¿Por qué se duda del rayismo de Isi Palazón? | OneFootball

El centrocampista del Rayo Vallecano destapa sus pensamientos acerca de su rendimiento y confiesa que no lo está pasando bien

Hablar de Isi Palazón es mencionar a uno de los futbolistas más importantes de la historia de la Franja. 7 temporadas a sus espaldas, octavo jugador con más partidos con la elástica rayista y, por si fuera poco, noveno goleador histórico del club franjirrojo. Los números, le pese a quien le pese, son de una leyenda que, por alguna razón desconocida, en los últimos tiempos no tiene la unanimidad del público de Vallecas. Curiosamente, cuando el viento corre a favor, Isi es uno de los jugadores más llamativos para sus aficionados, el espectador medio de LA LIGA e incluso, como reclamo publicitario para algunas marcas. En cambio, cuando se transforma en vendaval, se convierte en una diana fácil para un sector que le está esperando con ganas.

Algo no andaba bien

Un partido para olvidar, pero en uno de sus peores días, Isi Palazón apareció en el minuto 93 para salvar al Rayo Vallecano de una eliminación que pocos esperaban. Su celebración se describe por si sola: mirada a la grada, a los suyos, con la cara emocionada y dejando entrever que algo no anda bien, pero hasta ahí, todo eran suposiciones. Finalmente, los chicos de Íñigo Pérez se clasificaron con otro gol salvador de Álvaro García en la prórroga.

Isi Palazón, celebrando el gol ante el Lech. Foto: Rayo Vallecano.

Sin embargo, el alivio de la victoria no fue suficiente para apagar las dudas crecientes sobre un grupo de jugadores que, a pesar de estar fuera del descenso y vivo en la Copa del Rey y en la Conference League, se les está exigiendo unas metas quizás muy elevadas donde, por momentos, la emoción de jugar en Europa se está comiendo la humildad de muchos. Y no precisamente la de la plantilla, más bien, la de parte de una afición que parece haber olvidado que a Vallecas se viene a animar al Rayo, no a ver a ganar al Rayo.

Preocupación

Evidentemente, la exigencia individual y colectiva debe ser alta. En este aspecto, todas las partes están de acuerdo. Es indiscutible que Isi Palazón lleva dos meses sin poder demostrar su mejor versión. Se dice poder porque el intento de dar está ahí, pero no sale la cara de la moneda. El run run se amplió en la noche de la remontada ante el Lech Poznan. El 7, que salió desde el banquillo, inició la épica con su tanto, pero la euforia no alargó en el tiempo una imagen que pasó desapercibida para muchos. Vómitos y unos dolores en el pecho en el rostro del murciano, pero en vez de largarse (y por una razón seria de salud), decidió seguir jugando para ser partícipe de un capítulo histórico para la Franja.

El reflejo de la sinceridad

El jueves, ante el Real Ávila, se dedicó a no echar balones fueras y agarrar la pelota de la sinceridad para ser tajante ante los periodistas presentes en zona mixta: «Las sensaciones no han sido buenas, a mí parecer, especialmente, individualmente». El de Cieza abrió el melón y ya no hubo remedio, se siguió cortando sin filtro: «No estoy en mi mejor momento, no hay que engañarse. Llevo varias jornadas así, lo tengo que solucionar. Soy persona. Ahora, necesito estar con mis compañeros, porque mi esencia es ayudar a los demás». La tensión aumentó con el paso de las preguntas y el tema de la polémica de Bratislava salió a relucir: «Me encanta que las críticas caigan sobre mí, pero cuando se dicen cosas falsas, me da tristeza. Que digan bulos me sienta mal. Me dejo todo por el escudo».

Isi, hablando antes los medios en la zona mixta en la Copa del Rey. Foto: Rayo Vallecano

No es habitual ver a un jugador hacer una autocrítica tan sincera como hizo Isi Palazón. En esta montaña rusa de emociones, por vivir un año histórico, se están perdiendo muchas nociones de las perspectivas básicas que definen al Rayo Vallecano. Jugar en Europa o hacer gestas es un premio a un vestuario que ama la constancia al entrenamiento. Ganar un título es un sueño, no una obligación. La Franja ha elevado tanto su ritmo competitivo desde el último ascenso, que parece es ya es inamovible ganar a los rivales de su liga. Al igual que Íñigo Pérez estimula al grupo para ver que pueden alcanzar metas, a priori, inalcanzables; también siempre remarca que la permanencia y la humildad, dos premisas innegociables para que no se repitan los errores del pasado, cuando el vestuario perdió la confianza antes de la llegada de Íñigo Pérez.

Arropado

Por último, otro de los capitanes como Óscar Valentín, salió en defensa de su amigo y compañero por redes sociales: El ex del Rayo Majadahonda fue tajante: «Siempre en mi equipo, Isi. Después de tantos años y que haya gente dudando de tu compromiso con este club…». Después de la tormenta, parece que el aficionado medio de la entidad vallecana ha recapacitado para abrazar la sinceridad de uno de sus ídolos.

Óscar Valentín, celebrando un gol junto a Isi Palazón. Foto: Rayo Vallecano

Nadie debe olvidar su legado, porque ha sido uno de los grandes contribuyentes de hacer subir al Rayo Vallecano desde Segunda para establecerse en LA LIGA y volver a Europa 25 años después. De hecho, en la categoría de plata fue vital en la campaña del ascenso, con 10 goles y 5 asistencias. Así que si Isi Palazón está mal, es hora de que el aficionado le vuelva a abrazar como hizo en la 2023/2024, cuando se desvelaron por el propio jugador los problemas de salud mental por los que estaba pasando: «La ansiedad es epidemia en nuestros barrios. Habla. Aquí nadie está solo«, fue la pancarta que le dedicó el grupo Bukaneros y aplaudió todo Vallecas.

La humildad

En definitiva, es importante lo que ha hecho Isi Palazón. Como uno de los capitanes del Rayo, es esencial como salió a la palestra para lanzar un mensaje de unión, pero especialmente, para medir la ambición de una Franja que viene desde la humildad. Un concepto imprescindible. Ni staff ni jugadores, pero tampoco la hinchada. Si el 7 tira la camiseta o se va cabreado de Bratislava u Oviedo, quizás es porque es el mayor frustrado ante las derrotas del equipo rayista. ¿Qué está mal e incluso se puede debatir su suplencia? Por supuesto. ¿Qué dudar de un jugador que intenta dejarse todo en el campo y que incluso sigue jugando a pesar de tener vómitos y dolores en el pecho es llamativo? También. Y es aquí donde el aficionado del Rayo que se de por aludido debe reflexionar en estos días donde el equipo se juega todo.