Informa Betis
·17 de febrero de 2025
Opinión| “Sangre que no desborda, juventud que no se atreve”
![Imagen del artículo:Opinión| “Sangre que no desborda, juventud que no se atreve”](https://image-service.onefootball.com/transform?w=280&h=210&dpr=2&image=https%3A%2F%2Finformabetis.com%2Fwp-content%2Fuploads%2F2025%2F02%2FIMG_5465.jpeg)
In partnership with
Yahoo sportsInforma Betis
·17 de febrero de 2025
Sangre que no se desborda,juventud que no se atreve,ni es sangre, ni es juventud,ni relucen ni florecen.
Así aclamaba Miguel Hernández a la juventud en aquellos tiempos difíciles. Y, cual si fuera un símil deportivo, el Real Betis atravesaba un camino correoso del que solo podía salir de la mano de su sangre más fresca, su cantera.
Con una defensa anotada en su mayoría en la lista de la enfermería y con activos tangibles en un dudoso nivel de rendimiento, Manuel Pellegrini se encomendaba en un Betis Deportivo de sorprendentes prestaciones en todas sus líneas. Y ahí erigieron dos futbolistas que a día de hoy figuran como elementos claves en el esquema del técnico chileno, Ángel Ortiz y Jesús Rodríguez.
El primero y más tardío es claro ejemplo de lo que Miguel Hernández demandaba en su verso, un guerrero que estuviera dispuesto a derramar sangre, sudor y lágrimas por su Real Betis. Y así fue, desde principio a fin, Ortiz se agarró a la banda derecha del Benito Villamarín sin rehusar ningún esfuerzo hasta meterse en el bolsillo a toda la afición verdiblanca.
Pundonor, entrega y sacrificio a la par que una intensidad incansable para insistir en ataque y colocar centros con gran intención, algo que el Betis no veía en un lateral desde hace mucho tiempo. Suya fue la asistencia para el gol in extremis de Bakambu en Mallorca y suyo era el carril izquierdo hasta que ayer ante la Real Sociedad, saliera del campo aquejándose de su tobillo.
Por otro lado, Jesús es la joya de la corona, ese diamante en bruto que sale una vez cada equis años, aquel extremo que recuerda a los primeros pasos de una leyenda viva que dejó su arte en el césped para ayudar desde el palco. Una sucesión que casi parece planeada por los mejores expertos en genética, que deja “flashbacks” nostálgicos a cada uno de sus movimientos.
Es la valentía del desborde, la intención incansable que provoca pesadillas en el defensor rival y la ilusión de los primeros compases de una historia que promete ser de altura. Ese niño que soñaba de pequeño con lo que hoy vive cada fin de semana.
Y así, el Real Betis resurgió de sus cenizas, gracias a su juventud altamente cualificada e incansable. A esos béticos que esperan su oportunidad bajo el calor de una cantera que se posiciona entre las mejores del fútbol español.
En vivo