La Oral Deportiva
·19 de octubre de 2024
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Puntero del Clausura y de la Anual. Así llegará a la semifinal de la Libertadores Peñarol luego de vencer 2-0 a Boston River, al que le arrebató la posibilidad de ser líder. Eso promueve la confianza del equipo a los niveles máximo de cara a una instancia tan importante.
De las tareas más difíciles que tiene un entrenador de fútbol es mantener a todo el plantel motivado. Mucho más complicado lo es en un equipo grande, donde la cantidad de futbolistas es alta. Por eso los técnicos quieren que haya muchos partidos en la temporada, porque les da la posibilidad de rotar el plantel y mantener a la mayoría al menos contenta.
Hacer que todos se sientan útiles, importantes, es vital para el buen ánimo del grupo, lo cual contribuye a que el ánimo esté por las nubes y Diego Aguirre lo está consiguiendo. Allí está una de las claves de este Peñarol que anda tan bien en lo local como lo internacional.
El partido ante Boston River era una prueba de fuego para todo esto, porque con la semifinal por Copa Libertadores a la vuelta de la esquina era necesario rotar. Por eso puso un equipo B, con dos presencias de habituales titulares como Gastón Ramírez y Damián García, para recibir al equipo revelación del Uruguayo, que llegó segundo en el Clausura y tercero en la Anual.
Confiar para un partido tan importante -que podía incluso tener efectos nocivos para el mirasol en la Tabla Anual- a las alternativas no deja de ser un salto de fe; una demostración de confianza. Porque no se trata de hacerles ver a los habituales suplentes que tienen una oportunidad de mostrarse, sino convencerlos que en la medida que respondan a las expectativas sin tener que recurrir a los titulares contribuirán desde ese lugar al objetivo principal que es el torneo internacional.
Más allá de que Boston River no fue ni por asomo el rival esperado -porque careció de profundidad, Leandro Suhr jugó mucho más lejos del arco de lo habitual y la ausencia de Bruno Damiani (suspendido) le quitó potencia en el área-, sorprendió el buen rendimiento colectivo que tuvo Peñarol, pues se trató de una oncena que no suele jugar junta.
El doble 9 exigió muchísimo y se complementó muy bien, transformándose en opciones claras de pase gracias a la movilidad demostrada. Y el gol al minuto 7 fue la muestra clara de ello: Facundo Batista fue punto de pase, pero en lugar de recibir abrió las piernas y con ello descolocó a la defensa rival, permitiendo que Felipe Avenatti recibiera, girara con un gran control orientado y sacara el zurdazo cruzado para el 1-0 que significó su primer grito sagrado como mirasol.
Desde lo táctico la clave fue que Peñarol solo se preocupó de cortar dos líneas de pase: las que tenían como punto de referencia a Leandro Suhr por derecha y a Juan Manuel Gutiérrez por izquierda. Tuvo éxito la mayoría de las veces y cuando no, ambos tuvieron dos hombres encima para escalonarlos en la marca y no permitirles desarrollar velocidad. A partir de ahí controló el partido, porque el resto de los movimientos de pelota del Sastre no lastimó.
El segundo gran acierto de Aguirre fue haber puesto a Leonardo Fernández a jugar los últimos 30 minutos. Peñarol dominaba el partido aún sin el balón, porque se jugaba en el sector del campo que quería el aurinegro, pero no terminaba de liquidar el partido pese a generar situaciones en transiciones rápidas. Todo lo solucionó la zurda mágica del 8, quien a los 68’ se vio en soledad absoluta a unos 30 metros del arco y sacó un remate soberbio, potente y seco para inflar la red y asegurar los tres puntos. Esa media hora en cancha le alcanzó para ser la figura del partido, porque desde su ingreso el aurinegro generó una gran cantidad de situaciones de riesgo.
Peñarol ganó (tercer partido consecutivo sin recibir goles) y ahora sí se va con la confianza plena a Río de Janeiro para afrontar el partido de ida por semifinales de Libertadores ante Botafogo, porque sabe que tiene un gran equipo A y un uno B muy bueno como para cuidarle las espaldas a los que van por una consagración internacional con la tranquilidad de que el Uruguayo está bien defendido.
Día: 19/10/2024Hora: 19.30Estadio: Campeón del SigloTV: VTV Plus y Disney+Árbitro: Andrés MatonteAsistentes: Nicolás Tarán y Heber GodoyCuarto árbitro: Esteban GuerraVAR: Daniel Fedorczuk y Santiago FernándezGoesl: 7′ F. Avenatti (P) y 68′ L. Fernández (P)
Clasificación ofrecida por Sofascore
Clasificación ofrecida por Sofascore
No hay dudas: Peñarol tiene como prioridad el partido del miércoles ante Botafogo por la ida de semifinales en Copa Libertadores y por eso Diego Aguirre rota una vez más el plantel. Vuelve la formación B para afrontar un duelo por el Clausura, aunque este no es uno cualquiera: recibe a Boston River, el equipo revelación de la temporada, que marcha segundo en el torneo corto y tercero en la Anual.
La institución aurinegra toma un riesgo alto, porque ceder puntos puede significarle perder la punta de la tabla acumulada e incluso complicarle el andar en el Clausura, pero el objetivo es llegar a la final continental y eso nadie puede reprochárselo, ni siquiera sus propios hinchas.
Boston River, dirigido por el debutante Jadson Viera, es un equipo práctico, veloz y muy eficaz, aunque para este juego no dispondrá de su goleador Bruno Damiani, expulsado el fin de semana. El centrodelantero, autor de 10 goles y artillero del Clausura, ha sido pieza clave junto a Leandro Suhr, un delantero picante, encarador, rápido, escurridizo y que siempre genera algo.