Parce, nada de nervios que el jueves el DIM clasifica | OneFootball

¡Oigan, parceros! No nos vamos a enredar por una derrota, ¿cierto? El Medellín cayó en Bucaramanga, sí, eso es verdad, pero esto no se ha terminado ni mucho menos. Esto apenas está empezando, y como decimos los del pueblo rojo: ¡el DIM siempre se levanta! Estamos séptimos con 29 puntos, todavía en la pelea, y con un partido pendiente que puede cambiarlo todo.

Esto no es de rendirse ni de agachar la cabeza. No, no, no. Esto es de aguante, de creer, de entender que en el fútbol hay tropiezos, pero el que tiene historia, el que tiene corazón, sabe cómo sacudirse. Y si algo tiene este equipo, es eso: raza, garra y amor por esta camiseta que vibra con cada latido de la tribuna.

El jueves es el día clave, mis llaves. Contra el Tolima, en ese partido aplazado, nos jugamos el todo por el todo. ¿Y saben qué? ¡Lo vamos a ganar! Así con toda la fe y la energía puesta en el Atanasio, porque ahí es donde el Poderoso muestra los dientes, se llena de valentía y hace respetar su casa.

Yo sé que hay molestia, que hay dudas, que algunos están con la mecha corta, pero este no es momento de dividirnos. Este es momento de apretar los puños juntos, de alentar, de hacer sentir ese rugido que solo la hinchada del DIM sabe soltar. Porque cuando estamos unidos, somos invencibles.

No es casualidad que estemos ahí, con chances, con un partido menos, con la ilusión intacta. Es mérito de un equipo que, entre subidas y bajadas, ha sabido mantenerse con vida. Y si hay que sufrir, pues sufrimos; si hay que empujar, empujamos; pero jamás nos bajamos del bus.

Así que, parcero, usted que siempre ha estado ahí, no deje de creer. El jueves no es un partido más, es una final anticipada. Es la oportunidad de poner las cosas en su lugar, de callar bocas, de sacar pecho y decir: “Aquí está el Medellín, el que nunca se rinde, el que pelea hasta el final”.

Nos vemos el jueves, con la camiseta puesta, con el alma encendida y con la promesa firme de no dejar solo al Rojo. Vamos a clasificar, lo vamos a hacer por nosotros, por la historia, por los que están y los que ya partieron. Porque cuando el Poderoso ruge, el continente tiembla. ¡Vamos Medellín, carajo!