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La Galerna

·23 de septiembre de 2025

Raphinha, feliz por Dembélé

Imagen del artículo:Raphinha, feliz por Dembélé

Buenos días, amigos. Como imagináis, hoy nos toca escribir sobre el Balón de Oro, algo tan estimulante como asistir en directo al movimiento de las placas tectónicas. Ahora, ese galardón en realidad ya no es uno solo y con prestigio, como antaño, ni siquiera trino, sino que se trata de una gala en la cual se entregan multitud de premios diversos que guardan más relación con la propaganda y el parné que con el desempeño futbolístico.

Quienes conducen la carrera de los ganadores del Balón de Oro suelen pasar mucho tiempo bailando con lobbies, aunque nunca hayan coincidido con Kevin Costner. Hay incluso quienes afirman que algunos esféricos áureos se han comprado. Nosotros no vamos a afirmar tal extremo porque para ello se necesitan pruebas, como facturas en Hacienda y cosas así. Sí es conocido que Nasser Al-Khelaifi —compañero de pádel de algún periodista de Marca— está siendo investigado por «presionar» para que Messi lo ganara en 2021, pero seguramente sea infundado, Lionel merecía hasta el de este año. Que Catar haya «comprado» de facto Francia entera no puede llevar a colegir que sea capaz de amañar algún premio o Mundial.


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A todo esto, el ganador del Balón de Oro en su modalidad masculina fue Ousmane, el 10 del PSG, el equipo de Catar. Ya lo predijo Bécquer, Gustavo Adolfo, en su verso dedicado a Lamine Yamal: «Dembélé las oscuras golondrinas».

La no victoria del futbolista ejemplar para la juventud, ese que celebra fiestas de cumpleaños con chicas de imagen y enanos adornadas con tartas en las cuales aparecen turulos —un billete enrollado sirve casi exclusivamente para una cosa—, ha indignado al padre del excepcional futbolista, un señor con todas las letras, ejemplo de ponderación y virtud.

También ha apesadumbrado a los compatriotas antimadridistas, ciudadanos de la misma España de cuya selección se mofaba Yamal cuando fue eliminada por Marruecos. Es normal, el chaval merecía el Balón de Oro, ganó la Mugrienta Liga Negreira la temporada pasada, mérito superior en muchos órdenes a haber ganado dos Champions, siendo decisivo en ambas, como fue el caso de Vinícius. Y sin embargo ha debido conformarse con el premio Kopa, galardón también de alto prestigio, no en vano en 2022 lo ganó Gavi por delante de futbolistas claramente inferiores como Bellingham, Musiala, Wirtz, Gvardiol o Camavinga. Un Gavi, por cierto, que tendrá que pasar de nuevo por el quirófano y a quien le deseamos una pronta recuperación.

En Marca no han podido dedicarle la portada entera, entendemos que les habrá sentado fatal.

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Quien no pareció muy disgustado por la derrota de Lamine fue su compañero Raphinha, a tenor de las imágenes que pudimos ver en la gala.

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Parece que Raphinha se alegró más que La Galerna de que Lamine no ganase el Balón de Oro. Porque a nosotros nos la trae al pairo este evento al cual el Real Madrid ni acude. La sonrisita malévola del brasileño denota que el ambiente en el vestuario del Barça ha de ser magnífico. ¿Quién no va a estar contento con un chaval endiosado?

Los madridistas somos más de alegrarnos cuando ganamos títulos que cuando otros pierden premios, quizá por eso seamos el club con más Champions. Es cuestión de prioridades. En el Barça tienen más costumbre de mofarse de los rivales y de alegrarse por los males ajenos.

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El karma suele tener un peculiar sentido del humor. Entre otros motivos, por eso es más inteligente dedicarte a trabajar con esfuerzo que andar ridiculizando al contrario. Sabe mejor alzar una Champions que un balón de playa, pero son sus costumbres. Actos así no dañan al enemigo, sino que los definen a ellos. Este catetismo está muy extendido y es habitual asistir a espectáculos «aliporosos» en campos de España donde Vinícius jamás había pisado. Un comportamiento muy inteligente y que aporta mucho al club del cual son aficionados (?).

Hay a quien le parece muy gracioso esto del balón de playa. A nosotros nos parece más divertido el hecho de que Dembélé pasase un lustro en can Barça —tras fichaje multimillonario— durante el cual su mayor logro fue un récord en el FIFA con la PlayStation y un Guinness por comer Doritos, y que después se fuese al PSG por cuatro perras y ganase Champions y Balón de Oro.

El Balón de Oro femenino fue para Aitana Bonmatí. También se entregaron otros galardones con los cuales no os vamos a aburrir, porque a nosotros lo que nos importa es el fútbol, en concreto el Madrid, y esta noche hay partido contra el Levante, rival del cual Alberto Cosín os cuenta aquí todo lo que debéis saber.

Los de Xabi van a por su sexta victoria consecutiva en liga, y teniendo en cuenta el estado del fútbol español, eso sí que merecería un premio, concretamente un Balón de Oro por sobreponerse a la corrupción.

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