Me equivoqué con Nicolás Córdova (por @NachoJOsorio1) | OneFootball

Por Ignacio Osorio

Hace algunas semanas, a través de este mismo medio de comunicación, deposité en una columna titulada “En Córdova We Trust” todas mis esperanzas y podría decirse que hasta convicciones sobre la posibilidad que el actual técnico de la Selección Chilena Sub-20 y DT interino de La Roja Adulta, Nicolás Córdova, podría ser sinónimo de esperanza y progreso para nuestra alicaída y cada vez menos rendidor y competitivo combinado nacional. Pues, me equivoqué.

Es cierto que muy probablemente el formado como jugador en Colo-Colo y que anteriormente ocupó las bancas de clubes como Palestino y Santiago Wanderers esté mejor formado, educado y sea capaz de desarrollar y hacer análisis más precisos, sobre todo del escenario actual de nuestro fútbol y sus divisiones formativas -con falencias y virtudes- que el resto de los entrenadores, lo cierto es que su capacidad analítica, expresiva y locuacidad no son, necesariamente, características que puedan ser realmente útiles a a la hora de dirigir, diferenciándose realmente de la mediocridad deportiva que sus colegas logran mostrar constantemente – en diferentes clubes-, en donde sus propuestas y performance en cancha no logran ser realmente competitivas o estar a la altura de tener una carrera trascendente en la banca.

Nicolás Córdova, ciertamente, puede ser un muy buen gerente deportivo a cargo de del desarrollo, estudio y levantamiento de políticas deportivas que modernicen por fin al vetusto y desgastado fútbol chileno y sus métodos; puede, también, ser incluso buen comunicador, aportando su capacidad de análisis, uso de métricas y estadísticas. Pero, en cuanto a su capacidad para dirigir y estar en cancha, de su pedagogía y posibilidad de tener autocrítica sobre su nula evolución como DT desde su debut en las bancas hace ya diez años, poco y nada se ve, sino por el contrario: se hunde cada vez más en un personaje pseudo filosófico, en un estadístico, un analista más que un director técnico o entrenador. Un respaldo de estas palabras es el escuálido 43,9% que completa dirigiendo entre clubes y la selección, en todas sus categorías, lo que se suma a su incapacidad de dar a sus equipos un estilo e identidad determinadas, propositiva y ambiciosa que te lleve, en general, al triunfo.

Sí, me equivoqué con Nicolás Córdova y dudo desde ya en su  capacidad para ser el entrenador que necesite la Selección para salir de este lodazal que se encuentra desde su no clasificación al Mundial de Rusia 2018 y casi nula capacidad de recambio.