Agente Libre Digital
·27 de diciembre de 2024
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Para recapitular y poner en contexto, el Atleti comenzaba el año en la cuarta posición de la liga y a ocho puntos de Real Madrid y Girona, líderes en aquellas fechas.
Justo el primer partido iba a ser ante el conjunto catalán. Terminaría con un 4–3 a favor de los de Michel que dejaba a los madrileños más hundidos aún en la tabla, con diez puntos de diferencia respecto a los líderes y siendo quintos clasificados.
Pero no todo fue malo, en el primer mes del 2024 se consiguieron seis victorias en ocho partidos. Destacando el partido copero ante el Real Madrid que dejaba fuera a los blancos y que, ya visto a posteriori, les ha dejado sin ‘sextete’.
Hubo incorporaciones del mercado de invierno. Para hacerse una idea de la importancia de estos fichajes, solo hay que mirar en la plantilla actual y ver que ninguno de ellos sigue en esta. Se incorporaron: Arthur Vermeeren, Gabriel Paulista y Horatiu Moldovan. El que más destacó fue Paulista con alguna actuación destacable y como fondo de armario de una defensa que hacía aguas.
Arthur Vermeeren entrando al campo. Fuente: Aitor Alcalde/Getty Images.
Febrero es para no tomar nota. Solo una victoria en todo el mes, ante Las Palmas. Especialmente curioso es el empate con Almería que en su momento iba último con ocho puntos. Además se iba oficialmente la primera de las tres competiciones más importantes, el Atleti caía eliminado de la Copa del Rey tras perder en la ida y la vuelta ante el Athletic Club.
Entrando en primavera, la cosa en la competición doméstica era preocupante. Se jugaron tres partidos y se perdieron dos de ellos, uno contra el Barcelona de Xavi. La emoción e ilusión se centraba en la Champions League después de eliminar a uno de los mejores equipos de Europa en el momento como el Inter, y además hacerlo en penaltis y remontando la eliminatoria.
Para poner en situación de lo que estaba siendo el comienzo de año, los rojiblancos comenzaron abril rompiendo su peor racha como visitantes desde 2019. Fue ante el Villarreal y se cortó un total de seis partidos sin conseguir la victoria como visitantes, desde enero.
El final de temporada solo iba a seguir demostrando que hacía falta cambios e incorporaciones en la plantilla. A pesar de llegar a semifinales de la Champions, el Borussia Dortmund acabó con la última esperanza colchonera para la temporada. Fue especialmente doloroso porque los alemanes, a priori, no eran favoritos para el duelo y se presentaba una gran oportunidad de volver a una final europea.
Jugadores del Atlético de Madrid después de caer eliminados en la Champions League. Fuente: Stuart Franklin/Getty Images.
Con el partido que enfrentó a los de Simeone con el Athletic a finales de abril, se sentenció la temporada. No había más por lo que luchar. La evaluación se hace con un Atlético de Madrid que acaba 4º a 19 puntos del líder y a cinco del 5º. Ya no se entraba ni en el top tres y la situación empezaba a preocupar.
Tanto así que, para sorpresa de muchos por los antecedentes de la directiva, se fue al mercado a sustituir y complementar una plantilla ya corta de por sí, y que además había sufrido más bajas.
Las salidas fueron: Hermoso, Memphis, Morata, Soyuncu, Gabriel Paulista, Savic, Joao Felix, Samu y Mouriño como traspasos permanentes. También salieron cedidos Saúl, Carlos Martín, Marcos Paulo, Moldovan y Vermeeren -este último ya traspasado por la cláusula de partidos jugados que se acordó con el Leipzig.
Tras vivir mercados en los que se traía fondo de armario que a veces no era ni eso, la directiva decidió hacer una verdadera inversión. Tardaron en llegar, pero el mercado se abría con un campeón de Europa como Le Normand. La figura del central era clave viendo lo ocurrido la temporada pasada, pero era incluso más importante la del nueve, y más con la salida de Morata y Memphis. Se necesitaba asegurar goles, y para ello llegó Sorloth, segundo máximo goleador de la temporada reciente.
Julián Álvarez en la presentación de los fichajes en el Metropolitano. Fuente: Atlético de Madrid (X).
Ya pintaba muy bien, pero hacían falta más recursos. La guinda y estrella del mercado mundial junto con Mbappé la firmaba también un equipo madrileño. Julián Álvarez se convertía en jugador rojiblanco el 12 de agosto, revolucionando las expectativas para la campaña que iba a comenzar y dando un golpe encima de la mesa de los favoritos a los distintos títulos.
El mercado se iba a completar con otra estrella del fútbol inglés como Gallagher y un discutido Lenglet que llegaba sin demasiado ánimo por parte de la afición. También se incorporó un portero de calidad como Musso, campeón de la Europa League.
Por último hay que destacar una figura que se incorporó este verano y está siendo clave desde el cuerpo técnico. Esa es la de Luis Piñedo, preparador físico que releva al ‘Profe’ Ortega y que está dando resultados inmediatos en la reducción de los partes médicos y el aumento del aguante de los futbolistas.
Comparación de lesionados con el ‘Profe Ortega y con Luis Piñedo. Fuente: Atlético Stats (X)
Los primeros pasos en esta nueva etapa del club no fueron espléndidos. Al Cholo le costó decidir el camino táctico por el que optar, dejando muchas pruebas en partidos en los que se llegaban a ver hasta cinco dibujos distintos.
El pánico entró en la afición colchonera al ver que no se arrancaba bien ni en liga ni en Champions. Los datos al finalizar octubre eran realmente devastadores, aún más viendo que el Barça no paraba de dominar el juego en todos sus encuentros y ampliaba cada vez más la distancia en la clasificación. El Atleti terminaba este mes 4º a diez puntos del líder en competición doméstica; y 27º en la nueva Champions, con tan solo una victoria en tres partidos, estableciéndose fuera de los 24 primeros que clasifican. Además la imagen dada en escenarios como el Villamarín o el Estadio da Luz, era pésima. La estancia de Simeone en el banquillo se vio fuertemente tambaleada por una parte de la afición rojiblanca y por los medios.
Diego Pablo Simeone durante el partido ante el Real Betis. Fuente: Fran Santiago/Getty Images.
La situación era alarmante, pero noviembre iba a empezar con buen pie y con sensaciones de estabilidad táctica y de rendimiento. El partido que fue clave para el ánimo y el cambio de ‘chip’ en la plantilla, fue la victoria ante el PSG en su estadio. Con remontada al final del partido y viendo que el calendario que seguía en Champions no era complicado, el optimismo creció.
A partir de ahí todo fue para arriba. Julián se empezaba a encontrar. Sorloth entendió lo que podía dar desde el banquillo. Y el 442 que tanto añoraba Simeone, empezó a asentarse.
Con los pilares ya constituidos, se llega a final de año con una racha de 12 partidos seguidos ganando y siendo líderes en liga, y no de cualquier forma. El último encuentro fue ante ese FC Barcelona al que miraban de lejos en octubre y que ya queda atrás después de derrotarlo en su propio estadio, rompiendo una racha de 18 años sin hacerlo.
Un optimismo por las nubes, buen juego y ganar partidos en los que no siempre se ha sido mejor; son algunas de las claves que hacen la diferencia entre los clubes que ganan una competición, o no la ganan. El Atleti está cumpliendo, de momento, con estos requisitos.
Escrito por Julio Vos Macías.