La Oral Deportiva
·1 de enero de 2024
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Cuando al Cr. José Pedro Damiani le preguntaban durante su presidencia en Peñarol si un futbolista le había salido caro al momento de contratarlo él respondía: “los jugadores más caros son los que no juegan”. Al histórico dirigente aurinegro no le importaba que la institución desembolsara una suma suculenta si eso le significaba lograr títulos, porque lo consideraba una inversión y no un gasto. Por eso Pablo Bengoechea fue de los futbolistas mejores pagados en el fútbol uruguayo de la década de 1990 pero lo valió, porque condujo desde el campo de juego a Peñarol a se segundo quinquenio y con presencia continua.
Toda esta introducción tiene que ver con algo que ocurrió en Peñarol en este 2023 que terminó de la peor manera para el aurinegro, pues luego de ganar con luz el Apertura fue un verdadero desastre en el resto, terminó último y sin puntos en la Copa Sudamericana y perdió las finales del Uruguayo ante Liverpool por un global de 3-0 al haber sido superado 2-0 en la ida y 1-0 en la vuelta.
Una de sus principales contrataciones (sino la principal por la erogación realizada) estuvo en campo poco más de un tercio de los minutos disputados por el equipo y solo aportó el 20% de los tantos a lo largo de toda la temporada. Abel Hernández no fue lo que Peñarol fue a buscar a comienzos de año y por eso no extraña que no se le haya renovado el contrato.
Comencemos por revelar los números de La Joya en 2023:
Estos registros son en el total del año y por toda competencia, es decir que incluyen Campeonato Uruguayo (Apertura, Intermedio, Clausura, Semifinal y Finales), Copa Sudamericana y Copa AUF Uruguay.
Las lesiones mantuvieron al delantero afuera del campo de juego durante largos periodos en el año, principalmente en el segundo semestre y por allí puede estar cierta parte de la explicación de por qué Peñarol tuvo tan mala campaña durante ese lapso. Incluso ya en la segunda parte del año, más precisamente entre el 3 de julio y el 19 de agosto, tuvo quizás su mejor momento cuando convirtió 6 goles en 5 partidos. Pero luego llegó un desgarro que demoró mucho en curarse.
Su importancia quedó demostrada cuando volvió para la semifinal, pues entró y anotó en los descuentos el gol que le dio al conjunto aurinegro un par de vidas extras al estirar la definición del título hasta tres partidos. Por cierto: tampoco estuvo a la orden en la final de ida disputada en Belvedere.
Hernández jugó 4 de los 6 partidos por Copa Sudamericana y no convirtió, en tanto se perdió el único por Copa AUF Uruguay en el cual el carbonero venció 3-0 a Sud América.
La cuestión pasa a ser más grave aún por haber sido el futbolista mejor remunerado del plantel. A Peñarol le costaba aproximadamente 60.000 dólares por mes entre el pago de su salario, impuestos y aportes. En defensa de Abel lo que debe decirse es que su promedio anotador es bueno, pues convirtió un tanto cada 121 minutos (un partido y medio) que estuvo en cancha.
¿Peñarol no fue campeón por culpa de Abel Hernández? De ninguna manera, pues el fútbol es un deporte colectivo al que juegan 11 por cada lado, por cuanto tiene en todo caso una cuota parte de la responsabilidad. Lo que sí cabe preguntarse es: ¿Qué hubiera sido de Peñarol con La Joya en plenitud? Es tan válido como incomprobable, pero con su promedio anotador es seguro que el aurinegro hubiera convertido muchos más goles (la proyección da 15 más si hubiera jugado todos los minutos, algo casi imposible) y con ello hubiera ganado puntos que al menos le hubieran dado la Anual, lo cual le habría significado el título al haber ganado la semifinal.