Resurrección antes del derbi | OneFootball

El Atlético se levantó de la lona a tiempo para encarar el derbi del sábado ante el Real Madrid con la moral por las nubes

No estaba muerto. Algunos lo daban por enterrado, eso sí. Pero cuando la crisis parecía agudizarse, apareció un superhéroe que no es Spiderman pero que también es una araña. Julián Álvarez al rescate. Una estrella mundial para devolver la luz al pasaje oscuro que se le avecinaba al Atlético. Justo a tiempo, cuando parecía perdido. En el momento clave, antes del gran derbi.

No es el inicio de temporada soñado. Los condicionantes para que eso sea así son múltiples. Desde la falta de contundencia hasta el infortunio ya habitual pasando por decisiones erróneas. Todo un conjunto que amenaza con tumbar a un gigante. Pero el Metropolitano es su fortín, su lugar seguro. Y en el infierno es complicado quemarse si vistes de rojiblanco.

Julián desató la locura, la ebullición de una grada que empuja cuando a su equipo le hace falta. Y Simeone, consciente de ello, lo aprovechó para dar el primer paso de cara al derbi del sábado. Una piña, una unión, una familia que necesitaba una noche así. Igual que Anfield dolió, pero enseñó, la del Rayo se disfruta y también eleva.

Otro hueso duro de roer

El Rayo, al igual que el Atlético, tiene menos de lo que merece. El juego del equipo de Íñigo Pérez no está pagado en resultados, al menos por ahora. Pero a pesar de eso, al Atlético le volvió a costar superar a un rival llamado a jugar por otros objetivos. Van seis jornadas y salvo el Villarreal, el resto han sido tragos difíciles de digerir para los de Simeone.

La mejor de las pruebas es que la de anoche fue la segunda victoria del curso. Pudo ser un nuevo pinchazo, estuvo muy cerca de serlo. Pero sus guerreros resucitaron antes de la campanada final a base de coraje y corazón. Fútbol no faltó, las ocasiones tampoco. Sí lo hizo la contundencia, que nuevamente puso en riesgo el botín.

Otro gallo cantaría si al Atlético le entrara una mayor parte de lo que genera. Pero como es tradición, cuando el viento sopla a favor eso queda a un lado. Hoy, con los tres puntos en el bolsillo, se ve en un plano secundario. El sábado, con el Real Madrid delante, otro reto al que enfrentarse. Pero el muerto con el que se frotaban las manos los vecinos ya no es tan muerto. Ha resucitado antes del gran derbi.