Parce, Medellín aplazó la clasificación | OneFootball

Parce, qué noche tan amarga nos pegamos el viernes, ome. Independiente Medellín fue hasta Bucaramanga con la maleta llena de fe, pero se volvió con el corazón medio desinflado. Caímos 2-0 en el Américo Montanini, y no, no era el guion que teníamos en mente. Nos faltó ese triunfo que nos metiera directo a los cuadrangulares, pero tranquilos, que esto no se ha acabado y el rojo nunca baja la cabeza.

La vuelta no fue un desastre, fue una alerta. Bucaramanga nos la puso difícil, nos presionó alto, y aunque el equipo mostró ganas, nos costó encontrar el ritmo que nos tiene acostumbrados. La defensa firme, el medio luchándola, pero arriba nos faltó puntería y un poquito más de chispa.

Ahora todo se resume al jueves, parceros. Ese partido aplazado contra Tolima es nuestra final anticipada. Un duelo directo, con olor a pólvora futbolera. Medellín tiene la responsabilidad, sí, pero también tiene el corazón, la historia y esa hinchada que no abandona ni en las malas. El Atanasio va a rugir, y el rojo tiene con qué responder.

Hay que decirlo con todas las letras: ¡tenemos con qué! Este equipo ya ha demostrado que sabe levantarse, que se crece en la adversidad. Jugadores como Pons, Ricaurte y Cetré no se arrugan, y el profe Arias seguro ya tiene claro el plan para sacar los tres puntos. Nada está perdido, solo se aplazó la fiesta pa’ otra fecha.

Y es que si algo sabe el Poderoso es renacer. Nos han dado por muertos tantas veces y siempre volvemos, más fuertes, más bravos, más hinchas. El jueves vamos a tener que dejar el alma en la cancha y en la tribuna, porque no solo es un partido, es una declaración: el Medellín quiere, puede y va a estar en los cuadrangulares.

La invitación es clara, parcería: pintemos el estadio de rojo, pongamos a vibrar las tribunas y acompañemos al equipo como solo nosotros sabemos. El Atanasio tiene que ser una caldera, un templo rojo lleno de fe, pasión y aguante. ¡No hay espacio pa’ la duda!

Así que relajate, que el rojo no está caído, solo está tomando impulso. El tropiezo ante Bucaramanga fue eso, un tropezón, no una caída definitiva. El jueves vamos todos por esa clasificación, porque si algo tenemos claro es que el Medellín no camina solo, camina con su gente, con su parche, con su alma. ¡Vamos, Poderoso, que esto apenas comienza!