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·29 de abril de 2025
Simeone: 55 años de una historia diferente

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·29 de abril de 2025
La figura de Diego Pablo, el «Cholo», Simeone ha estado siempre ligada al fútbol, a un fútbol de barrio en el que todo vale y en el que la pasión y el espíritu competitivo priman por encima de todo. Simeone siempre ha destacado por ser una persona polémica y combativa que no ha dejado nunca indiferente a nadie dentro del deporte rey, tanto como jugador como en los banquillos.
Debido al retraso por el apagón que sacudió ayer la Península y con motivo de su 55 cumpleaños, trataré de desgranar la historia del técnico argentino con una serie de recuerdos imborrables y detalles curiosos sobre su vida y trayectoria en el fútbol profesional.
DIEGO PABLO
Diego Pablo Simeone nació y creció en el barrio de San Nicolás, en el seno de una familia que le hizo amar el fútbol desde muy temprana edad. Desde pequeño, Simeone correteaba con la pelota por las calles de aquel barrio de Buenos Aires con la pasión y el entusiasmo que lo llevan caracterizando 55 años. Conforme fue haciéndose mayor, comenzó a jugar en las inferiores de Vélez Sarsfield, club en el que debutaría como profesional años después y en el que obtendría su célebre apodo de “Cholo”.
Diego Pablo Simeone en Vélez
Su padre, el fallecido Carlos Simeone, recordó en más de una ocasión anécdotas entrañables de su hijo cuando apenas era un niño:
“Su primera palabra fue gol. El tipo arrancó a hablar y lo primero que esbozó fue gol. Cuando el regalaron un juguete por uno de sus primeros cumpleaños, lo transformó en una cancha de fútbol.”, resalta el padre del mito colchonero.
Además del fútbol, el Cholo tiene otros muchos pilares en su vida. Su esposa, Carla, y sus hijos mayores, Gianluca, Giovanni y Giuliano, siempre han manifestado que para el Cholo “el fútbol es su vida. Está todo el día viendo fútbol. Le dedica más tiempo que a nada en el mundo”.
En el caso de Giuliano, su padre ha sido una influencia vital, recorriendo el mundo con él cuando era pequeño y en los viajes del equipo como parte de la plantilla en la actualidad. Él es su sucesor, como transmite cada fin de semana en la banda del Metropolitano, demostrando que el apellido Simeone irá ligado de por vida al Atlético de Madrid.
Giuliano Simeone en una de sus primeras convocatorias con el primer equipo
Sus dos hijas pequeñas, Francesca y Valentina, son el motor que le mantiene al pie del cañón todos los días, tanto en casa como en los viajes largos con el equipo. En más de una ocasión, las hijas de Simeone han demostrado su amor por el Atleti cantando el himno a capella en brazos de su padre.
Como bien redactó nuestro compañero Ignacio Martínez hace unos meses, el apodo de “Cholo” viene precedido por una curiosa historia en relación con su apellido y el fútbol argentino. Carmelo Simeone fue un distinguido defensor que militó en grandes equipos de Argentina como Vélez, donde también jugó el entrenador del Atlético, o Boca Juniors. Su pasión y garra en la disputa de cada balón resultaban llamativos para la hinchada, quien comenzó a aprenderse el mote con el que su madre le conoció durante toda su vida.
Victorio Spinetto, el hombre que apodó «Cholo» a Simeone
A la madre de Carmelo no le gustaba el nombre que le habían designado a su hijo, por lo que decidió agenciarle un apodo cariñoso para referirse a él. Debido al espíritu combativo que Diego Pablo implementaba sobre el verde cada vez que salía a jugar, el técnico colchonero heredó ese apodo de “Cholo” del ex jugador de Boca, con el que compartía apellido, pero, curiosamente, no parentesco. Su entrenador en Vélez, Victorio Spinetto, fue quien se lo puso debido a que su forma de jugar le recordaba mucho a la de Carmelo.
EL SIMEONE FUTBOLISTA
PERIPLOS EN SEVILLA
Corría el año 1992 y en la ciudad de Sevilla se juntaron, aunque fuese durante un suspiro, los de los grandes mitos del fútbol argentino. Un joven Diego Pablo Simeone llegaba procedente del Pisa para desembocar en un Sánchez-Pizjuán que presumía de acoger los últimos destellos de la carrera del mítico Diego Armando Maradona. Las dos leyendas albicelestes jugaron juntos toda la temporada, dejando anécdotas para el recuerdo como la vez en la que el propio Maradona regañó a Simeone por su tendencia a chutar desde lejos:
“Yo era centrocampista, pero me gustaba mucho llegar al área. Cuando tenía la pelota en la frontal, solía probar desde ahí, a veces incluso desde más lejos. Una vez le erré al arco desde la lejanía y Diego se me acercó y me preguntó: “Cholo, ¿alguna vez hiciste un gol desde ahí?” Le respondí que no y me contestó: “¡Entonces por qué mierdas le pegás desde ahí!”
Maradona y Simeone en Sevilla
El 16 de enero de 1994 se vivió en el Pizjuán uno de los episodios más célebres de la historia del fútbol español. El FC Barcelona visitaba el estadio sevillista con Romario como figura principal del conjunto dirigido por Johan Cruff. “O baixinho” venía de brillar ante el Madrid la semana anterior anotando tres goles en la contundente victoria culé por 5-0. Sin embargo, en su visita a Sevilla, las cosas seguirían otro camino para el astro brasileño. Cruyff decidió sentarle en el duelo ante los hispalenses, ingresando al campo en el ecuador de la segunda mitad.
Desde su entrada, Romario tuvo sus más y sus menos con un fogoso y provocador Simeone que le hizo pasarlo mal durante todo el segundo tiempo. En el minuto 76, la ira acumulada del carioca desembocó en un fuerte puñetazo al argentino en la disputa de un córner. Romario fue duramente sancionado por la acción, de la que cual no se arrepintió en ningún caso alegando que Simeone le “había pisado minutos antes y provocado continuamente. Se metió con mi madre y me dijo que tenía sangre de cucaracha”.
En la temporada 93/94 se produjo un cambio en los banquillos hispalenses. Luis Aragonés recogía el testigo de Bilardo en la capital de Andalucía para tratar de engrandecer a un Sevilla plagado de grandes jugadores. Aquel, sin saberlo, sería el primer encuentro entre dos de las leyendas más grandes de la historia del Atlético de Madrid.
Simeone y Aragonés en 2012
Cuando el Sabio supo del inminente fichaje de Simeone por el conjunto colchonero a final de temporada, Luis sacó a relucir su vena atlética con un contundente: “¿A qué estás esperando para ir?” Treinta años después de aquella primera vez y en el seno de un Atlético de Madrid-Sevilla FC, Simeone conmovió tanto a colchoneros como sevillistas con una motiva carta dedicada al mito colchonero a través de sus redes sociales.
¿A QUÉ ESTÁS ESPERANDO PARA IR?
Tras una primera temporada complicada en un Atlético de Madrid que luchaba por no descender, Simeone dirigió, y capitaneó en algunos casos, el centro del campo del mítico equipo campeón de Liga y Copa a las órdenes de Radomir Antic. En una plantilla plagada de estrellas como José Luis Pérez Caminero, Kiko Narváez o Milinko Pantic, Simeone se convirtió en uno de los ídolos de la afición, siendo fundamental en la consecución de ambas competiciones con su garra y su carácter.
Alineación del Atlético de Madrid en la culminación de «El Doblete»
El 26 de mayo de 1996, el Cholo anotó el que es su gol más recordado con la rojiblanca, asestando un contundente testarazo en un saque de esquina ante el Albacete para encarrilar el título de Liga en la última jornada del Campeonato. Kiko anotaría el segundo y desataría la locura en un abarrotado Vicente Calderón que alentaba a su equipo por última vez aquella tarde en la temporada más exitosa de la historia del club.
Las camisetas del Cholo se agotaron tras aquella gesta, consolidándose como uno de los mejores jugadores en vestir la rojiblanca y como un ídolo perpetuo de la afición colchonera.
En la temporada 95/96, campaña de grato recuerdo para los atléticos, y con motivo de un Atleti-Barça, el Vicente Calderón no fue el único en aplaudir una acción tan técnica como icónica sobre el verde. Un Simeone de 25 años manejaba la pelota en el centro del campo. A su paso, dos de los grandes mitos del Barcelona de los 90: Pep Guardiola y Bakero.
Cuando ambos jugadores blaugranas se le echaron encima, el Cholo maniobró de tal manera que los sorteó con un doble caño espectacular. Tan impresionante fue que ni el argentino pudo contener su emoción. Antes de desplazar el balón, Simeone se aplaudió así mismo por la destreza y determinación en la ejecución de la jugada.
«Me emocioné y me aplaudí porque la jugada me pareció muy buena. Salió espontáneamente y fue la primera y última vez que hice algo así, pero yo tenía 25 años y eso no me hizo perder la concentración porque terminé de aplaudirme y tiré un pase largo a la derecha», contó el propio Cholo años después.
Si hablamos del percance con Romario como uno de los episodios más célebres en la historia del fútbol español, es imposible olvidar lo acontecido en La Catedral el 8 de diciembre de 1996. Con apenas 5 minutos de juego de un Athletic-Atleti en San Mamés, Simeone protegía el balón ante la presión del delantero bilbaíno Julen Guerrero. Poco antes de que la pelota se perdiese por la línea de fondo, el Cholo le asestó un duro pisotón en el muslo al atacante del Athletic que le provocó una herida de hasta tres puntos de sutura.
Guerrero, dolorido tras el impacto
La acción no acarreó una expulsión directa para Simeone, quien sí contemplaría los tres siguientes partidos desde la grada por conducta violenta. El propio Cholo se arrepiente de aquella acción tiempo después, afirmando que no pudo disculparse con Guerrero “porque no coincidimos después de lo sucedido”. Esta acción alimenta el odio percibido como irracional por muchos de San Mamés a Simeone, donde no olvidan aquella agresión casi 30 años después.
EL MEDIANO DI ROTTURA
Además de ser un guerrero sobre el verde, Simeone destacó por tener una gran capacidad de hacer goles en momentos importantes. En el verano del 97, el Inter de Milán reforzó de forma contundente su equipo para consolidar un proyecto que les hiciera pelear por cosas grandes.
En aquel período de traspasos, el fichaje de Simeone se unió al de otras grandes figuras del fútbol mundial como Ronaldo, Balón de Oro de aquella temporada. Aquel Inter acabó segundo en la tabla de la Serie A y logró hacerse con la Copa de la UEFA, título recibido con mucha ilusión dados los años de sequía internacional del conjunto «nerazzurro».
Alineación del Inter en las semifinales de la Copa de la UEFA
En su primer “Derby Della Madonnina”, Simeone silenció al público milanista presente en San Siro con un doblete histórico para ayudar en la victoria interista ante el Milán de Fabio Capello. El Cholo consolidó de nuevo su estatus como ídolo de un club en el Giuseppe Meazza, donde siguen guardando un gran cariño por la figura del argentino.
Tras disputar dos temporadas en el Inter, Simeone fue traspasado a la Lazio con motivo de la operación millonaria de los «nerazzurris» por Cristian Vieri. El Cholo conectó de inmediato con el club, donde por aquel entonces militaban grandes leyendas del Calcio como Pavel Nedved, Alessandro Nesta o Juan Sebastián Verón. Con este último, a pesar de compartir vestuario tanto a nivel de clubes como en la Selección Nacional, tendría una relación bastante distante, pero muy respetuosa.
En palabras del propio Verón, Simeone era un jugador “que sabías que moriría por ti en el campo si se diese el caso”. Estos dos compatriotas disfrutaron del año más glorioso en la historia del conjunto romano: le ganaron la partida a la Juventus de Turín para conquistar su segundo Scudetto, ganaron la Copa de Italia y las Supercopas de Italia y Europa.
Los jugadores de la Lazio tras ganar la Copa de Italia\ Mandatory Credit: Claudio Villa /Allsport
En su última temporada, una dura lesión de menisco y ligamento cruzado hizo peligrar su presencia en el Mundial de Corea y Japón, pero su determinación hizo que se recuperase a tiempo para el torneo y se le abriese la puerta de volver a casa al año siguiente.
HOGAR, DULCE HOGAR
El Calderón se abarrotó de nuevo, tanto para volver a recibirle como a despedirle para siempre, o eso creían. Simeone volvió al Atlético de Madrid en el año 2003, dispuesto a despedirse del club de su vida en su etapa como futbolista, pero con la promesa de regresar con otro rol en el futuro. Sus últimos compases fueron más anecdóticos que intensos, recalando en un equipo recién ascendido en el que coincidió con figuras importantes como el Mono Burgos, mano derecha en su staff años después, o un jovencísimo Fernando Torres.
Simeone y Torres en 2005
DE BASILE A PASSARELLA
Simeone y La Albiceleste se impusieron a cualquier pronóstico en la Copa América de Chile 1991. El cuadro argentino llevaba 32 años sin ser campeón a nivel continental una racha que parecía difícil de romper en aquella edición, más aun teniendo en cuenta la baja de Diego Armando Maradona, ausente en las convocatorias nacionales tras quedar subcampeones en Italia 90.
Simeone con la Copa América
Aquel equipo lo conformaban grandes figuras emergentes en el fútbol argentino como Caniggia, Basualdo, Gabriel Batistuta y el propio Cholo Simeone, equipo que fue capaz de imponerse a grandes potencias continentales como Colombia y Brasil. Esta fue la primera de las dos Copas América del Cholo con Argentina y su primer título importante con la Selección y le supuso la clasificación para la primera edición de la Copa Confederaciones.
La primera Copa Confederaciones de la historia fue domada de principio a fin por el Campeón de América. Argentina doblegó a Costa de Marfil por una contundente goleada 4-0 y accedió a la final, donde se impuso a Arabia Saudí por 3-1, siendo el último de los goles anotado por Simeone. Esta victoria intercontinental consolidó aquella generación del fútbol argentino, a la que aún le quedaban cosas por ganar.
XI Campeón de la Copa Confederaciones de 1992
La actualmente conocida como “Finalissima” enfrentó a Argentina y Dinamarca en el año 1993. Los campeones de Europa y América se midieron en un duelo tremendamente disputado que se decidió desde los 11 metros. Maradona regresó al combinado nacional tras casi tres años ausente y el retorno de “El Pelusa” acabó con victoria gracias a la precisión de los lanzadores argentinos, entre los que estuvo Simeone.
La Argentina del Cholo revalidó título continental tan solo dos años después en Ecuador. Simeone y sus compañeros volvieron a ser Campeones de América imprimiendo una gran superioridad ante rivales correosos como Brasil, Colombia y México. Esta sería la segunda Copa América conquistada por Simeone y la última en casi 30 años hasta la edición del año 2021.
El 30 de junio de 1998, durante la disputa de los octavos de final del Mundial de Francia, ocurrió un hecho que lastraría de por vida a uno de los grandes iconos de la historia del fútbol. David Beckham, sensación del fútbol inglés de aquella época por su desempeño en la Selección Inglesa y el Manchester United, pasaría por el peor trago de su carrera en aquel partido por culpa del Cholo Simeone. En una acción puntual, el argentino realizó una entrada sobre “Becks”, a quien siguió provocando tras derribarle.
Para tratar de hacerle callar, el inglés le propinó una patada que fue efusivamente exagerada por el centrocampista albiceleste, una reacción que sirvió al colegiado para mostrarle la cartulina roja. Argentina avanzó en los penaltis y la cacería contra Beckham fue total en Inglaterra. Insultos, pancartas, escupitajos y amenazas tanto a él como a su familia se sucedían por las calles británicas debido a aquella acción.
Simeone y Beckham en el Mundial del 98
Tiempo después, con las cosas algo más calmadas y la herida cicatrizando, Beckham y Simeone volvieron a cruzarse en la UEFA Champions League, donde, esta vez, el inglés se llevó el gato al agua. Al finalizar el encuentro, el propio “Spice Boy” se acercó al argentino para pedirle su camiseta con un gesto frío y un apretón de manos que, si bien dejaba a un lado las rencillas del pasado, fue tan tenso como simbólico.
INTERLUDIO
Tras despedirse del Viejo Manzanares con su hijo Giuliano a hombros y retirarse la Selección, Simeone partió hacia Argentina para terminar su carrera en Racing y dar sus primeros pasos como entrenador.
Simeone con un pequeño Giuliano Simeone
EL SIMEONE ENTRENADOR
NO TE VAYAS MUY LEJOS
Simeone comenzó su carrera como entrenador en Racing, apenas colgó las botas. A pesar de lograr una notable remontada con el equipo en apuros, no le dieron continuidad. Su salto real llegó en Estudiantes de La Plata, donde ganó el Torneo Apertura 2006 tras una increíble remontada por dos goles a uno frente a Boca Juniors, coronando al equipo tras 23 años sin títulos.
Luego pasó por River Plate, donde ganó el Clausura 2008 pero dejó el cargo tras una dura campaña en la que el equipo terminó último. Su siguiente destino fue San Lorenzo, aunque los resultados no lo acompañaron y renunció en 2010. En Italia, con el Catania, logró evitar el descenso y firmó la mejor campaña histórica del club hasta entonces, pero rescindió su contrato de forma anticipada.
El Cholo en El Monumental
Su última escala antes de dar el gran salto, con el rún-rún colchonero presente, fue nuevamente Racing, donde logró la clasificación a una copa internacional tras casi una década, aunque no logró cumplir el sueño de pelear el campeonato ni clasificar a la Libertadores.
Estos años forjaron al técnico que transformaría al Atlético de Madrid. Cada etapa, incluso las más turbulentas, construyó al Simeone resiliente, competitivo y obsesionado por el esfuerzo colectivo. Su carácter, su lectura táctica, su ambición y su capacidad para reactivar equipos golpeados se gestaron en ese recorrido por Argentina e Italia. Así, el Atlético no recibió a un entrenador más, sino a un líder curtido en el barro, preparado para devolverle su identidad: la del esfuerzo, la de creer, la del “partido a partido”.
EL HOMBRE DE NEGRO
El 23 de noviembre del año 2011 se hizo efectivo el regreso de Diego Pablo Simeone a la que había sido su casa en dos etapas como jugador. Aquella tarde, acompañado por Enrique Cerezo y José Luis Pérez Caminero, Simeone recogió el testigo de Gregorio Manzano, quien había quedado eliminado de la Copa días antes ante el Albacete.
Cerezo y Caminero escoltando al recién llegado Simeone
El Cholo afirmó estar preparado para darle un vuelco a la difícil situación que atravesaba el club y devolverle al lugar que le correspondía. Su debut como entrenador del Atlético de Madrid tuvo lugar en un empate liguero frente al Málaga, acabando quintos la temporada tras haber cogido al equipo undécimo en diciembre.
PALMARÉS DE LEYENDA
El primero de los ocho títulos del Cholo como entrenador llegó el 9 de mayo del 2012 en el Estadio nacional de Bucarest. Tras realizar una UEFA Europa League impresionante, el Atlético de Madrid llegaba a su segunda final de la competición en apenas tres años, imponiéndose en la misma al Athletic Club de Marcelo Bielsa por un contundente 3-0. Radamel Falcao, estandarte de la era Simeone, brilló aquella noche con un doblete, el cual, junto con el tanto de Diego Ribas, consagró a los colchoneros como Campeones de Europa por segunda vez en su historia.
Simeone con la Europa League de 2012
Si «El Tigre» ya fue diferencial en la final de Bucarest, la de nombre de Mónaco le consagró como el mejor delantero del momento. El colombiano desarmó él solo la defensa del Chelsea, vigente campeón de la Champions, con tres goles de bandera que permitieron al Atlético sumar un nuevo título internacional a su palmarés. La Supercopa no sería el único trofeo obtenido por los rojiblancos en la temporada 12/13, relegando un sitio para uno aún más especial meses después.
El Atleti «Supercampeón» de Europa
Tras más de 14 años sin ganar en el Santiago Bernabéu al eterno rival, Simeone conformó un equipo de guerreros que rompieron esa mala racha en una agónica final de Copa del Rey. El Bernabéu fue testigo de una remontada épica que figura en los libros de historia del Atlético de Madrid, con Diego Costa y Joao Miranda como protagonistas.
La plantilla del Atlético celebrando en el césped del Bernabéu
Tras un tanto inicial de Cristiano Ronaldo, Falcao se sacó de la chistera una asistencia magistral para que Costa definiese con la zurda al palo largo y sellase, de este modo, el empate antes del descanso. Después de una intensa segunda parte en la que el Atlético resistió las embestidas del Madrid, Miranda le ganaría la partida a Diego López con un cabezazo para la historia que le valió el décimo título copero al Atlético y le volvió a consolidar como uno de los grandes del fútbol español.
La euforia de ganarle en su feudo al eterno rival se tradujo en la fiesta de los jugadores sobre el césped del Bernabéu y en la posterior celebración a final de temporada.
Sobran las palabras. No hay título que defina al Atlético de Simeone que aquella Liga de la temporada 13/14. El 17 de mayo del 2014, un Camp Nou abarrotado acogía un duelo decisivo por el título de Liga en la última jornada del Campeonato. FC Barcelona y Atlético de Madrid se disputaban el trofeo separados por un punto en favor de los rojiblancos. A los blaugranas solo les valía la victoria, mientras que los rojiblancos podían permitirse empatar en Barcelona para salir campeones.
La tarde no pudo empezar peor para los de Simeone, quien agotó dos ventanas de cambios en la primera mitad con las desafortunadas lesiones de Diego Costa y Arda Turan. Un golazo de Alexis Sánchez al filo del descanso hizo que el Barça fuese matemáticamente campeón al final de los primeros 45 minutos. Sin embargo, el destino tenía otros planes aquel día.
Godín celebrando el gol de LaLiga
Al inicio de la segunda parte, Diego Godín remató con el alma un córner servido por Gabi e igualó el marcador, marcador que no se movería en lo que restaba de partido. El Atlético, que venía de conquistar el Bernabéu el año anterior, había hecho lo propio en el fortín del FC Barcelona, poniendo a todo el Camp Nou en pie para corear el nombre del conjunto rojiblanco y aplaudir una gesta que, en palabras de Carlos Martínez, fue «un monumento al coraje y a la fe de los hombres del Cholo».
Sobre el verde, la fiesta colchonera, amarilla aquel día por el color de la equipación, culminó con el Cholo siendo manteado por sus jugadores. Camino al túnel de vestuarios, el argentino felicitó a Godín, afirmando que acababa de «entrar en la historia del Atlético de Madrid».
La segunda Supercopa de España de la historia del Atlético de Madrid llegó en una final a doble partido, por aquel entonces seguía en vigor ese formato, ante el Real Madrid. Las dos caras del derbi se medían en una final en la que los rojiblancos querían desquitarse de lo ocurrido apenas tres meses antes en la final de la Champions. Tras un intenso partido de ida en el Santiago Bernabéu, merengues y colchoneros no pudieron pasar del empate a 1.
El Atleti «Supercampeón» de España
Con todo por decidirse a los pocos días en el Calderón, la parroquia colchonera no falló a su cita, llenando el campo hasta la bandera para alentar al equipo, que comenzó ganando el encuentro en el primer minuto de partido con un gran gol de Mario Mandzukic. El marcador no se movió en el resto del partido y los rojiblancos se alzaron con otro título más en el 2014.
Tras una desastrosa fase de grupos de la Champions en la que el Atlético solo pudo ser tercero, los rojiblancos llegaban a la Europa League con la misión de ganarla a toda costa. Según avanzaban de ronda en el torneo, la posibilidad de llevarse el título en Lyon comenzó a verse cada vez más real. En la final, dos goles de Antoine Griezmann y uno de Gabi acabaron con el Olympique de Marsella para otorgarle al Atlético su tercera Europa League, la segunda con Simeone en el banquillo.
Los jugadores del Atlético celebrando la Europa League
Aquella pudo ser la más especial de las tres, significando esta el primer y único título de Fernando Torres con el club de sus amores. Simeone se convirtió en el entrenador con más títulos en la historia del Atlético, superando a mitos como Luis Aragonés y dejando abierta la puerta a más trofeos en los años venideros para seguir agrandando su palmarés y su leyenda.
Tras vencer en Lyon, el Atlético viajó a Tallín para disputar la Supercopa de Europa ante el Real Madrid. Los blancos venían de ganarle la final al Liverpool y querían seguir consolidando su dominio europeo sobre el Atleti. La final no pudo empezar mejor para los rojiblancos, abriendo Costa el marcador en la primera jugada del encuentro y señalando el camino hacia la victoria en aquella ocasión. El Madrid se recompuso, pero poco pudo hacer ante el vendaval colchonero que liquidó a los blancos con un contundente 4-2 que les sirvió para levantar su tercera Supercopa de Europa.
El Atleti «Supercampeón» de Europa en 2018
Aquella final es la última perdida en Europa por el Madrid y la primera en casi 40 años. Además, el Atlético se convirtió en el primer equipo en ganar el trofeo en tres ediciones doblegando en todas al Campeón de la Champions, además de ser el único en hacerlo en formato Europa League.
Tras un año complicado para el mundo debido a la Pandemia de la COVID-19, los estadios de fútbol volvían a acoger competiciones oficiales en una temporada regular (dado que se habían jugado los partidos restantes de la anterior en jornadas dispersas). Aún sin público en las gradas, el fútbol español y mundial fue testigo de un año atípico para el deporte, recordado con un sabor agridulce por los hinchas del Atlético de Madrid.
En aquel verano, Luis Suárez llegaba al conjunto colchonero habiendo sido desechado por el Barcelona y con la misión de devolverle al club y al Cholo la confianza depositada en él. El uruguayo no solo cumplió su promesa, sino que se ganó el cariño de todos los aficionados rojiblancos que le alentaban desde la distancia. Gracias a su figura y a la de otros grandes jugadores como Trippier o Llorente, el Atlético salió campeón de Liga una vez más al remontar un 1-0 en contra en el José Zorrilla con dos goles de Correa y Suárez.
Simeone manteado por sus jugadores
El Cholo vaticinó el empate del argentino en los entrenamientos previos, incitándole a «hacer un gol de puntín» como haría aquel fin de semana. Ese título liguero es el undécimo en las vitrinas del Atlético y el último hasta la fecha para el club, aunque seguro vendrán bastantes más en el futuro. Al acabar el encuentro ante el Valladolid, Simeone se dirigió a los hinchas colchoneros afirmando lo importante y bonito que era que «en un año tan complicado salga campeón el Atlético de Madrid».
En el año 2021, tras la consecución de la histórica Liga post-Covid, Simeone se atrevió a dar a conocer al público un retrato más personal de su vida y su día a día. Para ello, contó con la colaboración de grandes iconos, amigos en muchos casos, del fútbol mundial, tales como Leo Messi, Cristiano Ronaldo, José Mourinho o Pep Guardiola. En el documental “Simeone: Vivir Partido a Partido”, el Cholo analiza algunos de los puntos más importantes de su trayectoria y cuenta cómo es su día a día y su vida personal a través de seis episodios imprescindibles para todo buen colchonero y amante del deporte rey.
LAS TRES ESPINAS
A pesar de tocar el cielo en varias ocasiones desde su llegada, Simeone también ha sufrido algunos de los reveses más duros en la historia del Atlético de Madrid. El Estadio da Luz fue la sede estipulada para la final de La Liga de Campeones del año 2014, escenario donde tuvo lugar un derbi madrileño con amargo recuerdo para los hinchas rojiblancos.
Real Madrid y Atlético de Madrid se veían las caras de nuevo, esta vez en la competición fetiche de los merengues. Un forzado Diego Costa tuvo que ceder su sitio en el campo tras recaer de su lesión a los pocos minutos de empezar el partido, un contratiempo que no afectó demasiado a los rojiblancos.
Piña de los jugadores colchoneros en la final de Lisboa
Minutos después, Iker Casillas cometió un error a la salida de un córner que fue aprovechado por Godín para abrir el marcador en favor del Atlético. A pesar de haber erigido una defensa numantina a lo largo del partido, Sergio Ramos cabeceó otro córner en los últimos compases del encuentro para mandar el partido a la prórroga, donde el Madrid arrolló a los desgastados chicos del Cholo. El varapalo de Lisboa fue difícil de digerir entre la hinchada y los futbolistas, pero estos se recompusieron rápidamente para volver a saborear las mieles del éxito ese mismo verano.
El 28 de mayo de 2016, San Siro fue testigo del que es, para muchos, el mayor escándalo en la historia de una final de la Copa de Europa. Dos años después de enfrentarse en la final de Lisboa, Atlético de Madrid y Real Madrid volvían a la carga en una nueva entrega de su rivalidad europea, esta vez en Milán. Los blancos se adelantaron al cuarto de hora con un gol en fuera de juego de Ramos que no debió subir al marcador.
Tras el descanso, Griezmann desaprovechó la oportunidad de empatar el encuentro desde los 11 metros enviando un penalti al travesaño, penalti que debió repetirse dado que Keylor Navas estaba bastante adelantado. Sin renunciar al partido en ningún momento, el Atlético logró poner las tablas en el marcador tras un gran tanto de Carrasco en los minutos finales. Una clamorosa mano en el área y dos entradas feas de Ramos y Pepe sobre Torres y Carrasco que debieron ser sancionadas con la expulsión mancharon, todavía más, el arbitraje de un Clattenburg que reconoció tiempo después haberse equivocado en favor del Madrid en aquella final.
Piña del Atlético antes de la prórroga de Milán
La lotería de los penaltis volvió a decantar la balanza en favor del Madrid, fallando Juanfran su lanzamiento y anotando Ronaldo el quinto y definitivo. Aquella noche es considerada por muchos hinchas como el mayor mazazo en la historia del club, un batacazo tan cruel como polémico que volvió a dejar a los colchoneros con la miel en los labios y a Simeone con las ganas de darle al club de su vida su primera «Orejona».
Si somos estrictos con el repaso, hay que mencionar este hecho lamentable, por desgracia. La 24/25 ha sido una campaña que ha generado fuertes ilusiones entre los hinchas, hinchas a los que organismos de la UEFA les arrancaron la sonrisa hace mes y medio.
El polémico penalti de Julián Alvarez será recordado por siempre como uno de los episodios más vergonzosos en la historia de La Liga de Campeones y una de las noches más dolorosas en la era Simeone. El argentino estalló en rueda de prensa, visiblemente incrédulo ante una situación que sigue sin tener una explicación certera. El mundo fue testigo del atraco y se volcó en favor del Atleti, que miró para otro lado en lugar de tomar cartas en el asunto.
Resbalón de Julián Alvarez
Las rencillas con el Madrid fueron bastantes durante todo el año, quedando aún en la memoria el encontronazo entre Thibaut Courtois y la hinchada colchonera en el derbi de la ida y la posterior y escandalosa sanción impuesta por el Comité de Competición, sanción alimentada por miembros del Gobierno y escandalizada por la prensa y los medios de comunicación.
Molestamos, y mucho.
Volveremos, no tengáis duda.
PASEO DE LOS MELANCÓLICOS, MANZANARES… ¡CUÁNTO TE QUIERO!
Hay cosas, como quien dice, que pasan por algo. La última noche europea del Estadio Vicente Calderón es una buena prueba de ello. En las semifinales de la Champions del año 2017, el Atlético de Madrid recibía, una vez más, al Real Madrid con un marcador de 3-0 en contra tras un demoledor hat-trick de Ronaldo en el partido de ida. Los rojiblancos, dispuestos a pelear hasta el final en la que era la última noche de Champions del Viejo Manzanares, comenzaron el partido con dos goles tempraneros en los quince primeros minutos que les permitieron creer en la remontada y en el pase a la final.
Sin embargo, una gran jugada de Karim Benzema sirvió para que Isco anotase el gol que le dio acceso a los blancos a la siguiente ronda, asestando un duro golpe a un Calderón que no dejó de animar y alentar al equipo en ningún momento.
Simeone bajo la lluvia de Madrid en 2017
Ni la derrota ni la intensa lluvia que caía desde el cielo de Madrid pudieron combatir la pasión y rebeldía de la hinchada colchonera aquella noche, una hinchada agradecida y entregada al esfuerzo de su equipo a pesar de haber caído de nuevo ante su mayor rival. Los recuerdos de esa noche, a pesar de la derrota, siguen presentes en la memoria de todos los atléticos, quienes recuerdan el partido con nostalgia y como una de las noches más grandes en los 122 años del equipo.
Dos semanas después de aquel desenlace europeo en el Calderón, tocaba ponerle punto final a su historia en la última jornada de Liga frente a otro mítico del fútbol español como el Athletic Club. El Atlético de Madrid se impuso por tres tantos a uno a «Los Leones», dejando libre el terreno a un postpartido tan épico como emocional.
Leyendas de todas las décadas pasadas se reunieron en el césped del Viejo Manzanares para homenajear al estadio con un último adiós aplaudido y muy sentido por todos los presentes. Simeone salió el último entre cánticos y aplausos, dirigiéndose a su afición con el mensaje que todos querían oír: «Los periodistas me preguntan a menudo si me voy a quedar. Sí me voy a quedar. ¿Saben por qué? Porque este club tiene futuro y el futuro somos todos nosotros».
Plantilla y leyendas del Atlético de Madrid en la despedida del Calderón
Aquel discurso desató la alegría en los afligidos corazones del graderío colchonero, dolido por decirle adiós a la que había sido su casa más de seis décadas y esperanzado por ver lo que estaba por venir en el Metropolitano.
NUEVA CASA, MISMO CHOLO
Y llegó la mudanza, temida por muchos, impacientada por otros. Se hacía extraño dejar atrás más de 50 años de recuerdos a la orilla del Manzanares. Era poco habitual usar la línea 7 del Metro para ir hasta… ¿La Peineta? A pesar de todo, ellos no fallaron. Porque nunca fallan.
La afición del Atlético de Madrid comenzó su particular andadura en el Metropolitano, Wanda por ese entonces, como terminó en el Calderón: animando al equipo sin para un solo minuto. Cuando Antoine Griezmann introdujo su nombre en los libros de historia inaugurando las redes del estadio, el campo se vino abajo. En la banda seguía el mismo, alentando a su afición a seguir empujando y agradeciendo cada gesto de cariño recibido.
Griezmann celebrando el primer gol de la historia del Metropolitano
Ya no era el Calderón, era el Metropolitano. La nueva casa de todos los atléticos fue estrenada con victoria con el solitario gol de “El Principito” y fue recubierta de confeti y fuegos artificiales que certificaron el comienzo de una nueva era, extraña en un principio, pero que cada vez va resultando más familiar. Todo eso es gracias al empuje de la gente, a la entrega de los jugadores y al hombre de negro que dirige y “Calderoniza” cada tarde de domingo al nuevo feudo colchonero.
El 26 de abril del 2023 se congregó a toda la hinchada colchonera en el Metropolitano para un acto simbólico en conmemoración de los 120 años del Atlético de Madrid. El Mallorca fue el rival estipulado por LaLiga para hacer vibrar al feudo colchonero. El Atlético hizo los deberes y se impuso por 3-1, pero en aquella ocasión el fútbol era lo de menos. La fiesta y la emoción se vivieron en el post-partido, donde cientos de leyendas de toda la historia del Atleti invadieron el terreno de juego como hicieran 6 años atrás en el Viejo Manzanares.
Las leyendas del Atleti en el 120 aniversario
Entre todas aquellas figuras, la más aclamada fue la suya. Simeone salió al campo ovacionado por sus jugadores, excompañeros y por casi 70000 personas que coreaban su nombre al unísono en forma de agradecimiento por todos los años de servicio, así como un llamamiento a seguir combatiendo juntos durante las próximas campañas.
Más tarde, en la rueda de prensa posterior, Simeone exhibió el cariño que le tiene al club, así como lanzó algún dardo para los más despistados afirmando que “para venir al Atlético, primero tienes que entender lo que significa. Porque es un club que se vive y se siente, pero primero entendiéndolo”.
Tras años opacados por una falsa identidad ligada al marketing, los socios del Atlético de Madrid lograron darle un vuelco a la situación el 1 de julio del 2024. En una votación consiguiente el verano anterior, 61021 socios proclamaron la vuelta del legítimo escudo del conjunto rojiblanco, el de toda la vida. Ese mismo primero de julio se hizo efectivo el regreso del que había sido emblema colchonero durante siete décadas, una antigüedad ininterrumpida hasta la migración hacia el Metropolitano. Simeone, como el resto de su plantilla, no escondió su regocijo al enterarse de la vuelta del escudo, que ondea imponente desde el año pasado en la bandera del Metropolitano.
“A ESTE CLUB LO ENTENDÉS O NO LO ENTENDÉS”
Muchos han sido los jugadores a los que el Cholo ha podido considerar como su extensión en el campo durante estos más de 13 años de historia. Sin embargo, si hubo uno capaz de transmitir ese carácter combativo y peleón sobre el césped ese fue Diego Costa.
Los inicios del de Lagarto en el Atlético de Madrid no fueron sencillos. Los rojiblancos lo ficharon en el año 2006 proveniente del Sporting de Braga, siendo posteriormente objeto de varias cesiones a clubes de LaLiga como Celta, Albacete y Real Valladolid. Al consumarse su regreso al Atlético en la temporada 2010/2011, Costa tuvo que ver desde el banquillo como Diego Forlán y Sergio “Kun” Agüero ocupaban los dos puestos del ataque rojiblanco. Tras pasar otro año más cedido, esta vez en el Rayo Vallecano, su situación cambiaría con la llegada del Cholo Simeone.
Costa y Simeone en Stanford Bridge
El hispano-brasileño tuvo más de un rifi-rafe con su entrenador desde el principio. Costa exigía minutos al argentino, quien le reprochaba el hecho de tener ya los cupos de extranjeros cubiertos, colisionando así dos trenes de mercancías de fuerte carácter. Todo cambiaría con la primera pretemporada del delantero a las órdenes del Cholo. En palabras del propio Simeone, Costa era tan bueno en los entrenamientos “que me quería morir. Remataba todo, hacía goles de todos lados, peleaba cualquier balón…”.
Tras analizar su rendimiento y ver en Costa al jugador generacional que fue, Simeone tuvo que tragarse sus palabras, construyendo junto al ‘9’ una efímera, pero exitosa, trayectoria en el Atlético.
A lo largo de los años, muchos son los fichajes controversiales que no terminan por cuajar en los equipos que apuestan fuerte por ellos en verano. Nombres como Jackson Martínez, Nico Gaitán o Thomas Lemar son algunos de los nombres propios que no pudieron rendir como se esperaba de ellos en su estancia en el Atlético. Sin embargo, si existe un fichaje en la historia reciente que ha lastrado durante años a los rojiblancos y al propio Simeone, ese es, sin duda, Joao Félix.
En el mercado de fichajes del año 2019, el Atlético de Madrid puso toda la carne en el asador por una de las grandes promesas del fútbol europeo. Un joven Joao Félix, de apenas 18 años, venía de hacer una Europa League sublime con el Benfica y empezaba a llamar a la puerta de varios gigantes europeos. El Atlético, que había percibido alrededor de 120 millones de euros por la marcha de Antoine Griezmann al FC Barcelona, se interesó por el portugués, abonando el mismo importe por su fichaje.
En sus primeros compases como pupilo de Simeone, Joao irradiaba talento y ponía en pie al Metropolitano con cada jugada y desborde. Su rendimiento en la temporada 20/21 fue fundamental para que el Atleti se hiciera con su undécima Liga, anotando 7 goles y repartiendo 5 asistencias en la competición doméstica. A pesar de todo, la sintonía del portugués con el club fue poco a poco deteriorándose.
Joao Félix tras ganar LaLiga
En las campañas venideras, la dejadez y el pasotismo de Joao comenzó a notarse. El joven delantero quería tener más protagonismo aferrándose a la ley del mínimo esfuerzo, algo que nunca ha funcionado con el Cholo a los mandos. Su relación con el argentino fue rompiéndose, llegando a dividir incluso a la afición, carente de memoria al desequilibrar la balanza en favor de un recién llegado en lugar de una leyenda rojiblanca.
Tras varias desavenencias, Joao fue cedido al Chelsea, donde no logró rendir como se esperaba. El Barcelona se interesó por su cesión al año siguiente, aunque tampoco brilló en la Ciudad Condal. Finalmente, y tras días de incertidumbre ante la posibilidad de que se quedase en su regreso al Atlético, Joao fue traspasado definitivamente al Chelsea, donde se hartaron de él a los pocos meses para enviarlo al Milán, un rocambolesco quebradero de cabeza al que aún le queda mucho rodaje.
Antoine Griezmann lleva diez años siendo un estandarte de la era Simeone gracias a sus goles, asistencias, compromiso y amor por su club y su entrenador. El francés llegó al Atlético en 2015 como una joven promesa del fútbol español y con muchas ganas de demostrar su talento bajo las órdenes del Cholo. En su primera temporada, el delantero dejó muestras de su enorme calidad y allanó el terreno a su consolidación definitiva en el equipo en los próximos años.
A pesar de ser una leyenda total del club y uno de los jugadores más queridos por la hinchada, Griezmann tuvo una mancha, para algunos indeleble, en su expediente. Su abrupta marcha al FC Barcelona en 2019 dejó un vacío importante en la parroquia colchonera y generó bastante tensión en los despachos. El francés no fue bien recibido en sus visitas posteriores al Metropolitano, aunque siguió contando con la simpatía de un Simeone que ya gestaba el regreso del ‘7’ en un futuro cercano.
Griezmann tras regresar al Atlético
En el último suspiro del mercado veraniego del año 2021 se hizo efectivo el regreso de Antoine Griezmann al Atlético de Madrid. El ariete llegó en calidad de cedido con opción de compra, teniendo en el acuerdo entre clubes una extraña cláusula de minutos de juego completados. “El Principito”, consciente del daño que había causado con su marcha, se rapó, agachó la cabeza y trabajó desde el primer minuto por volver a ganarse el cariño de una hinchada que, en una gran mayoría, ya le ha perdonado.
Sus abrazos con el Cholo cuando solo estaba disponible para jugar 30 minutos eran mezclas de arrepentimiento y nostalgia, dos sentimientos que iban de la mano con el agradecimiento al esfuerzo y la confianza que había depositado el equipo de su vida en su fichaje. Tiempo después, juntos celebrarían la consagración de Griezmann como máximo anotador en la historia del Atlético de Madrid.
¡QUÉ MANERA DE GANAR!
El arranque de la segunda vuelta fue ideal para el Atlético de Madrid, recibiendo en el Calderón al eterno rival, al que humillaría durante todo el encuentro. Tiago abrió el marcador tras un disparo fuerte desde la frontal, mientras que Griezmann y Mandzukic redondearían una goleada épica y desatarían la locura en la orilla del Manzanares. Y no, no me he olvidado.
Golazo de Saúl al Madrid
La guinda del pastel fue, sin duda, el segundo tanto colchonero, obra de Saúl Ñíguez. El ilicitano conectó un remate de chilena dentro del área ante el que nada pudo hacer Casillas, poniendo en ese momento un colchón de dos goles y consolidando la superioridad del Atleti ante los blancos en aquella temporada.
Para ellos, un simple amistoso. Para nosotros, un ejercicio impecable de contundencia, buen juego y superioridad ante el rival. El 27 de julio del 2019, Nueva Jersey fue testigo de un derbi tan singular, como histórico. El Atlético de Madrid de Diego Simeone le asestó siete goles al Madrid de Zidane, antesala de una temporada complicada para los blancos.
Diego Costa calentando frente al Madrid
La tensión se palpó desde el inicio, acabando el partido con dos expulsados, Costa y Carvajal, y varios amonestados. En aquel encuentro solo hubo un equipo sobre el campo, comandado por un Diego Costa pletórico y capaz de perforar la portería de Courtois hasta en cuatro ocasiones. Joao Félix, Correa y Vitolo redondearon la goleada colchonera, habitualmente mencionada en las discusiones entre ambos bandos.
En un mundo alertado por una inminente pandemia mundial, el Atlético de Madrid se batió el cobre ante el entonces campeón y mejor equipo del planeta para ganarse un pase a los cuartos de final de la Champions cuando pudiesen disputarse. El Liverpool llegaba como claro favorito, habiendo resuelto su fase de grupos con suma solvencia. El Atlético, por su parte, avanzó como segundo, quedando por detrás de la Juventus de Turín.
En el encuentro de ida, los rojiblancos salieron victoriosos en un Metropolitano que vibró con su equipo como pocas veces había hecho antes. Los colchoneros defendieron un trabajado 1-0, obra de Saúl, y se llevaron esa ventaja por la mínima hasta el feudo más temible del planeta fútbol. Aquella noche, previa al confinamiento, Anfield sería testigo de una de las gestas más célebres y recordadas de la historia del Atlético de Madrid.
Llorente celebrando un gol al Liverpool
Tras aguantar las arremetidas inglesas durante todo el encuentro, un estelar Jan Oblak no pudo hacer nada ante el disparo de Wijnaldum, que llevó el partido a la prórroga. Firmino puso por delante a los “Reds” al poco de empezar el tiempo extra, desatando la locura en el feudo británico y el bajón en los corazones colchoneros. Con lo que no contaba Jurgen Klopp aquella noche era con la irrupción de uno de los estandartes del Atleti durante los próximos años.
La entrada de Marcos Llorente al terreno de juego se intuyó como una forma de ganar músculo e intensidad en el centro del campo, nada fuera de lugar. Lejos de quedarse ahí, Llorente asestó dos latigazos inapelables a la portería de un incrédulo Adrián que vio como Morata perforaba su red una vez más en la última jugada del partido. La conquista de Anfield, si bien no sirvió de mucho en aquella edición de la Champions, fue, es y seguirá siendo una de las citas más recordadas de la era Simeone y en la historia del Atlético de Madrid.
El solitario gol de Renan Lodi en los octavos de final de la Champions 21/22 le sirvió al conjunto del Cholo para salir ileso del Teatro de los Sueños. Old Trafford albergó una atmósfera vibrante que presionó hasta el final, pero que nada pudo hacer ante un Atlético bien trabajado. Los rojiblancos pasaron de ronda y, al finalizar aquel encuentro, Simeone salió a la carrera hacia el túnel de vestuarios siendo objeto de todo tipo de lanzamientos. Botellas, vasos, bolsas y una lluvia de bebidas fueron arrojadas al argentino en su regreso a las duchas, quitando hierro al asunto y zanjando el tema en el momento, sin insistir como otros.
En los octavos coperos de la temporada pasada, el Atlético de Madrid recibía al Madrid de Ancelotti en el Metropolitano. Los rojiblancos le habían cogido la medida a los merengues durante todo el año y eran prácticamente inexpugnables en su feudo. La tensión del derbi comenzó a palparse desde los aledaños, donde miles de hinchas del conjunto colchonero se agolpaban para recibir al autobús del equipo conscientes de que había bastante en juego.
Griezmann celebrando su gol al Madrid
El enrachado Samu Lino abriría el marcador para los rojiblancos, pero el Madrid lo empataría con un gol en propia meta de Jan Oblak antes del descanso. Morata volvería a poner por delante a los colchoneros en la segunda parte, pero Joselu enviaría el partido a la prórroga en los últimos compases del partido. Sería entonces cuando Antoine Griezmann agitaría la chistera con un gol de bandera tras una gran jugada individual. Rodrigo Riquelme sentenció en la última jugada un partido que hizo vibrar a la parroquia colchonera de principio a fin y que certificó su pase a los cuartos de final.
Tras un partido de infarto decidido en la tanda de penaltis, el Atlético de Madrid remontó una eliminatoria casi imposible ante el Inter de Milán en el Metropolitano. Los colchoneros venían un gol abajo del Giuseppe Meazza y encajaron otro antes del descanso.
El coraje de los hombres de Simeone les hizo remontar, empatando Griezmann el encuentro a los pocos minutos y enviando Depay el partido a la prórroga, donde no se movió el marcador. Oblak detuvo dos penaltis y Lautaro falló otro, quedando aquella eliminatoria como la más celebrada en la breve historia del Metropolitano, cuya grada se inundó de flases en respuesta a la celebración interista horas antes.
Oblak fue el héroe ante el Inter
Además del pase, el verano pasado el Cholo nos dejó un momento cómico a través de sus redes que llevaba meses ocultando en secreto. En la celebración del segundo gol de Memphis ante el Inter, Simeone, veterano de guerra, sufrió una pequeña lesión en su rodilla durante una carrera hacia el córner para festejar con sus jugadores. El Cholo lo mantuvo en secreto, pero no pudo evitar mofarse de la situación una vez fue intervenido satisfactoriamente.
18 años. Toda una mayoría de edad. Ese es el tiempo que llevaba el Atlético de Madrid sin ganar en Barcelona. Como las estadísticas están para romperlas, algo que sabe muy bien el Atleti, este año la cosa pintaba distinta. Con la posibilidad de colocarse como campeones de invierno, los hombres del Cholo salieron convencidos de poder llevarse el gato al agua en la Ciudad Condal. El gol de Pedri no desanimó a los colchoneros, que fueron capaces de recomponerse tras un golazo de Rodrigo De Paul desde la distancia.
Sorloth celebrando su gol al Barça
El momento álgido del partido llegaría en la última jugada del encuentro. Un contragolpe sublime del Atlético de Madrid pilló a todo el Barça volcado sobre el área colchonera en busca de la victoria. Molina encontró a Sorloth con un centro raso y preciso y el noruego batió a Iñaki Peña casi a bocajarro. Fue un gol simbólico, un gol que se sintió antes de marcarse, un gol que desató la locura entre los aficionados colchoneros y que quedará presente de por vida en la historia del club.
EL HOMBRE RÉCORD
Diego Pablo Simeone dirigió al Atlético de Madrid por primera vez ante el Málaga en un sobrio empate a 0 en el feudo malagueño. La Rosaleda presenció un instante que pasaría a la historia años después, marcando esa tarde el debut en los banquillos del técnico más laureado en la historia del conjunto colchonero.
Simeone en su debut como entrenador del Atlético
El centenar de partidos del Cholo tuvo un sabor agridulce. Simeone expresó su ilusión de poder competir “100 partidos con un club al que amo profundamente”, pero el hito fue aplacado por la derrota frente al Espanyol por un gol a cero.
Fernando Torres endulzó con un gran gol el segundo centenar de partidos del Cholo con el Atlético de Madrid. Simeone afirmó estar “contento con el equipo” y ver LaLiga del 2014 como “el título más importante de mi carrera”.
El 300 aniversario del argentino en los banquillos fue ante el FC Barcelona, victorioso con los goles de Rafinha y Messi. Simeone vivió de esta forma su último hito, en lo que a cifras redondas se refiere, en el Vicente Calderón.
Los 400 llegaron de una forma sublime con 4 tantos (Kalinic, Lemar, Correa y Vitolo) ante el Sant Andreu en casa en diciembre del 2018. El duelo le sirvió al Atleti para avanzar de ronda en la Copa del Rey en el Metropolitano.
Suárez fue quien alegró el medio millar al Cholo, viendo a su equipo líder y campeón de invierno con una victoria por 1-0 ante el Getafe. Simeone acabaría levantando el título de Liga aquella temporada de la mano de “El Pistolero”, quien le felicitó por sus 500 encuentros como entrenador colchonero.
Gol de Suárez al Getafe
El Arenteiro fue el rival que sufrió la victoria colchonera en los 600 encuentros de Simeone en el banquillo. El Cholo tenía entre ceja y ceja un récord que alcanzaría meses más tarde, el más especial para él.
En el anteriormente mencionado Atleti-Sevilla del 3 de marzo del 2023, el Cholo superó al mítico Luis Aragonés como el entrenador con más partidos en la historia del Atlético de Madrid. El técnico argentino, con 613 partidos a sus espaldas por ese entonces, homenajeó la figura del Sabio con una emotiva carta que concluyó de esta manera:
«Querido y eterno Luis, los valores de personas como usted, y los de tantas otras que nos ha legado este club, son los que cada día nos mueven para seguir compitiendo y dando todo de nuestra parte. Sé que el Atleti fue tu vida y tú sabes que el Atleti también es la mía, por eso no quería que este momento pasara desapercibido, porque sé que hoy sólo tú puedes comprenderme»
700 partidos, un pionero. Nadie en la historia de LaLiga lo había logrado antes, y se presupone complicado que alguien lo consiga. El Atleti remontó como no podía ser de otro modo. Griezmann y Sorloth le dieron la vuelta a un marcador adverso en homenaje a la figura del Cholo, visiblemente emocionado al acabar el encuentro, afirmando querer mucho al lugar donde está.
55. Olé, olé, olé, Cholo Simeone
Diego Pablo Simeone es el Atlético de Madrid hecho persona. No solo lo entrena: lo encarna. Su garra no es pose ni discurso, es instinto. Vive cada partido como una batalla que hay que ganar desde la primera mirada, desde el primer choque. Lo suyo no es el fútbol bonito, es el fútbol que se pelea, que se sufre, que se gana con el alma.
Simeone no entiende el juego sin compromiso. Sus equipos no caminan: corren, chocan, muerden. Exige al jugador que se deje la piel, que sienta el escudo como él lo siente, como algo sagrado. No tolera la dejadez ni la vaguería. Y esa exigencia es exactamente lo que el Atleti necesitaba para convertirse en lo que es hoy: un club con identidad, con orgullo, con una forma de estar en el mundo.
Simeone en el Metropolitano esta presente temporada
Su amor por el Atleti es auténtico, de esos que no necesitan palabras. Volvió como entrenador para devolver al club a la élite, y lo logró con sudor, con trabajo, con una mentalidad de acero. Ha sido campeón en España, ha peleado finales europeas, ha hecho que un equipo que siempre miraba hacia arriba ahora mire de tú a tú al que sea.
Simeone es el estandarte de un Atlético que no se rinde jamás. Su legado no son solo los títulos, sino una forma de entender la vida: esfuerzo, humildad, resistencia, y orgullo.
Eso es el Cholo.
Eso es el Atleti.
Aunque un apagón repentino me haga ir algo tarde, que cumplas muchos más.