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·23 de noviembre de 2022
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El ex Milan, ganador de tres Balón de Oro y actual presidente de Liberia, intentó tres veces llevar a su país a la Copa del Mundo pero nunca lo logró. La historia de una familia con cuatro nacionalidades.
Hay quienes afirman que en la vida los hijos deben superar a los padres. En cualquier actividad. Tal vez Timothy no obtenga tres Balón de Oro ni llegue a ser presidente como el liberiano George Weah, su papá, pero logró jugar una Copa del Mundo y además marcó un gol en el debut.
Cuando ya era un juvenil con futuro, Timothy tenía cuatro opciones para ser jugador de Selección: Liberia, el país de origen de George; Jamaica, el de su madre; Francia, donde ya jugaba hacía un par de años y tenía la nacionalidad también por su padre; o Estados Unidos, su lugar de nacimiento. Fue a finales de 2017 cuando aceptó jugar en el seleccionado estadounidense y cinco años después acaba de marcar el primer gol yankee en el Mundial de Qatar. “No conocía nada más que los Estados Unidos. La elección fue muy simple”, confesó tiempo después.
Su papá fue un extraordinario delantero que ganó el Balón de Oro africano en 1989 y 1994, el europeo en 1995, y que intentó tres veces sin éxito clasificar a Liberia a una Copa del Mundo. La última vez, para Corea/Japón 2002, el seleccionado liberiano dominó su grupo durante toda la Eliminatoria y llegó puntero a la última fecha, el 29 de julio de 2001, que quedó libre. Nigeria venció 3-0 a Ghana y logró la clasificación. El pequeño Tim, que había nacido en Nueva York, donde se instaló su familia tras la primera guerra civil liberiana, apenas tenía un año y cinco meses.
Tim nació el 22 de febrero de 2000 en Brooklyn, una de las ciudades más características de Nueva York. George ya había dejado el Milan, donde brilló durante cuatro temporadas y media, y estaba en el Chelsea de Inglaterra. Luego pasaría al Manchester City y más tarde al Olympique de Marsella. Eran tiempos en los que volaba todas las semanas en un Concorde, el avión supersónico que unía Londres con Nueva York en menos de 4 horas, para estar en los tiempos libres con su familia, que residía en Valley Stream en Long Island, en las afueras de Queens. Tras vivir un tiempo en Nueva York, los Weah se mudaron a Pembroke Pines, una ciudad estadounidense en el sur del condado de Broward, Florida.
Aunque obtuvo la nacionalidad francesa cuando ya jugaba en el Paris Saint Germain, en 1993 y tras cuatro años de jugar en el Mónaco, para ya no ocupar cupo de extranjero, y la norteamericana, gracias a su segunda esposa Clar Duncan, George siempre tuvo a su país en el corazón. «Estoy muy orgulloso de ser liberiano. Amo a mi país y a su gente. Evidentemente, me hubiese encantado disputar la Copa mundial, pero logré tanto en mi carrera deportiva que no me puedo quejar. La única decepción es que muchos otros integrantes de la Estrella Solitaria ni fueron al Mundial ni tuvieron el éxito personal que tuve yo».
Weah se retiró a los 36 años, en 2002 y luego se dedicó a la política. En 2018 fue electo presidente de su país. Se puede afirmar que Tim es el primer hijo de un Presidente de la República en anotar un gol en la historia de los mundiales.
Tim tiene dos hermanos mayores, George Jr y Tita, y desde pequeño abrazó su pasión por el fútbol. En Florida jugó para el West Pines United FC, pero más adelante la familia volvió a Nueva York, a Queens, donde Tim pasó a jugar en el Rosedale Soccer Club, un club que era propiedad de Michael Weah, el tío de Timothy.
Pero su destino estaba, como su padre, en Francia. El joven de 22 años lo contó en una entrevista: “Tomamos la decisión con mi madre de fichar en París porque mi padre había jugado allí, porque yo tenía familia allí y porque sabía que el presidente era una buena persona. Siempre quise jugarlo. Cuando llegué, estaba Zlatan, Di María, Thiago Silva. Jugadores que vi en la televisión. Para mí fueron modelos a seguir».
Además, contó lo que sintió en aquellos comienzos: “Cuando entrené con él (por Neymar) por primera vez, fue una locura, realicé mi sueño. Imagínate, a los 18 ya tienes esta oportunidad, fue increíble”.
Tras unas temporadas en las formativas del Paris Saint Germain, Tim debutó en la Ligue1 el 3 de marzo de 2018 ante el Troyes (2-0) reemplazando al argentino Giovani Lo Celso, quien justamente se quedó sin mundial por una lesión. Veinticinco días después, también hizo su estreno en la selección norteamericana, en la victoria por 1-0 ante Estados Unidos. Curiosidades de la vida, el 22 de enero de ese año su papá fue electo presidente de Liberia.
Luego de disputar 6 partidos y anotar dos goles en el PSG, Tim emigró al Celtic de Escocia, donde jugó 17 partidos (4 goles) en la temporada 2018/19. Desde 2019 brilla en el Lille de Francia (81 encuentros y 8 goles).
“Está viviendo a través de mí porque nunca tuvo la oportunidad. Está emocionado. Él está feliz”, contó Tim hace unos días en una nota publicada en The Washington Post. Allí, también contó que la primera vez que fue a una Copa del Mundo fue a Sudáfrica en 2010, con apenas 10 años, acompañando a su padre. Fueron testigos del triunfo de España sobre Holanda, hoy Países Bajos, en la final.
Le gustó tanto aquella fiesta del fútbol que íntimamente se convenció que un día formaría parte como protagonista. Lo consiguió. Y más allá del empate en el debut, además redobló el sueño de su padre: debutó con un gol en su primera Copa del Mundo.
/Clarin