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·14 de noviembre de 2024
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Francia vs. Israel: Un partido marcado por la tensión política.
El partido de la Nations League entre Francia e Israel, disputado en el Stade de France, estuvo marcado por una fuerte carga política que se hizo sentir tanto dentro como fuera del estadio. La tensión entre ambos países, sumada a las manifestaciones a favor de Palestina, crearon un ambiente de alta seguridad y una baja asistencia al encuentro.
Un estadio casi vacío
A pesar de ser un partido de selecciones nacionales, apenas 13.000 espectadores se dieron cita en Saint-Denis para presenciar el encuentro. Esta baja asistencia se debió en gran medida a la convocatoria de miles de aficionados franceses a boicotear el partido como forma de protesta contra la política israelí. Mientras tanto, a solo un kilómetro del estadio, se llevaba a cabo una manifestación en apoyo a Palestina.
Medidas de seguridad extremas
Ante la previsión de incidentes, las autoridades francesas desplegaron un dispositivo de seguridad sin precedentes. Se establecieron dos anillos de seguridad en los alrededores del estadio, donde los aficionados debieron identificarse con sus documentos y se les prohibió el ingreso de banderas palestinas, botellas de plástico y cualquier objeto que pudiera ser utilizado para alterar el orden público. Incluso los periodistas fueron sometidos a estrictos controles de seguridad.
La selección israelí, bajo protección
La selección israelí llegó al estadio en un autobús blindado, escoltada por las fuerzas de seguridad, para evitar cualquier tipo de incidente. Los hinchas israelíes también fueron escoltados y pudieron acceder al estadio sin mayores problemas.
Un ambiente tenso dentro del estadio
A pesar de las medidas de seguridad, la tensión se hizo sentir dentro del estadio. Durante la interpretación del himno nacional de Israel, se escucharon fuertes pitadas por parte de los aficionados presentes. La megafonía del estadio tuvo que subir el volumen para intentar opacar las protestas.
Un partido marcado por la política
El partido entre Francia e Israel fue mucho más que un simple encuentro futbolístico. Se convirtió en un escenario para expresar las tensiones políticas y sociales que existen entre ambos países. La baja asistencia, las medidas de seguridad extremas y las protestas dentro y fuera del estadio son una clara muestra de ello.
Este evento pone de manifiesto cómo el fútbol, a menudo utilizado como herramienta de unión y entretenimiento, puede verse afectado por conflictos políticos de gran envergadura.