Tenías que ser tú | OneFootball

Foto: Aitor Alcalde / Getty Images

La historia del Celta estará por siempre ligada a la de Iago Aspas. Sus heroicidades aburrirán a nuestros nietos cuando los tengamos, aunque al menos no podrán decir que siempre contamos lo mismo, ya que tendremos un variado ramillete de actos heroicos, salvaciones, ascensos, clasificaciones europeas, y ojalá algo más en el futuro.

Ayer lo volvió a hacer y la realidad es que no podía ser otro. Ya se lo dijo Claudio Giráldez hace unos días en un entrenamiento: "Tienes que ser tú". Y es así, no podía ser otro. En 1998 el gol definitivo lo marcó Vlado Gudelj, que también tenía que ser él en aquel momento. 27 años después ambos se fundieron en un abrazo que tuvo mucho ver con este hecho después de que el moañés anotase el 2-1.

No hay gran celebración en los últimos años, con el honroso doblete de Gabri Veiga, en el que no haya aparecido Iago Aspas. En 2009 marcó un doblete al Alavés que daba la permanencia en Segunda División en un momento muy complicado a nivel económico. Fue el héroe en 2012 para el ascenso, y para la permanencia un año después. Tras su periplo por Liverpool y Sevilla volvió para devolver al Celta a Europa, y fue una pena que ese balón que le cayó a Beavue no le hubiese caído a él, o que el receptor del pase, en lugar de ser Guidetti, hubiese sido Aspas.

En 2019 A Nosa Reconquista fue enteramente suya, y ayer volvió a hacerlo anotando con la pierna derecha en un tiro que no será recordado como el mejor de su carrera por su ejecución, pero con su inteligencia habitual lo puso exactamente en el lugar al que no podía llegar David Soria. Iago Aspas en su máxima esencia. Poco más le queda por hacer. Aunque sí algo. Ojalá lo cumpla.