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·7 de diciembre de 2025

“No podemos ganar con Arne Slot”, hinchas furiosos por el patético punto del Liverpool

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El punto de quiebre de Arne Slot: lo que revelan Gags Tandon y Dave Davis sobre el derrumbe del Liverpool

Pocos periodos en la historia reciente del Liverpool han llevado el mismo sentido de inevitabilidad creciente que el actual. En varios programas de Anfield Index, voces como Gags Tandon y Dave Davis han articulado una incomodidad creciente que va más allá de rachas esporádicas de mal rendimiento. Sus reflexiones ofrecen una ventana a un deshilachamiento estructural más profundo, uno que plantea preguntas legítimas sobre si Arne Slot aún puede comandar a este Liverpool.

Los comentarios de ambos analistas exponen patrones que no pueden descartarse simplemente como reacciones emocionales a un mal resultado. Señalan, en cambio, la repetición de problemas sistémicos: fragilidad bajo presión, incoherencia táctica y la inquietante posibilidad de que los jugadores ya no estén plenamente comprometidos. Observadas en conjunto, sus observaciones ayudan a trazar la trayectoria de una temporada que se escapa.


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Fragilidad en aumento y la desaparición del control

La evaluación de Gags Tandon de que “no hay rasgos redentores en este equipo” enmarca el colapso defensivo en Leeds como algo más que un hecho aislado. Su insistencia en que el Liverpool “no puede encajar tres goles contra este Leeds” refleja una verdad más amplia: un equipo con aspiraciones de top cuatro no debería ser vulnerado repetidamente por rivales de nivel de descenso.

La fragilidad recurrente es el hilo conductor de todo. Con 2–0, como señala Gags, el partido debería haberse gestionado con calma y eficacia. En cambio, el Liverpool se derrumbó con alarmante facilidad. Su frustración por anotar tres fuera de casa y aun así no lograr el máximo de puntos subraya la erosión de una cualidad que antes definía al Liverpool: el control.

Aún más preocupante es la admisión de Tandon de que “no reconoce a algunos de los jugadores”, lo que sugiere que los niveles de esfuerzo han caído por debajo de los estándares profesionales. Las métricas de carrera reducidas, que él cita como evidencia de bajar los brazos, refuerzan la sospecha de que el esfuerzo —lo mínimo indispensable— ya no es consistente.

Fallos de estructura y un sistema socavado

Dave Davis amplía la crítica al destacar la inevitabilidad del gol encajado al final por parte del Liverpool. Su resumen —que el final se sintió “patético” y predecible desde el momento en que se concedió una jugada a balón parado— habla de un equipo despojado de resiliencia. La debilidad, para él, no es un desliz ocasional sino una identidad semanal.

Su continua exasperación por la incompetencia en las jugadas a balón parado ilustra un defecto evitable que ha crecido hasta volverse simbólico. Su opinión de que el entrenador de jugadas a balón parado debería ser despedido no es un llamado a buscar un chivo expiatorio, sino el reconocimiento de que los fallos se han enquistado.

En ningún lugar es esto más evidente que en el ataque. La tajante evaluación de Tandon de que Cody Gakpo ha “destruido nuestro ataque esta temporada” es secundada por Davis, quien describe ver al delantero como “evaporando el alma” de su cuerpo. Su frustración compartida radica en la toma de decisiones: predecible, lenta y repetidamente dañina. Una delantera construida sobre instinto y movimiento no puede funcionar cuando una pieza interrumpe constantemente el flujo.

Cuando la fe en Arne Slot se quiebra

Ambos analistas llegan a la misma conclusión incómoda. Gags afirma claramente que el Liverpool “no va a ganar con Arne Slot”, y añade que, si bien admiró el logro de la temporada pasada, el escenario actual es “insostenible”. Davis refleja esto, advirtiendo que cuanto más tarde el club en actuar, más se deteriora el legado del entrenador.

La sugerencia de una solución interina no es reaccionaria, sino lógica. Cuando las ideas tácticas fallan, cuando se fracturan las relaciones y cuando el rendimiento decae independientemente del rival, la ecuación se vuelve simple: persistir se vuelve más dañino que cambiar.

Ajuste de cuentas con la realidad

A través de las lentes combinadas de Gags Tandon y Dave Davis, la imagen se forma con claridad. El Liverpool ha llegado a un punto en el que los problemas no pueden atribuirse a la mala suerte, a decisiones arbitrales o a bajones de corto plazo. Esto es estructural. Es psicológico. Y, por encima de todo, es gerencial.

Sin una intervención decisiva, la temporada corre el riesgo de derivar hacia la irrelevancia. Como ambos comentaristas argumentan de distintas maneras, el sentimiento no puede pesar más que la evidencia. La fragilidad del equipo, el desorden táctico y los derrumbes recurrentes hacen que una conclusión sea inevitable: a menos que se tomen medidas, el declive del Liverpool bajo Arne Slot puede acelerarse.

Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🏴󠁧󠁢󠁥󠁮󠁧󠁿 en este enlace.

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