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·4 de febrero de 2024
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·4 de febrero de 2024
Derbi capitalino para cerrar la jornada de domingo en LaLiga EA Sports. Real Madrid y Atlético de Madrid, cara a cara por cuarta vez esta temporada, se daban cita en el Santiago Bernabéu. Un encuentro capital en la lucha por LaLiga que hacía del derbi un partido todavía más especial. El Real Madrid, líder del campeonato, llegaba al feudo madridista con la opción de abrir una brecha de cuatro puntos con el Girona y de trece puntos con el Atlético de Madrid. Por ello, los colchoneros se presentaban en terreno enemigo con solo dos opciones, ganar y agarrarse a LaLiga o perder el tren de la cabeza.
Giro inesperado en el comienzo del derbi. El Real Madrid, mermado en defensa con la baja de Rüdiger, veía como su ataque también se quedaba cojo con la baja de última hora de Vinicius Jr. El brasileño se caía del once tras unas molestias en el calentamiento y dejaba su lugar a Brahim. Sin embargo, ese contratiempo no impedía a los de Ancelotti dominar desde el comienzo y embotellar al Atlético dentro de su área. El conjunto blanco tomó las riendas del partido y almacenaba la posesión en busca de un espacio que le permitiese hacer daño.
Pero el Atlético, bien replegado en su bloque bajo, apenas dejaba resquicios que solo los valientes podrían aprovechar. No fue acto de valentía, más bien de suerte, pero el Real Madrid encontró ese resquicio y lo aprovechó al máximo. Beneficiado de un rebote, Lucas Vázquez se quedó cerca de Oblak, puso un balón atrás y tras varios rebotes de por medio, apareció Brahim. El hombre que no iba a ser titular aprovechó la falta de solidez de la defensa colchonera y con el balón en los pies, a bocajarro, fusiló a Oblak. Una jugada que parecía destinada a la nada terminaba en el primer gol del partido.
Se adelantaba el conjunto blanco en una acción fortuita y abría un partido que, pese al dominio blanco, el Atlético tenía controlado. Pero tras el gol, a los de Simeone les tocaba dar un paso al frente y buscar su oportunidad. Y sin embargo, el gol no sirvió para despertar a los colchoneros y sí para espolear a los merengues. El cuadro blanco se venía arriba después de ponerse en ventaja y se lanzaba a por un segundo mazazo que mandase a los colchoneros a la lona.
Pero el Atlético aguantó el envite y fue capaz de sostenerse en pie hasta el descanso. El conjunto rojiblanco incluso tuvo sus opciones de igualar el marcador, pero Saúl, desafortunado en la mayoría de sus intervenciones, tampoco estuvo afortunado en el remate. Así que el encuentro, en el que ambos equipos se estaban midiendo y en el que primaba el poco atrevimiento, se marchaba a vestuarios con ventaja para los locales. El gol de Brahim era suficiente, hasta el momento, para aumentar el liderato del Madrid y descartar de la pelea al Atlético.
A la vuelta de vestuarios el Atlético saltó con otra imagen diferente a la mostrada en el primer tiempo. Y no tardó en encontrar premio el conjunto colchonero, que lo hizo en un saque de esquina. Savic, en una jugada muy parecida a una ocasión desperdiciada en la primera parte, conseguía encontrar portería y batir a Lunin. Pero cuando el Madrid ya se dirigía al centro del campo y el Atlético celebraba, el linier intervino y señaló fuera de juego. Saúl, que estaba dentro de la portería junto a Lunin, se encontraba en fuera de juego posicional, aunque en un remate a bocajarro como el de Savic, ni él ni Lunin tenían mucho margen para intervenir.
Una jugada polémica que dejaba la ventaja en el bando madridista y que desesperaba a los atléticos, atónitos ante lo sucedido. Lejos de rendirse, el Atlético continuó con la búsqueda del empate y el partido entró en una ida y venida constante. El encuentro enloqueció de tal manera que la amenaza de un segundo gol, ya fuese el primero para los colchoneros o el segundo para los blancos, estaba más presente que nunca. Las ocasiones se sucedían en las dos áreas pero el marcador no se movía porque la efectividad era esquiva para los dos equipos.
Pero el correcalles en el que se había convertido el derbi invitaba a pensar que ese marcador no tardaría en moverse. Al menos, tanto Real Madrid como Atlético hacían méritos sobrados para que así fuese. Pero siempre, cuando llegaban las instancias finales, aparecía un obstáculo que se erguía como un muro imposible de superar. A veces eran los porteros, en otras ocasiones eran las defensas y en otras tantas era la incompetencia arbitral. Jugadas polémicas que, vete tú a saber, ni se miraban en esa herramienta maravillosa que llegó para “ayudar”.
El pan de cada día en un fútbol y en un arbitraje cada día más cuestionado. Pero volviendo a los realmente protagonistas de este espectáculo, el partido entró en su tramo final con todo por decidir. El Madrid no había puesto el cerrojo a su triunfo y el Atlético amenazaba con poner las tablas en un derbi merecedor de más goles. De ahí que los de Simeone diesen hasta la última gota de sus energías, y tanto esfuerzo tuvo premio. Cuando todo parecía acabado, un balón voló en el área madridista y allí apareció Llorente para dejar al Madrid con la miel en los labios.
El Atlético arruinaba la fiesta madridista y dejaba LaLiga con vida. Lo que era un mazazo blanco al campeonato, alejando al Girona en cuatro puntos y dejando a Barça y Atlético por encima de los diez puntos, se quedaba a medias. El empate deja en la cima al conjunto de Ancelotti, pero la distancia con el Girona, próximo rival de los blancos, se mantiene a dos puntos. Y el Atlético, en el último suspiro, se agarra a una Liga a la que decía adiós hasta que Llorente y su cabeza aparecían en el área.
Real Madrid: Lunin, Lucas Vázquez, Carvajal, Nacho, Mendy, Valverde, Kroos, Camavinga, Bellingham (Ceballos, 87´), Brahim (Joselu, 69´) y Rodrygo (Modric, 75´).
Atlético de Madrid: Oblak, Llorente, Savic, Witsel, Hermoso, Riquelme (Molina, 45´), Koke (Correa, 67´), Saúl (Barrios, 60´), De Paul (Lino, 60´), Griezmann y Morata (Depay, 60).
Goleadores: Brahim (19´), Llorente (93´)
Amonestados: Saúl, Hermoso, Barrios, Depay (Atlético de Madrid)
Árbitro: Sánchez Martínez / Árbitro VAR: Prieto Iglesias
Estadio: Santiago Bernabéu