VIP Deportivo
·12 de junio de 2023
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·12 de junio de 2023
Es la hegemónica frase que ha dejado el míster al ser preguntado por el futuro en rueda de prensa. No es casualidad que su equipo tenga impregnado el ADN de las remontadas, que haya creído hasta el último suspiro para marcar el tercero y que haya sabido enardecer a un Di Stefano que se ha llenado hasta los topes. En definitiva, Raúl es Real Madrid.
Y es que puede celebrar un triunfo en casa que le sirve para remontar ese doloroso 2-4 de la ida. Un partido que comenzó con un Barça que quiso tiró pundonor, aunque sólo le valió para los primeros 10 minutos. A partir de ahí, el juego de la masía resultó mediocre y Rafa Márquez no supo contrarrestar el cambio táctico de Raúl pues empezó con una defensa de 5 en la que Pablo Ramón se descolgaba para hacer de carrilero en fase ofensiva y cambió alrededor del minuto 15 a un 4-4-2 en rombo.
Con este esquema no pudimos ver brillar a Nico Paz tanto como nos gustaría, pero sí disfrutamos de los 4 del centro que supieron contrarrestar el 4-2-3-1 sin exagerar esfuerzos. Gracias a esos jugones del medio, Madrid celebró una gran jugada de Álvaro Martin que fue culminada por Dotor con un soberbio testarazo a la escuadra. Los madrileños se fueron 1-0 al descanso, a un solo gol de empatar y con la sensación de haber controlado el partido a su placer.
La segunda parte debería ponerse en hemerotecas para enseñar a ilustres y noveles cómo NO manejar las pérdidas de tiempo. El conjunto culé rascaba segundos que se contaban por decenas en cada balón. Fue terriblemente exasperante ver muchos minutos del partido en los que lo más vistoso y entretenido era ver al público perdiendo la cordura ante la permisibilidad de Cid Camacho.
Aunque es cierto que Rafa Márquez ajustó bien de cara a la segunda parte y Raúl se equivocó con los cambios al quitar a Nico Paz y, sobre todo, quitando a Álvaro Rodríguez. No es que haya destacado en exceso el uruguayo, más bien ha hecho un partido discreto, pero ha cumplido con creces el rol de hombre diana, de referencia para sacar balones largos. Estaba dando más aire al equipo del que todos pensábamos.
14 minutos de tímidas ocasiones del Barça han forzado a Rulo a meter en el campo un 9 referencia como es Iker Bravo y un jugador de banda cómo es el granadino Aranda. Estos dos han demostrado carisma para enamorar a cualquier espectador y tirar del carro de ataque. No es casualidad que a los 4 minutos teníamos el 2-0 en el marcador, obra del excanterano del Barça, Iker, de cabeza.
A partir de aquí se respiró el ambiente de noche mágica. No había un alma que pensase que los chicos del filial madridista no iban a salir con una sonrisa del Di Stefano. Y, efectivamente, una mano de Alpha Dionkou, jugador cedido por el Granada y que ha hecho un partido de luces y sombras, obligó al colegiado a señalar la pena máxima. Tras unos largos minutos de súplicas y diálogos entre jugadores, fue Arribas el encargado de realizar un tercer gol, tal fue la tensión del momento que incluso la grada se derrumbó, literalmente. Afortunadamente sin ningún herido.
Sin lugar a dudas, esta épica se pasa de generación a generación en las quintas madridistas, aunque para ello, hace falta un mentor que guie el camino de las noches mágicas. Este Madrid ha sido Raúl y Raúl ha sido Real Madrid.
Imagen principal: Real Madrid.
Por Ramón Morey.
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