Opinión| Ni antes tan poco, ni ahora tanto | OneFootball

Opinión| Ni antes tan poco, ni ahora tanto | OneFootball

In partnership with

Yahoo sports
Icon: Informa Betis

Informa Betis

·22 de septiembre de 2025

Opinión| Ni antes tan poco, ni ahora tanto

Imagen del artículo:Opinión| Ni antes tan poco, ni ahora tanto

Dijo una vez Antonio Cordón que históricamente el Real Betis es un club cíclico. Unas palabras que hacían referencia a las épocas de bonanzas y también de austeridad que el club verdiblanco ha atravesado a lo largo de casi 120 años de historia. No obstante, se trata de una conclusión aplicable a más ámbitos del club (temporalmente) de La Cartuja.

Es bien conocida la forma pasional de vivir el Betis que tiene su hinchada. En las buenas capaz de llevar un equipo en volandas, pero sin temor a dar un tirón de orejas cuando las cosas no van bien. En una sociedad cada vez más polarizada, también se refleja a la hora de pasar de un extremo a otro en el intervalo de un partido. De hablar de «fin de ciclo» por empatar en casa del Levante, a escuchar a alguno decir que la UEFA Europa League «ya está ganada» tras vencer a la Real Sociedad.


OneFootball Videos


Si algo hay que valorarle a Manuel Pellegrini en su etapa como entrenador del Real Betis es ese punto de mesura que añade tanto en las buenas como en las malas. Rechazando cualquier protagonismo, casi buscando un segundo plano, ha sido capaz de gestionar los momentos de crisis desde la tranquilidad fruto de la experiencia, al igual que rebajar la euforia de forma que no afecte a los resultados. Pese a la garantía de objetivos que ha ofrecido hasta ahora y el sobrado crédito ganado a base de victorias, no falta quien saca su lista de supuestos sustitutos de garantías al más mínimo tropiezo.

Sucede lo mismo en el caso de los despachos. Una década de estabilidad (no sin obstáculos y momentos complicados, como es normal) nunca antes vista en el club. Datos objetivos como que la plantilla actual es la más cara de la historia del Betis, futuros proyectos ambiciosos o los diferentes logros deportivos cosechados así lo abalan. De igual modo, existe aún ese sector que a la más mínima mala racha de resultados está preparado para pedir cabezas. Da igual años y años de éxitos, que un par de malos partidos sirven como excusa para derrumbar un proyecto sostenible. El fútbol y su falta de memoria.

Basta con darse una vuelta por las redes sociales para ver las trincheras de uno y otro bando. Los catastrofistas y los que ven todo perfecto. No importa la verdad, con tal de aparentar «tener la razón» para rascar un puñado de likes. Lejos de los intercambios de opiniones respetuosas o las críticas constructivas, las horas después de cada partido X parece un concurso por ver quién publica el tweet más visceral o momento para cobrar facturas pendientes hacia el «bando enemigo». Y cuando el resultado es el opuesto, a la inversa. Un sinsentido.

Debates (si se les puede llamar así) cargados de toxicidad envueltos en mantras inservibles como «yo ya dije que…», «ojalá me calle la boca», «al tiempo» o «así es imposible competir». Pero que las cuentas falsas, muchas de ellas que solo aparecen en las buenas o en las malas, no paran de azuzar. Comentarios nocivos, bulos y descalificaciones que hacen flaco favor a cualquier club, en este caso, al Betis.

Poco a poco, la prudencia que se transmite desde el banquillo y desde el palco va calando también en la grada. Aunque aún quede trabajo por hacer, progresivamente la paciencia y la cordura se imponen a la inmediatez y las facturas personales de unos pocos. Los extremismos van reduciéndose y aislándose en favor de una afición que conoce más, valora más y confía más. Porque si algo ha demostrado es que cuando la gran masa social del Betis se olvida de trincheras personales y rema en la misma dirección, más de 60.000 gargantas yendo a una gana puntos, pasa eliminatorias y es capaz de mirar cara a cara a lo aparentemente imposible.

Ver detalles de la publicación