
La Galerna
·5 de julio de 2025
Ridiculé histórico: Nico Williams 2035

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·5 de julio de 2025
Buenos días, amigos. En un giro inesperado de los acontecimientos, Nico Williams y el Athletic Club han anunciado la renovación del contrato del delantero hasta 2035.
La noticia ha dejado al club cliente de Negreira y sus satélites mediáticos completamente estupefactos. Abatidos. Picuetos. Iracundos. Cualquier adjetivo que retrate una ignominiosa amalgama de cólera, pasmo, frustración y constancia de la propia podredumbre es aplicable a esta inesperada pero gozosa situación.
Gozosa al menos para todo aquel a quien reste un resquicio de fe en el ser humano. Resulta que las malas artes no siempre salen bien. Resulta que la grosería no siempre obra el efecto deseado, que no siempre lo hace la desfachatez. Resulta que hay un rayo de esperanza para quienes esperen que el hacer las cosas bien (o sea, precisa y exactamente como las hace ese club llamado Athletic) en ocasiones trae fruto.
Si tú quieres a un futbolista, pagas su precio y te callas. No enredas en los medios, tratando de socavar la dignidad y la resistencia del otro club, mientras te rascas la sien pensando en cómo vas a pagar esa cláusula.
As lo explica muy bien en su primera plana de hoy. Las calabazas son de época. Ya hay quien las compara con las que Mbappé dio al Madrid durante siete años. Claro, ya sabemos que el club cliente de Negreira no ha parado de ganar Champions mientras aguantaba las continuas calabazas con trenzas del extremo español. Jejeje.
El club cliente de Negreira pretendía llevarse al futbolista sin pagar la cláusula por la sencilla razón de que no tiene cómo pagarla. Para ello, ejerciendo el dominio de los medios que los propios medios atribuyen en cambio a Florentino, ha creado un caldo de cultivo ambiental que favoreciera el que al final la operación se diera a cabo por lo civil o por lo criminal (esta última vía no tiene secretos para los culés).
No contaban con la dignidad y la resistencia de un club, el Athletic, que primero les ha plantado cara a base de indagar sobre las fraudulentas inscripciones de sus jugadores y que luego ha aprovechado las legítimas dudas de Nico (¿quién no tendría dudas de firmar un contrato con una entidad tan intrínsecamente chunga como el més que un club?) para poner el lazo de una renovación histórica, como histórico es el ridiculé cosechado por Laporta y sus compinches.
La portada de As da en la diana al hablar de las garantías de inscripción (o de la falta de las mismas) para explicar la decisión final del excelente punta vasco. Vistas las angustias de jugadores como Olmo el verano pasado, Nico y su representante exigían unas mínimas garantías de que el fichaje no comportaría ese suspense. La respuesta de la envilecida entidad catalana ha sido patética y mezquina, como la práctica totalidad de lo que hacen.
—No solo no te damos esas garantías, sino que ¿quién te has creído tú para pedirlas? Mira que azuzo a mis medios afines, que son los míos propios y los de Roures, para presentar semejante exigencia como una excentricidad y una canallada.
El club cliente de Negreira confiaba en que, en el peor de los casos, el CSD terminaría presentando la inscripción de Nico como de interés general para todos los españoles, como hicieron con Olmo (no en vano Laporta apunta primordialmente a componentes del equipo nacional, sabedor de que el Gobierno jugará esa carta para protegerles por enésima vez). Resulta que Nico, por lo que sea, no ha querido esperar al in extremis. Por lo que sea, no ha querido ponerse en las manos de las maniobras de última hora de Jan, en connivencia con Uribes, Sánchez y los políticos catalanes que les sostienen.
Sí: resulta que Nico Williams tiene mucho más honor que todo eso, como lo tiene el respetabilísimo club con el que ha cerrado su futuro para los próximos diez años.
As refleja también la otra caída en desgracia de los negreiros en un viernes verdaderamente negro. “Caído el 4 de julio”, podría llamarse la película. 15 millones de euros de multa de la UEFA por saltarse el Fair Play financiero, que es justo de lo que hablamos aquí. Sus trampas han hecho que Williams no confíe en ellos, y sus trampas han desencadenado esa sanción. La reflejan también, pero tan pequeñito como pueden, las portadas de la prensa cataculé.
Lo que decíamos: estupefactos, abatidos, picuetos, frustrados, iracundos.
—Niño, no me pongas solo el chasco del Williams, cojons. Véndeme en portada algo que dé esperanza también, para compensar, ya sabes. Ponerme un Luis Díaz ahí. Ponme un Rashford. Que Jan está que trina y ya solo falta que nos cierre el grifo.
Por su parte Marca, hoja parroquial del Padre Tebas, evita la tentación, pues quien lo hace evita el pecado, queridos niños, y prefiere a Topuria como elemento central de su primera plana. Tebas quería que Nico Williams fichara por el culerío, y lo de la sanción por el Fair Play no le interesa que se sepa, de manera que para encontrar lo primero en la portada marquista hay que usar una lupa como la de Peter Cushing en Top Secret, y para hallar alguna referencia a lo segundo hay que valerse de un microscopio preparado para desagregar átomos como quien prepara unos huevos con chorizo junto a Jan.
¿Importa todo esto que os hemos contado? Importa hasta un punto. Lo verdaderamente fundamental ya sabéis lo que es. Lo verdaderamente fundamental es que el Real Madrid de Xabi Alonso se juega esta noche a las diez, frente al Dortmund, la posibilidad de plantarse en la semifinal de este exitoso Mundial de Clubes de la FIFA, que aspira a ganar de manera pionera.
Sobre el muy respetable y peligroso rival de esta noche os han contado cosas en los últimos días/horas, en esta página, Athos Dumas y Gonzalo Páramo.
Hala Madrid.
Pasad un buen día.
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