Messi y compañía hacen historia en el Inter Miami | OneFootball

Miami salió con ritmo, decidido a marcar territorio desde el arranque. A los siete minutos encontró el 1–0 en una acción forzada por su presión, que terminó en un error defensivo de Vancouver y desató el primer rugido de la noche. Con Messi manejando los tiempos entre líneas, el equipo de Florida administró la ventaja, alternando posesiones largas con ataques rápidos.

Vancouver no se descompuso. Se asentó con la pelota y empujó hasta encontrar el empate de Ali Ahmed cerca de la hora de partido. Ese 1–1 abrió una final nueva: Miami necesitaba volver a acelerar; Vancouver olía inseguridad al otro lado.

Cuando la tensión crecía, apareció el detalle que cambia una temporada. Lionel Messi recuperó y filtró un pase perfecto hacia Rodrigo De Paul, que definió con frialdad para firmar el 2–1 en el minuto 71. La acción, simple y contundente, devolvió el control a Miami y dejó tocado a Vancouver.

La final se abrió en los minutos finales. Vancouver adelantó líneas y dejó espacios que Miami castigó en el añadido gracias a Tadeo Allende, autor del 3–1 que liquidó la historia y confirmó la coronación.

El campeón y una identidad consolidada

Inter Miami levantó el campeonato apoyado en sus figuras, pero también en una estructura que fue creciendo con el paso de la temporada. Messi fue el eje creativo; De Paul, el carácter competitivo; Allende, la estocada final. Y en esa construcción también hubo aportes de rotación como el venezolano Telasco Segovia, parte del sostén que permitió al equipo llegar a este punto con piernas y variantes.

El pitido final solo confirmó lo que el estadio intuía desde temprano: este Miami ya no es un proyecto mediático, sino un equipo capaz de ganar. La primera MLS Cup marca el inicio de una etapa que puede redefinir la liga y, sobre todo, la ambición del club.