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pablofernandez·22 de agosto de 2020
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pablofernandez·22 de agosto de 2020
Desde el retorno del fútbol, tras la suspensión por Covid-19, Nacional fue el equipo que más sumó en el Torneo Apertura, mientras que Peñarol sigue buscando su mejor forma, aún con funcionamiento irregular.
Gustavo Munúa y Diego Forlán, dos figuras notoriamente asociadas a los clubes que dirigen pero todavía bajo la lupa de las respectivas hinchadas como entrenadores, comenzaron sus proyectos este año con muchas expectativas, pero la pandemia complicó todo para ambos.
Los diferentes momentos que atraviesan ahora los dos grandes del fútbol uruguayo se puede rastrear hasta las diferencias entre sus respectivos goleadores, que tienen sus puntos en común: dos delanteros experientes, extranjeros y con prestigiosa trayectoria, que ahora están en momentos opuestos.
Nacional mejoró mucho su imagen en las tres fechas disputadas luego del regreso. En esos tres partidos, emergió, aún más que antes, la figura de Gonzalo Bergessio como la más determinante y decisiva en el plantel de Munúa.
Sobra decir que la presencia del capitán es siempre importante, pero en estos últimos encuentros sus goles fueron la clave. El gol en el clásico, el triplete ante River Plate y el tanto que abrió la cuenta ante Torque fueron la base sobre la que Nacional ahora piensa en el Apertura con más tranquilidad que en el inicio pre-pandemia.
Más aún, en aquel inicio decepcionante para el equipo de Munúa, con tres partidos sin ganar, Bergessio había anotado en dos partidos, en los empates ante Cerro Largo y Wanderers. Es decir que el goleador Tricolor ha convertido en las últimas cinco fechas del Torneo Apertura.
El caso de Xisco Jiménez es opuesto. A su llegada a Peñarol, Xisco mostró que tenía potencial para convertirse en un goleador de peso para el equipo, pero lentamente esa promesa se fue apagando, y quizá la suspensión de cinco meses fue la que terminó por hacer el resto.
Xisco anotó un gol en la primera fecha del Torneo Apertura, en la victoria ante Cerro en el Campeón del Siglo. Desde entonces, el Carbonero disputó siete partidos (dos por Copa Libertadores), en los que el rendimiento del delantero español dejó mucho que desear, haya sido titular o ingresado desde el banco. En ninguno de esos siete partidos anotó.
Esta sequía de Jiménez difícilmente alcance a explicar la falta de gol generalizada que ha mostrado Peñarol bajo el mando de Forlán, algo que deberá solucionar —Jiménez mediante o no— si quiere disputar seriamente el Campeonato Uruguayo y una buena actuación en Libertadores.