Obra ‘literaria’ de Kim Min Su al Valladolid (0-1) | OneFootball

Kim Min-Su convirtió la fe en fútbol y firmó una victoria que puede cambiar el rumbo del FC Andorra. Su gol en el tiempo añadido, cuando el partido parecía condenado al empate y el margen de error ya no existía, permitió a los tricolores asaltar José Zorrilla y romper una racha de diez jornadas sin ganar. Fue un tanto tan inesperado como simbólico, capaz de transformar la ansiedad acumulada en alivio colectivo ante un Real Valladolid que vio cómo se le escapaban los puntos en el último suspiro.

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Instalado desde el inicio en un contexto de máxima tensión, el encuentro respondió al guion previsto. El Real Valladolid asumió el control del balón y del territorio, buscando profundidad por las bandas y presencia en el área, mientras el FC Andorra apostó por el orden defensivo, la solidaridad en los esfuerzos y la paciencia como única vía de supervivencia. Cada acción se jugó con precaución, conscientes ambos equipos de que un error podía condicionar el desenlace.

Mientras el conjunto local acumulaba centros, segundas jugadas y remates desde diferentes posiciones, la figura de Áron Yaakobishvili se erigió como sostén del Andorra. El guardameta respondió con seguridad y serenidad a los intentos de Stipe Biuk, Juanmi Latasa y Stanko Juric, transmitiendo calma a una defensa exigida durante buena parte de la primera mitad y permitiendo que el marcador se mantuviera intacto al descanso.

Mantuvo el mismo guion la segunda parte, con el equipo dirigido por Guillermo Almada insistiendo sin encontrar claridad en los últimos metros. El FC Andorra, lejos de limitarse a resistir, empezó a ganar metros con el paso de los minutos y a interpretar mejor los espacios a la espalda de la defensa local, especialmente a través de transiciones rápidas que fueron equilibrando el partido y sembrando la duda en la grada.

Irrumpió entonces en escena Kim Min-Su, cuya entrada aportó frescura, velocidad y una amenaza constante al contragolpe. El atacante surcoreano rompió líneas con desmarques incisivos, ofreció soluciones en campo abierto y participó en varias acciones ofensivas que ya avisaban de que el desenlace podía tener su nombre escrito, incluso cuando el empate parecía un mal menor para ambos.

Nació el gol en el minuto 91, fruto de una transición perfectamente ejecutada. Daniel Villahermosa condujo con criterio hasta encontrar el momento exacto para asistir a Kim Min-Su, que apareció escorado a la izquierda y definió con la zurda al palo largo. El balón cruzó la línea y silenció Zorrilla, culminando una jugada tan sencilla como devastadora para el Real Valladolid.

Sin margen para la reacción, el conjunto local quedó noqueado por un golpe tan tardío como definitivo. El FC Andorra defendió los últimos instantes con oficio y celebró un triunfo trabajado, sufrido y absolutamente necesario, consciente de que más allá de los tres puntos, la victoria suponía un impulso anímico clave tras semanas de frustración.

Una victoria con nombre propio que devuelve la fe a un equipo necesitado de señales. Kim Min-Su encendió la vela, obró el milagro y se convirtió en el símbolo de una tarde que puede marcar un punto de inflexión para el FC Andorra, que vuelve a creer que el camino hacia la salvación aún es posible.

Autor: Izan Delgado

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