Ruben Amorim el peor entrenador del United en su historia | OneFootball

La presión sobre Rúben Amorim ha alcanzado un nuevo punto crítico tras la dura derrota por 3-0 del Manchester United en el derbi ante el City. El resultado no solo agrava la crisis deportiva que vive el club, sino que también expone de forma alarmante los números del técnico portugués desde que asumió el banquillo de Old Trafford.

En 31 partidos de Premier League al mando de los Red Devils, Amorim ha conseguido apenas ocho victorias, acompañado de siete empates y 16 derrotas, cifras que reflejan una efectividad del 25,8 %, la peor de cualquier entrenador del United desde la Segunda Guerra Mundial. A esto se suma una diferencia de goles negativa de -13, un síntoma claro de los problemas tanto defensivos como ofensivos que arrastra el equipo.

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En medio de la tormenta, Amorim no ha esquivado la responsabilidad y ha querido enviar un mensaje directo a los seguidores del club: “Haré todo lo que pueda por el Manchester United. Estoy sufriendo más que ellos”, declaró en rueda de prensa posterior al partido, visiblemente tocado por la situación. “Siempre estoy pensando en lo que es mejor para el club. Hasta que esté aquí, daré lo mejor de mí. El resto no está en mis manos”, añadió, dejando entrever que su continuidad depende exclusivamente del respaldo de la directiva encabezada por INEOS.

Fiel a su estilo, el técnico luso dejó claro que no planea modificar su modelo de juego. “No cambiaré mi filosofía. Si ellos [INEOS] quieren que cambie, tendrán que cambiar al hombre”, sentenció. Consciente de las comparaciones que enfrenta cada jornada, Amorim también respondió a los paralelismos con entrenadores de élite como Guardiola: “¡Ese tipo gana todo el tiempo! Él puede relajarse. Yo tengo que demostrarlo todos los días. Compararnos es una broma”.

En defensa de su trabajo, Amorim subrayó la diferencia de contextos y plantillas: “¿Creían que éramos el mejor equipo contra el Arsenal? Ellos tenían a Odegaard, Rice y Zubimendi. Lo veo así. Sé que eso es difícil para la gente”, reconoció.

Mientras tanto, la afición empieza a perder la paciencia. La falta de identidad clara, los resultados adversos y la desconexión entre las promesas del proyecto y el rendimiento real han puesto a Amorim en la cuerda floja. La visita del próximo fin de semana podría ser decisiva para su futuro.

Por ahora, el técnico se aferra a su convicción: trabajo, honestidad y respeto al escudo. Aunque los números cuenten una historia muy distinta, Rúben Amorim no piensa rendirse sin luchar.