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·3 de diciembre de 2025
Szczęsny destapa su batalla personal y Flick lo deja sin palabras

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Wojciech Szczęsny siempre ha sido un portero diferente. Con personalidad, con carácter y con esa mezcla de honestidad brutal y rebeldía que, a veces, incomoda tanto como fascina.
El veterano portero acumula más de 500 partidos, más de 60 porterías a cero desde 2019 y un porcentaje de paradas que supera el 78% en Champions League. Pero sigue librando una batalla íntima.
La arrastra desde sus años en Londres. Una batalla que él mismo decidió exponer ante Hansi Flick sin filtros ni maquillaje.
Lo hizo porque no quería que nadie se enterara por terceros. Porque sabe que su pasado todavía persigue su nombre en buscadores o redes sociales. Porque aquella sanción del Arsenal, de hace más de una década, se convirtió en uno de los episodios más virales del fútbol inglés.
No fue por un error bajo palos. No fue por un acto de indisciplina en el campo. Fue por algo tan humano como un vicio mal visto en la élite.
Szczęsny tiene un problema con el tabaco | Facebook
El portero acudió a Flick como cuando explicó, en 2015, que el Arsenal lo castigó tras encontrarlo fumando en los vestuarios. Un gesto que desató titulares, críticas y memes en Inglaterra durante semanas.
En un informe publicado por "Sporting Health UK" en 2023, se estimaba que un 12% de jugadores de Premier League admite consumir tabaco ocasionalmente, aunque la mayoría lo hace en secreto. Él nunca quiso esconderlo.
Ese episodio le marcó tanto que, incluso hoy, todavía recibe preguntas sobre aquello. Incluso hoy, su nombre aparece ligado a palabras como "disciplina", "castigo" o "vicio". Por eso, antes de que alguien del entorno del Barça malinterpretara una imagen o un comentario, decidió adelantarse.
Se sentó frente a Flick y puso el tema sobre la mesa con una mezcla de sinceridad y resignación: “Tengo esto. Sigo luchando con ello. No quiero que afecte al grupo”.
Lo que no esperaba Szczęsny fue la respuesta del alemán. Según fuentes internas, Flick no levantó una ceja.
No dramatizó. No sermoneó. No repitió el discurso paternalista de Arsene Wenger, que lo expulsó del grupo en su momento.
Flick, que en el Bayern ya había gestionado situaciones personales de jugadores basándose en datos científicos, fue directo: rendimiento, métricas, cifras. Todo lo demás, dijo, pertenece al terreno de lo personal.
Si el portero mantiene los niveles de las últimas cinco temporadas —por números entre los cinco mejores de Europa—, no habrá conflicto.
El entrenador solo pidió una cosa: discreción para evitar que el ruido externo devore al equipo. Szczęsny, según cuentan, salió de la charla impactado.
No porque le dieran permiso. Sino porque, por primera vez en mucho tiempo, alguien trató su “problema” como lo que es: un asunto humano, no un delito deportivo.









































