Pacheta se aferra al Granada CF | OneFootball

El arranque del Granada CF en LaLiga Hypermotion ha sido un camino lleno de piedras. Los resultados no han acompañado. Y las dudas se han instalado en la grada, pero no en su banquillo. Pacheta, con la serenidad de quien ha vivido mil batallas en el fútbol, lo dejó claro antes del duelo en La Rosaleda: “Jamás he pensado en marcharme”. Una frase contundente. Casi un juramento, que retumba como declaración de principios en un momento donde cualquier gesto de debilidad se magnifica.

La remontada como síntoma de vida

El partido ante el Málaga CF se presentaba como un examen de fe. El equipo nazarí se vio dos goles abajo, pero no bajó los brazos. La reacción llegó en la segunda mitad, donde el Granada mostró otra cara, más combativa, más reconocible. El empate final (2-2) supo a alivio, a resistencia.

Tras el pitido final, Pacheta lo resumió con una frase que invita al optimismo: “La segunda parte es lo que quiero de mi equipo”. No fue solo un mensaje táctico. Fue un recordatorio de que hay mimbres para cambiar la dinámica.

Contexto y estadísticas de un arranque difícil

El Granada afronta una temporada marcada por la exigencia de volver a ser candidato al ascenso. Sin embargo, los números iniciales han sembrado incertidumbre. Sin victorias, con errores defensivos y una plantilla aún en fase de adaptación a los automatismos de su técnico. +

Algunos jugadores todavía no han encontrado la regularidad que pide la categoría, mientras que la solidez del bloque ha quedado en entredicho en varios encuentros. Pese a ello, el empate en Málaga puede actuar como punto de inflexión.

Pacheta y el valor de la convicción

En un fútbol donde la paciencia es un bien escaso, la figura de Pacheta emerge como un ancla. Su mensaje transmite confianza en medio de la tormenta. El entrenador burgalés sabe que esta categoría no se conquista en septiembre, sino en la larga maratón de 42 jornadas. Y si algo ha demostrado es que su capacidad para reconstruir equipos golpeados es innegociable.

El Granada necesita recuperar su esencia y el compromiso de todos sus hombres. La afición, herida por lo constitucional, espera una reacción que devuelva la ilusión al Nuevo Los Cármenes. Pacheta lo tiene claro: marcharse nunca fue una opción. Ahora, su desafío es lograr que esa firmeza se traduzca en victorias que devuelvan al club al lugar que reclama su historia.