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La Galerna

·3 de septiembre de 2024

Salut i força al Canut

Imagen del artículo:Salut i força al Canut

Cuando el Andreu se encuentra al Oriol al salir de misa o cuando el Joan brinda con el Josep Lluís después de apretarse una escudella i carn d’olla, lo más probable es que se espeten un «salut y força al canut!» pleno de buenas intenciones.

No son pocos quienes otorgan a la expresión un significado relacionado con el deseo de un buen desempeño durante el yacimiento, algo así como «¡salud y que la fuerza te acompañe!».


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Otro Canut, llamado Lluís, fue ayer el protagonista del día. Canut es un periodista de dilatada y reconocida trayectoria jubilado hace unos meses. Comenzó en Ràdio Barcelona, ha trabado en Catalunya Ràdio, RAC1, Mundo Deportivo y ha sido durante años uno de los profesionales más conocidos de TV3. Es una persona muy vinculada al FC Barcelona, a él se le atribuye el apelativo de Dream Team con el que se conoció al Barça entrenado por Cruyff. También hay quien dice que la idea de fichar a Koeman como entrenador surgió de él y luego la materializó Bartomeu.

Lluís Canut soltó la bomba conocida ya por todos en el Twitch de Siro López:

«Me contó una persona muy vinculada con el estamento arbitral que la primera vez que conoció a Núñez como presidente del Barça, Núñez le expresó su deseo oculto de comprar algún día a un árbitro. Hasta que resultó que se encontraron con un árbitro con problemas económicos para pagar las letras de su piso. Y el Barça, a través de la empresa Núñez y Navarro, negoció con el banco del árbitro las letras que se tenían que descontar del piso y se las iban pagando en función de los partidos que les dirigía al Barcelona y el Barça salía ganando».

Canut: «Y el Barça, a través de la empresa Núñez y Navarro, negoció con el banco del árbitro las letras de su piso y se las iban pagando en función de los partidos que les dirigía al Barcelona y el Barça salía ganando»

Vivimos una época peculiar en la que asumimos con una pasividad y naturalidad preocupante la ocurrencia de todo tipo de sucesos cada vez más habituales, pero que realmente son extraordinarios (para mal).

Del mismo modo que asistimos como si nada a que los cada vez más acuciantes problemas económicos y de convivencia de los ciudadanos pretendan ser resueltos por el gobierno de turno mediante el desarrollo de un tapón que al desenroscarlo no se cae de la botella de plástico, observamos con asombro cómo cada día se conoce una nueva revelación de las componendas llevadas a cabo por las distintas directivas del FC Barcelona con objeto de corromper la competición deportiva y aquí no pasa absolutamente nada, el club sigue compitiendo como si tal cosa.

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Esta trapacería conocida ayer no ha sorprendido a nadie. Núñez siempre pensó que el dinero lubrica y ataja a la hora de lograr los objetivos. Suya y de su hijo era la empresa Núñez y Navarro, citada en el vídeo anterior por Lluís Canut, la cual —siempre según las palabras del periodista— habría sido, presuntamente, la encargada de negociar en nombre del Barça con el banco las letras del piso del árbitro que después iban pagando según el club ganaba partidos dirigidos por ese colegiado.

Esa sociedad se vio involucrada en una trama de corrupción en la Inspección de Hacienda en Cataluña. El expresidente del Barça y su hijo fueron condenados a 6 años de prisión (la condena fue rebajada después por el Supremo) por sobornar a excargos e inspectores de Hacienda para que hicieran la vista gorda en las inspecciones de sus sociedades.

Núñez siempre pensó que el dinero lubrica y ataja a la hora de lograr los objetivos

Se declaró probado que Núñez e hijo desarrollaron «una compleja práctica ilícita» basada en sobornos para eludir el coste fiscal de los beneficios que obtenían con sus empresas. También que los inspectores de Hacienda condenados mantenían un «pacto de silencio» acerca de las obligaciones tributarias de distintos grupos mercantiles mientras cobraban dádivas millonarias de los empresarios a los que beneficiaban.

Lo de Negreira también empezó con Núñez, ya lo saben. Si alguien tenía alguna duda, lo confirmó Albert Perrin, exvicepresidente del Barça: «Esto comenzó con Núñez, son herencias que van manteniéndose y era mejor seguir pagando, porque si dejábamos de pagar a lo mejor nos hacían un disparate. No removamos la mierda».

Hay que reconocer que Núñez no se escondía:

Imagen del artículo:Salut i força al Canut

El entonces presidente del FC Barcelona difundió a los cuatro vientos sus intenciones allá por 1980: «El Barça quiere alcanzar ahora sus objetivos a través de la FEF». Y años después colocó allí a Enríquez Negreira para manejar el cotarro arbitral.

Era práctica habitual en aquel Barça el empleo del dinero para llegar más fácilmente a sus metas, recordemos que también intentaron comprar a Milla en uno de los años de Tenerife y, antes, se habían planteado pagar para asegurarse la Copa de Europa del 86, reconocieron que la final tenía un precio, aunque finalmente no lo hicieron, tal vez porque entendieron que vencerían sin problemas al Steaua de Bucarest.

No está de más recordar las palabras de Lluís Bassat, candidato a la presidencia del club: «En 2003, una persona muy importante del club me dijo que no podía ser presidente del Barça porque no sabía muchas cosas, como, por ejemplo, cómo se compra un árbitro».

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Son solo un puñado de ejemplos, hay más, para enfatizar el lugar de preponderancia en el que el FC Barcelona coloca al dinero. Por encima de la ley, para ser exactos.

Volvamos a la expresión que da título a esta pieza: «salut i força al canut». El «canuto» de la frase designa a una suerte de cilindro donde los payeses guardaban las monedas, y «força» en catalán puede ser «fuerza» pero también «mucho». «¡Salud y que no te falte pasta, tronco!», podría decir un madrileño.

A pesar del sentido sexual que muchos otorgan a la misma, en su origen —hay quienes lo sitúan a finales de la Edad Media, más o menos cuando el Barça comenzó a pagar a Negreira—, el enunciado expresaba el deseo de buena salud, tanto personal como económica.

El dinero siempre por delante. Qué curioso, como Núñez y el Barça.

Salut y força al Canut, de nombre Lluís, por su valentía a la hora de hacer público este nuevo escándalo culé.

Getty Images.

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