de un parón de selecciones que servirá de antesala para un tramo vital tanto en la competición doméstica como en la europea.

Se ha podido ver en los entrenamientos a un Isco feliz, comprometido con su vuelta y eso se traduce en un estado de alegría para todos los aficionados béticos, que sueñan con verle superar su pequeño calvario deportivo y triunfar de nuevo con la elástica verdiblanca. De la mano de Antony, ya en propiedad, y del buen momento de forma del Real Betis, se atisba un escenario casi inmejorable para que se convierta en realidad.

Sin embargo, todo largo proceso de lesión y además, en este caso, reincidente, atrae la compañía de una serie de miedos e inseguridades, a los que el propio Isco hacía referencia de esta manera en rueda de prensa: «El miedo no desaparece. Solo por el bagaje y la historia que hay detrás. Justo hoy en mi segundo entrenamiento me he vuelto a llevar un golpe que me he asustado bastante. Afortunadamente se ha quedado en nada». Una lesión muy sensible a los golpes, la mayoría de veces inevitables, es lo que hace que el malagueño mantenga esa alerta constante sobre el césped.

No obstante, Isco no solo habló de sus miedos, sino también de sus sueños, de las ilusiones que hay puestas en su renovación y en estrenar el nuevo Benito Villamarín: «Va a ser fácil porque tanto el Betis como yo queremos alargar nuestro camino juntos», «Quiero jugar en el campo nuevo». Con estas declaraciones, el de Arroyo de la Miel deja claro que su intención es agrandar su historia con el conjunto verdiblanco y convertirse, aún más, en un emblema del beticismo.

No será difícil el acuerdo para su renovación contractual, como esperemos que tampoco lo sea la de su entrenador y mentor, Manuel Pellegrini. Juntos y, por supuesto, con la compañía del resto de la comprometida plantilla bética, se esperan que lleguen nuevas y abundantes «grandes noches» en verdiblanco.