Nuevo baile de parejas para el Bordeaux P2 | OneFootball

La lesión de Libaak y la separación de «Los Mágicos» precipita los acontecimientos de cara al torneo en tierras francesas

Si en el fútbol el último día del mercado de fichajes es un caos, en el pádel esa sensación se vive de manera más intensa y habitual. Cada lista de inscripción a un torneo es un caja de sorpresas y el caso del Bordeaux P2 es el mejor de los ejemplos. El torneo francés tendrá caras nuevas en un cuadro masculino en el que ha habido baile de parejas de última hora.

Todo ello motivado por dos acontecimientos principales. El primero, la lesión de Tino Libaak que le apartó del Major de Roma sin llegar a debutar y que se extenderá durante varios meses. Y segundo, la sorprendente separación de una de las duplas más queridas por los aficionados, la de «Los Mágicos», Tolito Aguirre y Gonza Alfonso.

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Un caldo de cultivo que ha terminado con movimientos todavía más rocambolescos e inesperados. Así, Javi Garrido reemplazará la ausencia del lesionado Tino Libaak apostando por la magia desde el drive de otro argentino, Tolito Aguirre. Una pareja que promete espectáculo y que parte como cabeza de serie número 10 de un torneo que no se perderá ninguno de los grandes jugadores del circuito.

Magia argentina al 100% para el Bordeaux P2

Descifrado el nuevo compañero de Tolito Aguirre, lo que ha sucedido con Gonza Alfonso no deja indiferente a nadie. El jugador argentino ha sorprendido con el que será su nuevo compañero a partir del Bordeaux P2. Ni más ni menos que una leyenda en activo como Sanyo Gutiérrez, un jugador que rompe a su vez el fugaz proyecto que formó tras Bruselas con Álex Chozas.

Una noticia completamente inesperada, dada la ilusión y el entusiasmo que ambos mostraron cuando unieron sus caminos antes del Asunción P2. Sin embargo, Chozas vuelve a vivir una situación idéntica a la que sufrió con la llamada de Juan Lebrón a Álex Ruiz para el Bruselas P2. Y al argentino no le ha quedado otra que tirar de la veteranía de un siempre dispuesto a dar batalla como es Miguel Lamperti.

En definitiva, un baile de parejas que poca gente podía imaginar y que continúa prolongando el loco mundo de los proyectos de los jugadores de pádel. Apuestas cada vez más fugaces y menos estables en el tiempo que allanan el camino de las parejas más estables, que no se inquietan ante el caos que se vive en un segundo plano.