La Oral Deportiva
·9 de mayo de 2024
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·9 de mayo de 2024
Foto: Dante Fernández/AFP vía Getty Image
Para las nuevas generaciones que no entienden mucho cuando los veteranos les dicen que un partido es de Copa Libertadores, el empate 2-2 entre Nacional y River Plate de este martes en el Gran Parque Central fue una fiel muestra de ello. El tricolor rescató un punto que parecía difícil lograr y quedó segundo en el Grupo H del torneo continental.
El fútbol es equilibrio. De nada sirve poner 4, 5 o 6 delanteros si no les llega la pelota. Tampoco poner muchos defensas es sinónimo de defender bien o de asegurar un resultado, porque el que apuesta a empatar generalmente termina perdiendo. El tricolor careció de ese equilibrio desde el comienzo del partido y lo pagó con dos goles antes de la media hora de juego.
Cuando se conoció la oncena titular lo primero que se vino a la mente fue: planteo demasiado arriesgado. Álvaro Recoba decidió poner un solo volante de marca (Lucas Sanabria) y rodearlo del buen pie de Mauricio Pereyra y Jeremía Recoba, con Antonio Galeano por un extremo y Gastón González por el otro. ¿Es River el rival ideal para hacer esto? Definitivamente no y quedó claro.
La explosión y velocidad del conjunto millonario fue demasiado. La zona media tricolor fue de tránsito libre para los visitantes y por eso cada ataque (ya sea directo o de contra) fue una amenaza de gol, concretada en dos ocasiones con un disparo lejano de Miguel Borja a los 8’ y con un toque corto de Colidio luego de otra llegada profunda del colombiano.
¿Y Nacional? La nada mismo. Como no contuvo, Pereyra y Recoba no tuvieron el balón en sus pies, por lo cual los extremos no pudieron desbordar y Carneiro no recibió ni un balón bien jugado en el área. Entonces se da explicado al principio. Tener muchos jugadores de vocación ofensiva no garantiza ser ofensivo.
El ingreso para el complemento de Cristian Oliva por uno de los cuatro de arriba estaba cantado, pero el Chino optó por otros dos cambios. Puso a Bentancourt por Jeremía Recoba y a Diego Polenta por Mateo Antoni. Si había sido arriesgado lo del inicio, ahora lo era más, porque dejó en el doble cinco a Sanabria y Pereyra, ambos con amarilla.
Y Nacional, en forma difícil de explicar, se adueñó del partido. En realidad es bastante sencillo de justificar el cambio en el partido y fue un hecho un tanto extrafutbolístico. Una dura entrada de Lozano sobre Aliendo generó un tumulto, forcejeos y hasta un puñetazo de Franco Romero a Paulo Díaz que debió ser roja, pero que solo le valió la amarilla. El corolario fue que River se salió de foco y Nacional se agigantó.
Así como es criticable el planteamiento inicial de Recoba se debe destacar una vez más su acierto en los cambios, lo que abona aquella duda planteada hace ya algunos días desde aquí sobre si hace bien las variantes o arma mal la oncena titular. Siempre mantuvo un hombre solo de contención en el medio (Oliva entró por Sanabria), pero puso tres centrodelanteros: Carneiro, Bentancourt y Santander. Y Nacional fue decidido a poner centros.
Entró bien también Diego Zabala (por Pereyra), quien provocó el penal del 1-2 y luego mandó el centro que Lozano bajó para el cabezazo de Carneiro que valió el empate, todo en 2 minutos, entre el 78 y el 79. El punto es muy importante, porque lo pone a 8 de llegar al Mundial de Clubes, aunque para conseguir esa cifra ahora sabe que deberá clasificar a octavos de final, algo a lo que está en condiciones de aspirar la igualdad lograda por este rebelde Nacional, que sufrió, corrió riesgo de ser goleado, se hizo respetar en casa, atacó, empató y hasta pudo ganar.
Estadio: Gran Parque CentralHora: 21.00TV: ESPN y Star+Árbitro: Anderson Daronco (BRA)Goles: 8′ M. Borja (RP), 29′ Colidio (RP), 78′ -penal- y 79′ G. Carneiro (N)
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