¿Qué le ocurre a Trent? El misterio que empieza a preocupar | OneFootball

Cuando debía avanzar a toda velocidad, Trent ha descarrilado. Y, poco a poco, la situación empieza a generar inquietud. Su nivel está lejos de lo esperado. Muy lejos del rendimiento que mostró en el Liverpool. E incluso más lejos del nivel que ofreció con Inglaterra. Pero, sobre todo, está a un mundo de lo que se exige a un lateral derecho titular del Real Madrid.

Con el balón, se muestra errático. Abusa del centro. Y en los duelos defensivos se siente frágil. Evidentemente, todo futbolista necesita adaptación. Necesita tiempo. Necesita ritmo. Pero, en el caso de Trent, los trenes empiezan a pasar sin que pueda subirse a ninguno.

El fútbol suele premiar la firmeza de quienes aprovechan sus oportunidades. Es un deporte que avanza a golpe de lesiones, irrupciones inesperadas y pequeños detalles. Sin embargo, nada de eso está siendo el caso de Trent. Y sorprende, porque tenía el contexto ideal. Carvajal pasó de nuevo por quirófano. Una artroscopia en la rodilla derecha que prácticamente le aparta hasta 2025. Era el momento perfecto para que Trent diera un paso adelante. Regresaba de lesión. Tenía espacio, minutos y responsabilidad. Pero, al final, todo quedó en nada.

Xabi Alonso trató de tenderle la mano. De reforzarle públicamente. “Hemos aprovechado el parón con él”, afirmó en la víspera del duelo ante el Elche. Era un mensaje claro. Era su hora. Pero la imagen en el Martínez Valero resultó devastadora. Trent perdió 25 balones. Una cifra enorme. De hecho, la más alta para un jugador del Madrid desde que Vinicius perdió 33 ante el Athletic en abril. Y esto, por sí solo, ya dibuja un suspenso preocupante.

A ese dato se añade otro: su obsesión con los centros. Puso 18. El segundo jugador que más centros realizó, Carreras, apenas intentó tres. Es una diferencia brutal. Sí, tiene un pie privilegiado. Sí, su centro es un arma. Pero cuando la única vía de ataque es esa, se vuelve predecible. Y, por momentos, incluso inútil.

En la segunda parte, esos centros fueron casi la única forma de generar peligro. Aun así, no bastó. Y lo más inquietante llegó en defensa. El 1-0 de Febas lo dejó retratado. Le ganaron la espalda. No llegó al cruce. Apenas molestó en el disparo. Y su rabia después del gol fue el reflejo de alguien que sabe que, otra vez, sale mal en la foto.

Autor: Iván.

Sigan toda la información y actualidad deportiva en Twitter: @daiguallapelota, y en Instagram: @daiguallapelota