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·29 de mayo de 2025
Ojo, atención, cuidado: su nombre es Víctor Rivero (por @NachoJOsorio1)

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·29 de mayo de 2025
Por Ignacio Osorio
Su equipo es una de las grandes atracciones de la presente edición del campeonato nacional. Club de Deportes Limache, a pesar de no estar dentro de los primeros lugares (marcha 13 sobre 15 equipos donde descienden los dos últimos), ha sido de una verdadera sorpresa al imponerse a los dos equipos más importantes del país al ganarle la fecha pasada a Universidad de Chile por dos goles a cero.
Anterior a ello, también se impuso por 1-0 a Colo-Colo, siendo además su bestia negra en la Copa Chile, eliminando a los albos de dicha competición. Adicional a estos resultados “extravagantes”, Deportes Limache ha demostrado ser un club ordenado, y muestra de ello es la prolijidad, buen juego e identidad que ha mostrado no solo en su estadía en la primera división, sino las muestras de suficiencias que dio en una competitiva Primera B la temporada anterior, en la que, en más de una fecha, incluso marchó puntero.
La plantilla de los Tomateros reúne a jugadores picados, veteranos y jóvenes, dándole una consistencia competitiva sólida, que a pesar de ser un plantel corto, ha sabido responder en la cancha al cambio de división, y que – a pesar de su ubicación- pareciera tener suficientes recursos futbolísticos para quedarse tranquilamente en la categoría y no parecer ser un club que apenas y supera la década de existencia, en la que la mayor parte del tiempo se la pasó entre el fútbol amateur y semiprofesional chileno, completando 3 ascensos consecutivos.
Pero lo que parece ser a la fecha una de las mayores sorpresas de nuestro decaído balompié no solo obedece a lo que se ha hecho desde la dirigencia, sino también – y fundamentalmente- desde la banca, con un técnico chileno, lo que es poderosamente llamativo, interesante y una buena noticia.
Dirigidos inusualmente por un técnico chileno, lo de Limache con Víctor Rivero es digno de destacar, pues el aún joven DT nacional ha sabido impregnar desde hace ya tiempo su identidad ofensiva pero también pragmática y estratégica a la hora de enfrentar los encuentros, manteniendo, por sobre todo, una actitud propositiva de cara a sus rivales, buscando – con sus armas- ser protagonista y una fiera resistencia en defensa. Lo de Rivero y Limache no solo llama la atención por lo que, en un determinado contexto es hacer bien las cosas, sino porque es de los pocos entrenadores nacionales que han sabido responder a la exigencia y situarse con competitividad al mundo del fútbol de primera división.
Rivero ha consolidado una carrera ligada al fútbol que, por cierto, ha estado marcada por su relación con los equipos de la quinta región, donde ya ha sabido ser exitoso, consiguiendo ascensos con San Luis, Unión La Calera y el propio Limache, en dos oportunidades.
La sabida crisis del fútbol chileno no se refleja tan solo en la ausencia ya sostenida en mundiales, o en la poca y disminuida jerarquía de los equipos que reciben a los escasos jugadores que emigran al fútbol europeo, sino también lo hace ante la escasez de técnicos chilenos que dirigen y son – en diversos niveles y contextos- realmente competitivos, y una muestra de ello es la constante de directores técnicos que comandan la selección chilena: todos extranjeros.
Rivero, de 45 años y ya con un pequeño pero evidente y sólido palmarés, aún tiene espacio importante de crecimiento para romper esa anemia de entrenadores nacionales que parecen no poder dar el salto.
Ojalá se le ponga mayor atención a su trabajo y figura como se lo ha hecho con técnicos extranjeros de dudosa trayectoria y capacidad pero excelente verborrea, pues – pareciera ser- Rivero ha dado un pie adelante a la hora de desenvolverse como DT, entendiendo que no solo aspectos táctico-futbolísticos son relevantes, sino también las habilidades blandas y comunicacionales juegan un rol.
Victor Rivero no tiene la atención de técnicos foráneos u otros entrenadores connacionales que se han titulado con honores y tienen entendido léxico pero que son incapaces de imponerse con claridad y ascendencia ante un plantel de jugadores, pero sí es alguien a quien poner atención de cara a los próximos años.