No todo es querer, el Valencia pierde por la mínima en el Wanda | OneFootball

Como dice el titular, no todo es querer, también se ha de poder, ¿A qué se refiere un servidor? Pues a que por más que el Valencia Club de Fútbol ha intentado hacer bien las cosas en el Wanda, y que ha puesto en más aprietos a los del Cholo de los que parecía que se pensaba que se iba a poder, pero se nota que faltan notas en el pentagrama de la temporada para que la melodía suene bien.

El Valencia la temporada pasada ya sufrió por no perder la categoría, algo los últimos años viene arrastrando como ‘dinámica y zona Meriton’, y esta perece que va camino de algo parecido.

En la primera mitad, muchos hubiesen dicho que iba a haber goleada por parte de los locales, más tras las victorias recientes ante equipos grandes como el Inter de Milán, y más habiendo cambios en el XI, por ejemplo con Ugrinic como titular, que va haciendo notar algo de calidad, y la defensa de 3 centrales (Cömert, Foulquier y Copete), sin embargo hubo buenos minutos del equipo en todas las parte, a pesar de ello, se hizo el gol del 1-0 al inicio de la primera mitad, concrétamente en el 17′, Koke, desde el área grande, tras un mal rechace de la defensa valenciana, logra empalmar un disparo duro que va a la parte baja del primer palo y ni los defensas, ni Julen, son capaces de rechazar.

A partir de ahí parecía que la cosa no iba a ir a mejor para los de Corberán, sin embargo el nivel fue a más, en varias ocasiones lograron estar a punto de sorprender a Oblack, el que hubiese recalado en Mestalla si las cosas se hubieren dado bien hace años, en hasta dos ocasiones vio cómo el balón podría haber ido a gol de no haber sido por el cálculo de potencia de Hugo Duro, sorprendiendo así a la grada más ultra del Metropolitano. Sin embargo hasta el descanso, iba a ser un partido disputado, pero sin ser suficiente para poder hacer nada lo suficientemente relevante los minutos precios al descanso. Podríamos decir que en juego y sensaciones, ha dado un partido adelante.

Llegada la segunda mitad, los valencianistas volvieron con la misma intensidad y ganas que terminaron el primer acto, y de hecho, en una jugada que parecía no entrañar peligro, Almeida cocina un pase para Lucas Beltrán, que amaga a su rival por delante en una ocasión, luego mueve levemente el balón, y con un zarpazo de bien lejos, coloca el cuero en el fondo de la meta de Jan Oblak, para anotar el gol de la igualada en el marcador.

Empezaban a haber algunos silvidos, pues los rojiblancos no estaban jugando tan a gusto como de costumbre, sin embargo los primeros en agitar el banquillo serían los ches, donde, por fin, pudimos ver de nuevo a Gayà, que había superado la gripe. Algunos de los jugadores que otras veces no han jugado bien, como Jesús Vázquez, han dado un nivel muy digno.

El marcador seguía igual, pero los minutos pasaban, parecía que el Valencia podía sumar un punto importante en Madrid, la presión en tres cuartos de campo surtía efecto, y los valencianistas parecían que podían hacer algo para sacar petróleo, y los colchoneros empezaban a impacientarse, pero como comenta un servidor en el titular, no sólo se vive del querer, también se necesita el poder, y al Valencia de hoy en día, hacen falta jugadores que vengan a aportar desde el minuto 1, que aporten calidad en la defensa, centro del campo y pólvora arriba, nada de pruebas, un efecto inmediato. Es por ello que por más que los 11 jugadores del campo lo intentaron, incluso con cambios como Ramazani, en el 76′, Griezzman hacía gala de su calidad, y ante la impasividad de Foulquier y Pepelu, logra controlar el esférico alto, darse media vuelta, y hacer el 2-1 final.

Ya sí el Atlético tenía el partido donde quería, eso sí, con un suspiro por parte del Cholo evidente, dado que el Valenia, lo que sí hizo es querer, y por ello parecía que iban a haber más frutos para los de Corberán. El final deja un sabor agridulce, en que el club valencianista hizo más de lo que parecía que iba a poder, pero insuficiente ante el Atlético de Madrid.