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·9 de septiembre de 2025
#SOSLleidaCF : Salvemos al Lleida CF

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·9 de septiembre de 2025
Las deudas vuelven a apoderarse de un histórico del fútbol español que está condenado a disputar la categoría más baja del fútbol nacional.
El Lleida CF atraviesa la peor crisis de su historia reciente. Impagos a jugadores y técnicos, un descenso administrativo que lo condena a Tercera Federación y un conflicto abierto con el Ayuntamiento por el uso del Camp d’Esports ponen en jaque a una institución con más de ocho décadas de recorrido. Mientras el Atlètic Lleida ha ocupado su plaza en Segunda Federación, el club histórico lucha en los tribunales y en la opinión pública por sobrevivir.
El verano de 2025 quedará marcado en la memoria del fútbol leridano. El Lleida CF, heredero de la histórica UE Lleida, no pudo hacer frente a los pagos de su plantilla desde enero y acumuló deudas insalvables. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) decretó su descenso administrativo a Tercera Federación, rechazando cualquier prórroga solicitada por el club.
El golpe fue demoledor. No se trataba de un mal año deportivo, sino de un colapso financiero que amenazaba con liquidar a la entidad. La federación llegó incluso a subastar su plaza en Segunda RFEF por 288.920 euros, cifra que finalmente pagó el Atlètic Lleida, club fundado en 2019.
En paralelo, la directiva del Lleida CF optó por acogerse a un preconcurso de acreedores, buscando en los tribunales una suspensión cautelar de la sanción. El movimiento no frenó la sangría: el club despidió a buena parte de su plantilla y cuerpo técnico, y la palabra “desaparición” comenzó a resonar con fuerza en la afición.
Si las dificultades económicas no fueran suficientes, el Lleida CF se ha visto envuelto en un pulso institucional con el Ayuntamiento de Lleida. El estadio del Camp d’Esports, su casa histórica, se ha convertido en epicentro de la polémica.
El último capítulo lo protagonizó un comunicado oficial del club, difundido en septiembre, en el que denunciaba que la Paeria pretende retirarle la condición de usuario del estadio, argumentando que ya no necesita las instalaciones tras el descenso administrativo. Según el escrito, el Ayuntamiento presentó un recurso de apelación contra la resolución que permitía la ejecución provisional de la sentencia del convenio de uso del campo.
El club lamenta que, en lugar de ofrecer soluciones, el consistorio haya roto los canales de diálogo abiertos en reuniones anteriores. Además, critica que no se tengan en cuenta los acuerdos alcanzados con el Atlètic Lleida y el AEM femenino para compartir el uso del estadio.
Desde la Paeria, en cambio, se defiende que el convenio vigente garantiza que el Lleida CF puede seguir compitiendo en el Camp d’Esports. El teniente de alcalde, Carlos Enjuanes, negó categóricamente que se pretenda expulsar al club del estadio y acusó a la directiva de utilizar comunicados públicos para presionar en plena batalla judicial.
El ascenso del Atlètic Lleida al escenario principal del fútbol local es uno de los puntos más controvertidos. Tras adquirir la plaza vacante en Segunda Federación, el club de reciente creación pasó a convertirse en inquilino del Camp d’Esports, compartiendo su uso con el AEM y, en teoría, con el Lleida CF.
Para muchos seguidores del Lleida CF, la operación supone un intento de suplantar al club histórico. En las gradas, el debate se enciende: hay quienes acusan al Atlètic de “comprar” el lugar que no logró en el campo, mientras otros recuerdan que el club solo aprovechó una oportunidad legal tras los impagos del rival.
Lo cierto es que, a ojos del aficionado neutral, la convivencia entre ambas entidades es complicada. Mientras el Atlètic se presenta como un proyecto solvente y en expansión, el Lleida CF se aferra a su legado histórico y a la fidelidad de una parte de la hinchada que se resiste a dejarlo morir.
El Lleida CF no es un club cualquiera. Su origen se remonta a la Unió Esportiva Lleida, entidad fundada en 1939 que vivió años dorados en Segunda División e incluso una temporada en Primera, en 1993-94. El actual Lleida CF heredó ese legado tras la desaparición de la UE Lleida en 2011 por deudas, intentando mantener viva la llama del fútbol de élite en la ciudad.
Esa carga histórica explica en parte el dolor de la afición. Para muchos, ver al Lleida CF al borde de la liquidación por segunda vez en poco más de una década es un símbolo del deterioro institucional del fútbol provincial. En este contexto, la batalla por el Camp d’Esports es mucho más que una disputa contractual: es la lucha por mantener un lugar de pertenencia y memoria colectiva.
La situación actual del Lleida CF puede resumirse en tres frentes abiertos:
Cada uno de estos frentes por separado supondría un reto para cualquier club. Juntos conforman un escenario de alta complejidad que amenaza seriamente la supervivencia del Lleida CF.
La afición se encuentra dividida entre el desencanto y la resistencia. Las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo bajo etiquetas como #SOSLleidaCF, pero también de críticas a la gestión de la directiva.
Exjugadores, técnicos y periodistas locales han pedido públicamente salvar al club, recordando su papel como referente deportivo y social de la ciudad. Al mismo tiempo, algunos sectores reclaman una refundación desde cero, siguiendo el ejemplo de otros equipos históricos que lograron renacer tras su desaparición.
El Ayuntamiento, por su parte, busca mantener una posición institucional de neutralidad, pero su choque con el club por el Camp d’Esports lo ha situado en el centro del huracán.
El desenlace sigue siendo incierto. La vía judicial marcará en gran parte el destino inmediato del club. Si logra mantener el uso del Camp d’Esports, aunque sea de manera provisional, tendrá un espacio para competir y reorganizarse. Sin embargo, la sombra de la desaparición sigue presente.
El Atlètic Lleida avanza en paralelo, consolidándose en Segunda Federación y atrayendo a parte del tejido social y empresarial de la ciudad. La pregunta es si Lleida tiene espacio para dos proyectos de fútbol semiprofesional o si, inevitablemente, uno acabará desplazando al otro.
Salvar al Lleida CF es mucho más que una cuestión deportiva: es defender un sentimiento, una identidad y una memoria compartida que trasciende generaciones. Estamos hablando de 85 años de historia, de tardes inolvidables en el Camp d’Esports y de una afición que nunca ha dejado de creer en su equipo. Dejar morir al club sería condenar a la ciudad a perder un pedazo de sí misma, un vínculo que une barrios, familias y recuerdos. En un fútbol cada vez más dominado por intereses económicos, mantener vivo al Lleida CF es un acto de resistencia y de amor por lo que realmente significa este deporte: pasión, comunidad y pertenencia.
#SOSLleidaCF
Imagen principal vía: Lleida CF
Escrito por Juan J. Velazquez Fdez., pueden seguirme en X @juanvelazquezfd.
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