OPINIÓN | No fue Tena; fue Santis | OneFootball

En el artículo anterior, en referencia al partido contra República Dominicana, expresé lo siguiente: “En el papel, el conjunto nacional es favorito para ganar dicho encuentro, pero después de la deprimente actuación contra El Salvador, las alarmas se encienden porque Luis Fernando Tena ha sido incapaz de tener un equipo base, sólido en todas sus líneas y con una idea de juego definida, por lo que tendremos que confiar en la inspiración individual de los jugadores para sacar adelante la tarea”.

Eso fue exactamente lo que sucedió. Los caribeños nos dieron un baño en el primer tiempo, a pesar de los contratiempos que tuvieron para llevar al CEMPRO, sobreponiéndose al tanto logrado por una anticipación de Oscar Santis para desviar el balón con la suela de su botín y mandarlo adentro para el 1-0 cuando el juego apenas comenzaba.

Pero, luego, ellos se apoderaron del balón, lo tocaron con propiedad, mostraron que saben jugar muy bien al espacio y aprovecharon la separación de nuestras líneas para hacernos mucho daño, a lo que se sumó la fatal noche de Nicholas Hagen, quien (de manera increíble) confesó que estaba muy nervioso. ¿Qué podemos esperar de él para cuando enfrentemos a verdaderos equipos y no a un grupo de chamusqueros que se reunieron unos pocos días antes del partido?

Para el segundo tiempo podemos hablar de que hubo cambio de actitud y algunos movimientos en el esquema, pero no fue eso lo que varió el destino del partido, sino la actuación individual de un solo hombre: Oscar Santis.

Fue él quien hizo el servicio para el gol de cabeza de Nicolás Samayoa, en algo que podríamos darle mérito al entrenador por haber sido seguramente una jugada ensayada, pero en lo demás no, porque la remontada se logra con un obús desde la entrada del área y el tanto que aseguró el triunfo fue una aparición del Lelito a la espalda de los zagueros para convertir un triplete que nos salvó de una verdadera tragedia.

Quitemos las jugadas de Oscar Santis y busquemos algo extraordinario que hayamos hecho como equipo, y seguro estoy que nos va a costar mucho encontrarlo, a pesar del desplome físico del adversario, siendo lo peor que un comentarista de televisión haya insinuado que algunos jugadores están en la Selección para que sean vistos en el extranjero, lo que podría catalogarse como un tráfico de influencias. Si algo sabe, sería bueno que Juan Carlos Plata lo dijera sin ambigüedades.

Pero, por si algo faltaba, apareció Luis Fernando Tena para decir después del partido: “Nos vamos contentos por el segundo tiempo especialmente, y nos pone contentos que la gente se vaya feliz. Nos damos cuenta de que somos un equipo fuerte, nos ganamos el respeto de los rivales porque nos observarán de otra forma”.

¿Alguien cree que a Panamá, Costa Rica, Honduras, Jamaica, El Salvador o Haití se les espantó el sueño por la exhibición que dio Guatemala anoche? ¿Cree el Señor Tena que acabamos de nacer y todavía nos puede dar atole con el dedo?

Como guatemaltecos bien nacidos en esta tierra bendita, estamos contentos con el triunfo de la Selección, pero si no somos autocríticos, si no nos damos cuenta de que seguimos dando tumbos, si no entendemos que la victoria de anoche contra un grupo de beisbolistas fue producto de la inspiración de uno, solo uno, de nuestros jugadores, entonces la vamos a pasar muy mal en septiembre, cuando comiencen los partidos de verdad.

Ojalá que Guatemala gane el martes en Jamaica, pero eso no cambiará nuestro destino: para el sorteo del jueves 12 estaremos en el Bombo 3 y si no hay sorpresas entre hoy y el martes, en los bombos 1 y 2 estarán Panamá, Costa Rica, Jamaica, Honduras, El Salvador y Haití, dos de los cuales serán nuestros rivales para obtener el boleto directo a la Copa del Mundo a partir de septiembre.

Con mucho dolor, pero con sinceridad, estoy seguro de que jugando como anoche no lo lograremos, pero quedan tres meses y algo podremos mejorar si en la cancha aparecen los destacados, y no los recomendados, y si Tena se enfoca en un once inamovible, sin manoseos, y en el que hasta ahora el único que se ha ganado el puesto es Oscar Alexander Santis.

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