Vermouth Deportivo
·9 de diciembre de 2024
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Un 9 de diciembre de 2022, la Selección Argentina sufría en demasía ante Países Bajos y pasaba a las semifinales en los penales para jugar contra Croacia. Lionel Messi brilló en los 120 minutos, al igual que el equipo, y Emiliano Martínez se lució en la tanda de penales en un partido caliente, explosivo y memorable en la historia de los Mundiales.
La Albiceleste salió al campo con tranquilidad, optando por esperar en su propio terreno frente a un equipo neerlandés que mostró poca creatividad y varios errores. Desde los primeros minutos, Rodrigo De Paul destacó con su precisión en los quites y su lectura del juego. El partido poco a poco se transformó en una partida de ajedrez, donde ambos equipos priorizaban no ceder ni un centímetro de terreno. Mientras tanto, es probable que los apostadores estuvieran ajustando sus estrategias para aprovechar al máximo las promociones de 1xbet Argentina, adaptándose a la evolución del encuentro.
Lionel Messi fue el único que encontró un hueco para patear el arco por primera vez en el partido: se sacó a su marca de encima y disparó de zurda y desviado. La respuesta no se hizo esperar y Holanda avisó con una buena combinación finalizada por Cody Gakpo sin éxito.
Fue una gran etapa inicial de Rodrigo De Paul corriendo todas las pelotas como si fueran las últimas y recuperando muchos balones en la mitad de cancha con un remate al arco incluido a las manos de Andries Noppert. Pero si alguien tenía que aparecer para romper el cero era Lionel Messi que volvió a encarar hacia al medio y metió un exquisito pase hacia la entrada de Nahuel Molina. El lateral quedó de frente al arquero y definió de primera, rasante y al lado del palo para el delirio del estadio Lusail. Las tribunas estallaron con el golazo argentino y el equipo se envalentonó. No bajó el rendimiento ni el esfuerzo. La volvió a tener el capitán celeste y blanco con un derechazo a los guantes de Noppert.
El partido no entregó muchas emociones pero se notaron las tensiones dentro de la cancha en un juego ordenado por parte de los dos equipos y con pocos espacios. Sin embargo, Lionel Messi rompió el cascarón con un pase maravilloso a Molina para dejar a la Argentina con la ventaja en la etapa inicial. Fue un gran cotejo de todos, más allá de la inspiración de ´Leo´.
(Photo by Alexander Hassenstein/Getty Images)
Louis Van Gal pensó en el entretiempo y envió a dos ofensivos como Steven Berghuis y Teun Koopmeiners para cambiar el rumbo del encuentro. La Naranja mecánica tomó el balón como era de esperarse y la Albiceleste se paró de contra pero presionando y molestando en la mitad del verde césped. Lionel Messi le creó problemas a los rivales, no se la podían sacar y fue un descanso para la Selección con un De Paul y Alexis Mac Allister incansables e insoportables para los europeos. ´Leo´ avisó con un tiro libre que el estadio gritó como un gol, sin embargo la pelota besó la red superior del arco.
Luuk de Jong fue otra carta de Van Gal para ir en busca de la igualdad y Leandro Paredes, la de Scaloni, en contrapartida, que sacó a un extenuado Rodrigo De Paul. Pero, hasta ese momento, no le dio resultado a los neerlandeses porque EL EQUIPO estaba metido en su objetivo. Todos. Cada uno de ellos. Y Marcos Acuña, un atacante más, le propinó otro golpe con una punzante jugada por izquierda y un penal claro como el agua. Y ahí, otra vez Lionel Messi se puso a todo un país en el hombro y pateó con tranquilidad al 2-0.
A diez del final, Leandro Paredes calentó aún más el partido con un pelotazo al banco de suplentes de Países Bajos que encendió empujones, insultos y peleas entre todos los futbolistas. Un momento evitable pero inolvidable.
El juego volvió y la desesperación neerlandesa provocó una gran cantidad de centros al área y Wout Weghorst embocó uno con un cabezazo evitando la resistencia del Dibu Martínez. Y ahí, Países Bajos se lanzó al ataque con una Albiceleste replegado en su totalidad y con mucho cansancio. Los diez minutos de descuento fueron excesivos y eternos. El esfuerzo continuó por parte de los jugadores nacionales que culminaron cansados de la cabeza hasta los pies pero la historia se fue al tiempo suplementario por una jugada preparada desde un tiro libre que finalizó con un remate, nuevamente, Wout Weghorst para un 2-2 infartante y destructivo para la Selección.
No ocurrió demasiado en el primer suplementario. El cansancio pesó en ambos equipos y volvieron al mismo juego de ajedrez del inicio. Sin riesgos ni situaciones. Lo mismo pasó en el segundo. Argentina hizo pasarela con la pelota de un lado a otro sin encontrar espacios y solo mostró algo de peligro con un disparo al segundo palo desviado. Scaloni apostó por Ángel Di María (entró por Lisandro Martínez) pensando en la búsqueda del resultado en los últimos minutos y en unos eventuales penales. Lo tuvo Lautaro Martínez, también Enzo Fernández, Germán Pezzella y otra más de Lautaro. Se sumó Messi con un zurdazo y nuevamente Fernández con un bombazo al palo. Fue una ráfaga de chances desperdiciadas. La fortuna, en ese momento, no estuvo. Y los penales fueron inevitables. Sufrimiento total.
Países Bajos empezó la definición y Emiliano Martínez se destacó desde el arranque con una tapada a Virgil van Dijk. Lionel Messi siguió y abrió la serie para Argentina con un toque sutil a la red. Dibu volvió a resurgir con un atajadón a Steven Berghuis y Leandro Paredes tuvo la oportunidad de aumentar la cuenta. Lo hizo con un fuerte disparo, inatajable. Teun Koopmeiners no falló en el siguiente ante la intimidación de Dibu y Gonzalo Montiel volvió a marcar la diferencia. Wout Weghorst marcó su tanto y dejó a la expectativa la definición. Enzo Fernández tuvo en sus pies el pasaje a semis pero su remate terminó afuera. Luuk de Jong dio más suspenso a la tanda de penales. Y el penal más importante le tocó a Lautaro que lo metió y le dio la clasificación a semifinales.
(Photo by Julian Finney/Getty Images)