Segundas partes siempre fueron buenas | OneFootball

Pathé (31) y Batalla (29) abrazándose tras conseguir la remontada ante el Lech Poznan.

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, en el caso del Rayo Vallecano no es así. El equipo franjirrojo ha conseguido la victoria en las segunda partes en cuatro ocasiones y en otras tres ha conseguido empatar. Hay todo tipo de victorias, una increíble remontada ante el Lech Poznań, un agónico gol ante el Alavés o una paliza de 4-0 ante el Neman Grodno. Los empates son resultados más sufridos. El 2-2 en el añadido del final ante el Häcken o una igualada a uno ante todo un Barcelona.

Esta temporada, el mayor número de competiciones ha hecho que Iñigo Pérez cambie su sistema de juego. Se ve un equipo más comedido en las primeras partes y en el que los revulsivos cobran una gran importancia. Por ejemplo, en Conference League, Isi solo ha sido titular en una ocasión, Jorge De Frutos entró en la segunda parte en los tres partidos. El único que se ha mantenido en el once titular desde el principio es Álvaro García.

Iñigo Pérez está apostando por un equipo más contenido en las primeras partes. Con más control de balón, menos ofensivo y con más equilibrio. En la segunda mitad es cuando aparece el 'rock and roll'. La entrada de los velocistas, tanto en los extremos como en los laterales, como los centrocampistas luchadores como Unai López o Pedro Díaz, hacen al Rayo más imprevisible.

Unai López (30) rematando un balón ante Osasuna.

Esta idea de juego, además de dotarte de un potencial notable cuando tus rivales están más desgastados, fomentan las rotaciones y el tener enchufados a los jugadores. Todos reman por el mismo objetivo, cantar a los cuatro vientos 'La Vida Pirata'.