Sevilla 0-1 Cádiz: Sergi Guardiola dice SÍ a seguir creyendo | OneFootball

Un gol de Sergi Guardiola en el 95 le da tres puntos vitales a un Cádiz que se aferra a la salvación

Primera parte

Cuando la necesidad toca a la puerta y la situación es crítica son pocos los que evitan esconderse ante el vertiginoso escenario. Pero con las garras del descenso afilando sus cuchillas para cazar al tercer equipo que caerá al descenso, el Cádiz se resiste a su muerte. Los que visten de amarillo no quieren tirar la toalla, por mucho que ellos mismo sean los responsables de que el paño esté cerca de caer a la lona. Y, al igual que lo hicieron ante el Getafe, los de Pellegrino han prolongado un poco más la cuerda que les une a LaLiga.

Todo gracias a un encuentro que comenzó de aquella manera. Con un Sevilla libre de cargas que cuenta las fechas que restan como un camino sin pena ni gloria con nada en juego. Y con un Cádiz necesitado al que, precisamente, esa necesidad le obliga a plantear cosas naturalmente inimaginables en un escenario sin tanto en juego. De ahí el correcalles de los primeros minutos, más típico de los minutos finales de un partido, que ayudó a que llegasen las primeras ocasiones de gol al Sánchez Pizjuán.

Todas ellas del mismo lado, el sevillista. Con Ocampos, Lukébakio y En-Nesyri en punta de ataque no era buen negocio para el Cádiz conceder espacios, pero no había otra. Tocaba tirar de paciencia, aferrarse a la fe para que las intentonas hispalenses no llegasen a buen puerto y esperar que la suerte del gol cayese del lado cadista. Pero esa fortuna que decide los partidos se mostraba esquiva para los dos equipos, siendo el mejor ejemplo el larguero que dejó a Robert Navarro y al Cádiz con la miel en los labios.

Una ocasión que metió el miedo en el cuerpo a un Sevilla que estaba muy cómodo en defensa. Sin nada en juego, la relajación se notaba en los jugadores de Quique, que se veían superados en intensidad. Y las cosas del fútbol, lo que la relajación era un pecado para el Sevilla, la ansiedad también era pecado para el Cádiz. Que se lo digan a Chris Ramos, que con todo de cara la mandó fuera. Superó a Sergio Ramos, regateó a Nyland y se precipitó en la definición a puerta vacía. Un error inaceptable y condenatorio para un equipo en la situación del Cádiz, que se marchó al descanso con tablas en el marcador y con el amargo sabor que deja perdonar al rival.

Segunda parte

Y para colmo, tras el paso por vestuarios, el Sevilla se vistió con otra imagen diferente. Una mucho más protagonista, menos errática y más solvente en ataque y en defensa. Una combinación que fue suficiente para minimizar al Cádiz, que se vio relegado a un papel secundario, casi siempre por detrás de la pelota. Pero Pellegrino, consciente de la necesidad de evitar que ese escenario de partido se prolongase, decidió mover ficha y dar entrada a varios jugadores.

Y no le pudo salir mejor la jugada al técnico argentino, que consiguió dinamitar a los suyos para recuperar el nivel mostrado en el primer tiempo. Y no solo eso, consiguió también encontrar la fórmula del gol que se le había resistido en la primera mitad. Un rechace en el área cayó muerto, Badé despejó mal y se metió en propia. Pero el VAR volvió a dar muestras de su inoperancia y cayó en el teatro del central francés, que se fue al suelo varios segundos después por una patada de Chris Ramos posterior al golpeo de Badé. Ortiz Arias anulaba el gol del Cádiz en una jugada que levantará polémica.

Pero el reloj seguía corriendo y para el Cádiz no había tiempo que perder. Así que lejos de lamentarse, los pupilos de Pellegrino continuaron trabajando en busca del gol y de tres puntos que le permitan seguir creyendo. Aunque ese reloj en movimiento, que iba agotando el margen de maniobra de los gaditanos, jugaba en contra para un Cádiz cada vez más precipitado y expuesto en defensa. Un coctel peligroso que podía salir bien o mal, cara o cruz, en una tarde en la que estaba saliendo más el lado erróneo de la moneda.

Porque el Cádiz no paraba de intentarlo pero el gol no quería saber nada de los de amarillo. No había manera, si no era el larguero había sido el VAR, y si no era el VAR era la cara de Nyland. Se estaba negando por completo la victoria a un Cádiz que había hecho méritos de sobra para alcanzarla y que se estaba teniendo que conformar con un punto que sabía a poco, muy poco. Pero cuando todo parecía estar acabado, cuando la tragedia se mascaba, llegó el milagro.

Juanmi la recogió en mediocampo, inició la conducción, le puso el caramelo a Sergi Guardiola y el delantero no falló en el mano a mano. Llegaba el ansiado gol en el minuto 95, cuando todo parecía perdido, para acercar al Cádiz a una victoria que le permite seguir creyendo. Creer y creer, como han hecho los de Pellegrino sobre el verde del Sánchez Pizjuán, para firmar una victoria de mérito que les deja a dos puntos de la salvación.

Ficha técnica

Sevilla: Nyland, Jesús Navas (Juanlu, 84´), Badé, Sergio Ramos, Kike Salas, Acuña (Pedrosa, 88´), Soumaré, Agoumé, Ocampos (Mariano, 84´), En-Nesyri y Lukébakio (Suso, 46´).

Cádiz: Ledesma, Zaldúa (Brian Ocampo, 80´), Fali, Chust, Javi Hernández (Maxi Gómez, 90´), Sobrino (Sergi Guardiola, 60´), Escalante, Alcaraz, Robert Navarro (Alejo, 80´), Chris Ramos y Roger (Juanmi, 60´).

Goleadores: Sergi Guardiola (96´)

Amonestados: Ocampos, Acuña, Soumaré, Jesús Navas, Agoumé, Salas (Sevilla) / Javi Hernández, Escalante (Cádiz)

Árbitro: Ortiz Arias / Árbitro VAR: Del Cerro Grande

Estadio: Sánchez Pizjuán