Revista MadridistaReal
·20 de septiembre de 2025
Real Madrid 2-0 RCD Espanyol | Festín de cañonazos

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·20 de septiembre de 2025
Militao y Mbappé facturan dos tantos primorosos en una jornada vespertina plácida para los hombres de Xabi Alonso. Partido completo y liderato asegurado durante una jornada más
El Real Madrid ha decidido no guardar la guadaña. Cuenta todos sus partidos por victorias. Al menos por ahora. El último en ceder, el Espanyol de Manolo González. Los blancos, líderes en solitario, hicieron valer su pegada –con los goles de Militao y Mbappé– ante un rival que comenzó a perder burbuja con el paso de los minutos.
La ausencia de Vinicius en el once inicial del pasado martes causó una marejada de opiniones variopintas. No es habitual ver al The Best en la caseta. Por lo que el madridismo estaba ansioso por conocer la alineación frente al cuadro perico. Vini volvió a ser de la partida, enfrascando así cualquier tipo de elucubración. Dos ‘banquillazos’ de seguido habrían instalado una nebulosa de aúpa en el plantel de Xabi Alonso. No es fácil manejar situaciones de este calibre. El brasileño, en el ataque, se rodeó de Mbappé, Mastantuono y Gonzalo. Sorprendió la presencia del canterano.
El Espanyol, antes de atrincherarse atrás en busca de los contragolpes relámpago, estrenó los guantes de Thibaut Courtois por medio de Edu Expósito. Un tibio aviso que activó a los de casa de cara a pisar campo rival. Mbappé, el mascarón de proa del equipo, dejó anonadado al Bernabéu tras una carrera catedralicia de más de treinta metros. Pero, en última instancia, la defensa catalana logró cortar por lo sano. El Madrid, tal y como se esperaba, se adueño de la pelota.
A la posesión de balón le faltaba una porción de inspiración en los metros definitorios. En la zona mollar del terreno de juego. Es decir, en el área. Entre medias del monopolio madridista, los de Manolo González, a través de sus hombres rápidos, sumaron un manojo de acercamientos. En uno de ellos, Raúl Asencio, de vuelta a la defensa después de mucho tiempo de barbecho, se llevó la ovación del feudo de la Castellana al interceptar una acción peligrosa de Javi Puado.
Superado el ecuador del primer acto, Militao, que acababa de despejar un balón con tintes dañinos al lado de su portería, decidió hacer magia. Así, tal cual. Firmó un disparo potente y lejano que burló la estirada de Dmitrović. La pelota entró por la escuadra. Imposible para el cancerbero. Gracias al gol, el cuadro de Chamartín pudo quitarse varias piedras de la mochila. Se despojó de la presión. Normal. Abrir la lata ante conjuntos rocosos suele costar.
El bloque local siguió a lo suyo, atacando e intentando divertir a su gente. Para eso mismo nació el fútbol. Sobre el área perico, la siguiente ocasión reseñable surgió de los pies de Mastantuono. Consiguió zafarse de dos oponentes y sirvió un centro bastante decente. Ningún compañero pudo remacharlo entre los tres palos. Luego… fue Vinicius el encargado de percutir. En cambio, su chut con rosca murió alto. En las nubes. En la víspera del descanso, el marcador estuvo a punto de sufrir modificaciones. Calero perdonó delante de Courtois, mientras que Mbappé hizo lo mismo en la otra meta. Con todo a favor, el crack de Bondy remató mal. No daba crédito.
Denis Doyle/Getty Images
Kylian Mbappé saltó a la segunda mitad con ganas de vendetta. Es por ello que anotó el 2-0 cuando el choque daba sus primeros coletazos tras el receso. La diana, parecida a la de Militao. A unos 20 metros de la guarida, al francés se le ocurrió soltar un latigazo preciso y directo a la red. Se trataba del séptimo tanto del curso. Pichichi cum laude. Hoy por hoy, nadie logra frenarle. Los ánimos del Espanyol languidecieron y el elenco merengue quería seguir escarbando en la herida.
Tanto Vinicius como Kylian merodeaban cerca del área. Además, Mastantuono, en su partido más completo con la elástica del Madrid, también estaba dejando gratas sensaciones. El ‘7’, en busca y captura del tercero de la tarde, chutó sin apenas ángulo y terminó estrellando el lanzamiento en la madera. Todo ello en una jugada barroca en la que el guardameta foráneo tapó un envío de Mbappé.
En una acción aislada, Dani Carvajal tuvo que emplearse a fondo a fin de evitar un remate de cabeza de Carlos Romero. Por lo demás, no se detectaban malos augurios. El envite estaba controlado. En el 70′. Vinicius acarició el 3-0, pero Dmitrović salvó los muebles. A partir de ahí, el ritmo bajó y Xabi Alonso aprovechó para dar entrada al verde a Camavinga y Jude Bellingham. Por fin… regresaban a la acción. Disputaron algo más de cinco minutos. El luminoso lo cambió. El liderato, en dominio blanco.
XI del Real Madrid: Courtois; Carvajal, Asencio, Militao, Carreras; Tchouaméni (Camavinga, 87′), Valverde; Vinicius (Brahim, 76′), Mbappé (Bellingham, 87′), Gonzalo (Güler, 59′) y Mastantuono (Rodrygo, 76′).
XI de RCD Espanyol: Dmitrović; El Hilali, Calero, Cabrera, Carlos Romero; Pol Lozano (Kaleosho, 63′), Urko González, Edu Expósito (Pikel, 63′); Tyrhys Dolan (Jofre, 63′), Roberto y Javi Puado (Kike García, 76′).
Tarjetas: Tchouaméni (amarilla, 37′).
Goles: Militao (22′). Mbappé (47′).
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