MUNDO MILLOS
·9 de diciembre de 2024
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Con un triste empate sin goles como visitante frente al Pasto terminó el 2024 para Millonarios, un año en el que el equipo Embajador fue completamente fiel a su historia: un equipo sin mística copera que fracasó en la Copa Libertadores y un equipo que arruga en finales y que por eso también fracasó en los dos cuadrangulares semifinales de la Liga local.
Millonarios dependía de Millonarios para el remate del cuadrangular. Había hecho lo más difícil que era sacarle la ventaja en puntos a Nacional en las fechas 3 y 4, tenía que hacer 4 de los 6 puntos en disputa para llegar a la final, y no pudo. No pudo ganarle a Santa Fe (que perdió todos los demás partidos de esta fase) y no pudo ganarle al Pasto. Al final, Nacional venció a Santa Fe en Bogotá y será el que juegue la final.
En Pasto, Millos tuvo un buen arranque de partido hasta que pasaron dos cosas: un remate de Leo Castro que se estrelló en el palo y el primer gol de Nacional frente a Santa Fe en El Campín. En ese momento, el equipo azul se desmoralizó en la cancha y permitió que Pasto creciera y le llegara dos veces: un remate que atajó Montero y otro que golpeó el palo. Sobre el final, Falcao tuvo la opción más clara de gol de su semestre con el azul, y disparó desviado.
En el segundo tiempo, ya producto de la necesidad y la desesperación, Alberto Gamero elaboró un carrusel de módulos tácticos y estructuras para buscar hacerle daño a un Pasto que renunció completamente a atacar y dedicó toda la etapa final a defenderse, quemar tiempo y aguantar el arco en ceros. Millos pasó del 4-4-2 inicial a jugar 4-1-3-2 con Dani Ruiz por Pereira, después fue un 3-1-4-2 cuando entraron Jáder y Córdoba por Macka y Sarabia, y luego fue un 2-3-5 cuando entró Giordana por Banguero.
Con dos, con tres, con cuatro y con cinco delanteros, Millonarios no pudo fabricar una sola opción clara de gol en todo el segundo tiempo más allá de remates desviados y centros a los puños de Diego Martínez y las cabezas de los centrales pastusos. Así, en medio de la desesperación y los nervios, llegó el final. Millonarios dependía de Millonarios, y se quedó afuera, como otras tantas veces en las que al Embajador le quedó grande depender de sí mismo.
Los jugadores y los hinchas del Pasto celebraron el empate como si fueran ellos los clasificados a la final. Hubo invasión de campo por parte de muchos hinchas. Montero, inexplicablemente, fue el ganador de la figura del partido para el canal licenciatario y no quiso recibir el premio, se lo donó a un jugador del equipo local. Así terminó el 2024 para Millonarios, entre la ansiedad, la rabia, la bronca, la tristeza y la desesperación.
Gabriel JiménezEn Twitter: @elmechuEn Instagram: @mechujimenez
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