
Sitio Boca
·7 de septiembre de 2025
Pedrín, el fainero que se convirtió en mito xeneize

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·7 de septiembre de 2025
Nació en la década del ’40, en plena época de esplendor de los radioteatros, y con el tiempo se volvió un símbolo xeneize que aún hoy late en las tribunas, en banderas y en la memoria popular. La historia de Pedrín, el fainero más famoso de un barrio pizzero por excelencia, es también la historia de cómo un personaje de ficción se transformó en mito.
Su figura es inconfundible: pelos revueltos, bigotes espesos, pizza en mano, camiseta azul y oro infaltable y sonrisa eterna, más allá de los resultados o del bolsillo flaco. Así nació Pedrín, un tano inmigrante que apareció en “La gran pensión El campeonato”, un radioteatro transmitido por Radio Belgrano en los años cuarenta, cuando la radio ocupaba el centro de la vida cotidiana de los argentinos y la televisión todavía era un sueño lejano.
La trama giraba en torno a una pensión donde cada inquilino representaba a un club y competía por conquistar a la hija de la dueña, conocida como “Miss Campeonato”. El representante de Boca fue Pedrín: pizzero, trabajador de la masa, gordo, bigotudo, generoso y siempre alegre, incluso frente a las adversidades de la vida. Su pasión por Boca lo compensaba todo. Encarnaba al hincha común, al obrero de barrio, al tano bostero que se desbordaba de amor por sus colores.
La identificación popular llegó enseguida. Y tuvo su golpe de suerte: en 1943 y 1944, Boca cortó la hegemonía de “La Máquina” de River y se consagró bicampeón del fútbol argentino. La ficción acompañó la realidad: Pedrín, interpretado por el capocómico Félix Mutarelli, conquistaba a la “Miss Campeonato”, encarnada por actrices como Cheché March, Hilda Viñas, Herminia Franco o Carmen Vallejos, entre otras. Así, el personaje de radio se convirtió en reflejo de la alegría popular de aquellos títulos.
Con el tiempo, Pedrín trascendió las ondas radiales. De voz con acento italiano pasó a imagen en banderas, muñecos y hasta hinchas disfrazados en la Bombonera con peluca, bigote y pizza de cotillón. En los festejos de campeonato, era habitual verlo acompañado de una “novia”, como trofeo simbólico de la conquista.
Sin haber pateado nunca una pelota, Pedrín se volvió parte del folklore xeneize. Representa la fidelidad, la alegría y la perseverancia de una hinchada que hace de Boca un modo de vida. Su legado no se mide en estadísticas ni títulos oficiales, sino en cada bandera que flamea, en cada grito de gol y en el corazón de cada bostero que lo reconoce como uno de los suyos.
Pedrín, el fainero, es mucho más que un personaje de ficción: es un eterno campeón de la pasión popular.