La Oral Deportiva
·27 de agosto de 2024
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Foto: Gaston Brito Miserocchi/Getty Images
La derrota 1-0 sufrida por Peñarol en su visita a The Strongest debe ser de las más dulces de su historia. El carbonero está entre los ocho mejores de América luego de haber planteado un partido inteligente y ordenado, lo cual le permitió sacar renta de la goleada 4-0 que había obtenido en la ida una semana antes.
Ya escribíamos entonces que si no estaba asegurada la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores era no tanto por el rival del carbonero, sino porque la revancha sería a 3.600 metros de altitud. Los partidos duran en todos lados igual: 90 minutos. Sin embargo, en La Paz parecen durar mucho más: como 120.
La falta de oxígeno se sufre en todo momento, pero en algunos más que en otros. Después de los primeros 10 minutos se da el primer ahogo y Peñarol lo aguantó bien, porque el 5-4-1 planteado por Diego Aguirre le dio consistencia a la defensa, evitando grietas y así anular una de las armas principales de los bolivianos en la altura: el remate de larga distancia aprovechando que la pelota va más rápido.
Quedó claro que el mirasol resignó todo protagonismo ofensivo, porque el técnico partió el equipo y Maxi Silvera quedó solo en ataque. La consigna era tener la pelota lo más lejos del arco propio, no dejar espacios y cuando se tuviera la pelota aguantarla lo máximo posible para tratar de sacar alguna falta que le diera a Leo Fernández la posibilidad de ejecutar algún tiro libre. Todo esto ocurrió, aunque el talentoso delantero no pudo embocar ningún envío al arco.
Todos los equipos que habían visitado a The Strongest en esta edición habían perdido y no habían anotado goles, por lo cual Peñarol tuvo la virtud de reconocer que ir a pelear el partido era un dislate. Por lo tanto la idea fue hacer rendir los cuatro goles de ventaja de la ida y perder por una diferencia corta. Y esto hay que resaltarlo, porque se entendió que era un partido de 180 minutos y luego se ganaba 4-0, por lo cual el objetivo era que el rival no descontara esa diferencia.
Los titulares de Peñarol ante The Strongest. Foto: Aizar Raldes/AFP via Getty Images
The Strongest no encontró nunca los caminos para poner en riesgo la clasificación del carbonero, porque incluso el gol llegó a través de un penal que vio el VAR luego que la pelota diera en el brazo de Leo Coelho. Hay que decir que la falta era cobrable por lo cual no hay nada que reprocharle al árbitro, pero tampoco podría habérsele achacado nada al chileno Cristian Garay si no lo sancionaba, porque podría haber interpretado que no hubo espacio ni tiempo para el defensa mirasol de haber sacado el brazo de la trayectoria de la pelota luego del cabezazo de Triverio que desvió el balón cuando era marcado cuerpo a cuerpo por el brasileño.
El local anotó y ganó, pero no le alcanzó porque careció de ideas claras para vulnerar a un Washington Aguerre que fue el arquero se necesita en esta clase de partidos: clave. No tuvo voladas espectaculares, ni ganó duelos personales; simplemente dio seguridad al salir a cortar centros y respondió con solvencia cuando lo pusieron en aprietos.
Peñarol está en cuartos de final de la Copa Libertadores, algo que no ocurría desde 2011, cuando el técnico también era Diego Aguirre. Ahora, con US$ 1.700.000 asegurados en la cuenta bancaria, espera por el rival, que saldrá de la serie que Flamengo le gana 2-0 a Bolívar y que curiosamente también se definirá en La Paz este jueves.
Estadio: Hernando SilesHora: 19.00TV: ESPN y Disney+Árbitro: Cristian Garay (CHI)VAR: Francisco Gilabert y Miguel Araos (CHI)Gol: 44′ E. Triverio (TS) de penal.
Meterse entre los ocho mejores de América, algo que no consigue desde 2011 cuando llegó a la final de la Copa Libertadores, es el objetivo primordial de Peñarol y está muy cerca de conseguirlo. El 4-0 conseguido en casa ante The Strongest en la ida de los octavos de final le reservó medio pasaje a la siguiente ronda, pero ahora viene lo más difícil: defender esa ventaja a 3.600 metros de altitud.
El aurinegro se presenta este miércoles a la hora 19.00 en el estadio Hernando Siles y llega con un plantel descansado, dado que el técnico Diego Aguirre rotó completamente el equipo titular en el 0-0 ante Cerro Largo en el inicio del Clausura. No obstante quedan algunas dudas sobre la estrategia elegida por el equipo carbonero para afrontar este compromiso a tanta altitud.
Viajó el domingo por la tarde, por lo cual llegó a La Paz tres días antes y no suele ser lo indicado. Lo que se estila es viajar al llano y desde ahí subir el mismo día del partido para estar la menor cantidad de tiempo expuesto a los efectos de la altura. Es que, por lo visto en el partido de ida, el principal rival de Peñarol es el entorno geográfico, del que claramente The Strongest saca provecho. Allí ganó sus 3 juegos de local en fase de grupos y lo hizo sin recibir goles. Incluso en el último choque venció 4-0 sobre Huachipato, precisamente el resultado que necesita ante el mirasol para igualar la serie.
Ahora bien, Peñarol tiene argumentos como para ilusionarse, como por ejemplo que nunca perdió por cuatro goles en sus nueve presentaciones por Libertadores en La Paz, ciudad que visitó por este torneo por última vez en 2018 y en la que cayó 1-0 precisamente ante The Strongest.
Evitar contraataques directos del rival, interceptar las líneas de disparo porque en la altura la pelota viaja más rápido y eso lo aprovechan bien los bolivianos y ser un equipo compacto para defenderse con la pelota y no desgastarse son las claves aurinegras para lograr una clasificación que no solo daría prestigio deportivo, sino que aportaría US$ 700.000 a las arcas del club.