SiempreConArgentina.com
·13 de julio de 2025
Se cumplen 11 años de uno de los mayores robos a Argentina en una Copa del Mundo

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La final del Mundial de Brasil 2014 entre Argentina y Alemania es recordada por el gol de Mario Götze que le dio el título a los teutones, pero también por una serie de decisiones arbitrales que, para muchos aficionados y analistas, perjudicaron notablemente a la Selección Argentina. Las jugadas que más resuenan y que generaron un intenso debate son el supuesto penal de Manuel Neuer sobre Gonzalo Higuaín y una patada sin sanción que recibió Pablo Zabaleta.
El minuto 57 del partido en el Estadio Maracaná quedó grabado en la memoria de los argentinos. Un balón largo en profundidad buscaba a Gonzalo Higuaín, quien corría hacia el área alemana. El arquero Manuel Neuer salió con agresividad, chocando violentamente con el delantero argentino. La imagen de Neuer impactando con su rodilla en la cabeza de Higuaín mientras despejaba el balón fue clara.
Sin embargo, el árbitro italiano Nicola Rizzoli, lejos de señalar la falta o un posible penal a favor de Argentina, decidió pitar una falta de ataque de Higuaín y sancionar al delantero. Esta determinación generó una indignación generalizada en el lado argentino. Para muchos, la acción de Neuer fue una imprudencia que merecía al menos una falta a favor de la albiceleste, si no la pena máxima, considerando la peligrosidad de la entrada y el impacto sobre el jugador. La interpretación de Rizzoli como una «jugada peligrosa» por parte del delantero, en lugar de una colisión del portero, fue uno de los puntos más álgidos de la polémica.
Otro episodio que avivó las quejas argentinas ocurrió en la primera mitad. Pablo Zabaleta, el aguerrido lateral derecho argentino, recibió una durísima patada en el pecho por parte de Benedikt Höwedes. La acción fue de alta intensidad y podría haber merecido una tarjeta roja directa por la peligrosidad y la altura de la plancha.
No obstante, Rizzoli mostró únicamente una tarjeta amarilla a Höwedes. Esta decisión fue vista como un claro error de apreciación por parte del colegiado, que minimizó una agresión que pudo haber tenido consecuencias más graves para el defensor argentino. La sensación de desprotección arbitral para los jugadores de la «Albiceleste» se incrementó con esta jugada, contrastando con la severidad aplicada en la acción de Higuaín.
En una final de la Copa del Mundo, cada decisión arbitral se magnifica y puede tener un impacto decisivo en el resultado. Para la Selección Argentina, estas dos jugadas específicas, sumadas a la tensión y la importancia del encuentro, dejaron un sabor amargo. Aunque el análisis de los errores arbitrales siempre será subjetivo y abierto a diferentes interpretaciones, lo cierto es que la final de Brasil 2014 no solo se recuerda por la gesta alemana, sino también por las voces que aún claman por lo que consideraron un arbitraje perjudicial para las aspiraciones de la Argentina de Lionel Messi. La ausencia del VAR en aquel entonces dejó estas polémicas sin una revisión que pudiera haber cambiado el rumbo de la historia.