Navarro Montoya: “Lo veo a Agustín Marchesín en el arco y me pone muy feliz que esté cumpliendo ese sueño” | OneFootball

Por Carlos Fernando Navarro Montoya

Para mí, atajar en Boca fue cumplir el sueño del pibe, lo que deseé toda la vida en mi primera casa en Floresta. Desde que fui a La Bombonera por primera vez a los seis años con mi familia, anhelaba ser como el Loco Gatti, mi ídolo, la luz que iluminó mi niñez y mi adolescencia. Fue el mejor arquero que vi y fue una distinción competir con él, luego reemplazarlo y también continuar su legado, porque tanto Hugo como yo tenemos la fortuna de ser elegidos por los hinchas, una satisfacción enorme por lo que significa estar en este club.

Siempre tuve una relación de afecto tanto con él como con Lucas, su hijo. Se nos fue hace pocos días y hay que entenderlo como lo que fue: un ídolo de Boca, pero también un referente del fútbol argentino. Inigualable.

Por eso, ahora lo veo a Agustín en el arco de Boca y me pone muy feliz que él también esté cumpliendo ese sueño que tenía de chico. Le tengo que agradecer el cariño, el afecto, y veo que se repite un poco lo que me pasaba a mí de chico con Gatti. Sé lo que significa llegar a un lugar que deseaste toda la vida y me pone muy contento por él.

Además, me genera una satisfacción muy grande que me tenga como referente, como ídolo, porque es un arquero que está a la altura del club que ocupa, que brinda seguridad, que transmite tranquilidad y que llega en una gran edad para el arquero, porque está cada vez más sabio y eso se nota.

Tuve la oportunidad de hablar con él cuando firmó y como consejo solo le dije que lo disfrute. Que somos pocos los futbolistas que llegamos a jugar en Boca y los que pudimos escribir una historia en este club tan importante. Le costó mucho llegar acá y el mundo Boca te exige todo porque te da todo, eso que lo pueda entender y comprender de entrada. Si él disfruta, el hincha también lo va a poder hacer.

Antes del Loco era Roma, después nosotros, Córdoba, el Pato y otros. La historia del arco de este club se resume en pocos apellidos. Es una distinción enorme porque estar en los libros de uno de los clubes más grandes del mundo es para pocos.

Cuando llegué al club para competir y reemplazar a mi ídolo, tenía claro que no iba a hacer que se olvide a Gatti, porque los ídolos no se olvidan y van a estar siempre. Yo quería dejar una huella y convertirme en alguien referencial para el club que quiero. Por suerte, pudimos generar grandes satisfacciones y el cariño va a estar siempre, así como será eterno el amor por Gatti. Son pocos los apellidos para tanta gloria y ojalá que Agustín, que está cumpliendo su sueño, tenga la posibilidad de destacarse en esta época.

Fuente: Revista Boca Juniors mes de mayo 2025