La Galerna
·28 de octubre de 2025
Trabajada victoria sobre el Barça, el CTA y Mediapro

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·28 de octubre de 2025

No se equivoquen. Estamos muy contentos, claro. Hemos vuelto a competir contra nuestra némesis del último año, contra el equipo invencible ayudado por un entramado corrupto de todas las formas posibles. Hemos tenido intensidad, hemos generado ocasiones, hemos visto cómo mejora nuestro fútbol y cómo vamos recuperando jugadores para la causa. El bien, esta vez, ha prevalecido sobre el mal, tres goles anulados después y un penalti catedralicio cancelado por el VAR. Todo en un mismo partido, como es costumbre.
El aparato prevaricador-corruptor sigue en plena forma. A los dos minutos de partido, penalti indiscutible, de los de antes, de Lamine a Vinícius. Correrán ríos de tinta para explicar que si el espacio estaba ocupado, que si la abuela fuma. Horas de tertulias, minutos de YouTube y el tonto mirando el dedo. El árbitro pitó instantáneamente. Lo vio claro. A veces los árbitros pitan lo que imaginan y otras de oído. Esta vez la reacción fue instintiva, inmediata. Penalti.

El VAR hizo lo que nos explican sesudamente que no hace: rectificar una apreciación del árbitro de campo. Un par de jornadas después de decir que se va a limitar su intervención, ahí lo tienen: protagonista de un clásico. El VAR invitó al árbitro a rectificar ofreciéndole la toma más confusa posible de la jugada. Subliminalmente: “César (Soto Grado), que te la estás jugando…”. El VAR de Roures y de Benet al rescate, porque el proveedor VAR sigue siendo Mediapro, avalista del Barcelona y cooperador necesario de las palancas fake de las que ya nadie se acuerda.
Me he tomado la molestia de revisar algunas retransmisiones internacionales para comprobar si estoy siendo víctima de mi madridismo enfermizo. Nada. Estoy bien. Práctica unanimidad de los grandes medios. Nadie se explica la anulación del penalti. El Nuevo Testamento del fútbol sólo aplica en España y sólo lo aplica el CTA como herramienta de confusión para legitimar una decisión, su contraria o la reversibilidad de cualquiera de las dos. Una discrecionalidad como nunca se ha visto en el fútbol.
El bien, esta vez, ha prevalecido sobre el mal, tres goles anulados después y un penalti catedralicio cancelado por el VAR. Todo en un mismo partido, como es costumbre
Diez minutos después, los monigotes y el frame corruptor de Clos Gómez para llevarnos de vuelta al espejismo de la neutralidad tecnológica. Gol anulado a Mbappé por uno de esos fueras de juego de prepucio. He oído en un programa nocturno de deportes que "te tienes que fiar, no se puede dudar de todo". Muy conveniente. El equipo del tertuliano no tiene 39 goles anulados por el VAR, tiene sólo 14. Otra vez nos quieren mirando el dedo que señala la Luna. Ni nos ponen la acción previa (cesión de Fermín), ni la toma con la posición de los jugadores y el golpeo del balón en la misma imagen. Es una burla. No podemos creernos los muñecos a estas alturas. Nunca más después de que el propio Clos nos explicara cómo se eligen (manipulan) los frames desde la sala VOR. A calzón quitado. Con el mundo del fútbol mirando desde los cinco continentes. Golazo de póster de Mbappé al purgatorio del CTA donde aguardan justicia las almas de los goles anulados por dinero, por antimadridismo, por el odio visceral a Florentino desde la ciénaga del fútbol.

Lo sustantivo: tres puntos más. Lo importante: contra un conglomerado corrupto. Nos vamos a cinco puntos del único rival serio para la liga. Eran siete en febrero del año pasado, justo antes de la salida en tromba del CTA que nos alejó del título. Hay que mantener alta la guardia. Xabi sigue en el ojo del huracán del vinagrismo porque el Real Madrid no juega como los Harlem Globetrotters y porque no les metimos cinco a los corruptos. Siempre encuentran un problema para cada solución. Xabi aún no ha lubricado los automatismos ni ha convertido en espartanos a los jugadores de más brega, pero está en ello. Vimos un Real Madrid intenso en la primera mitad, con un derroche de energía que pagamos en el último cuarto de partido. 23 remates, 10 entre palos. Pudimos hacer daño, pero no hubo acierto y cuando lo hubo el CTA salió al rescate.
Xabi no llegará este año a los registros de Mourinho en la temporada 2012, cuando el equipo se juramentó en torno a Excalibur y se consagró a una batalla cruenta y sagrada que dejó víctimas en los rivales y también en nuestras filas. Hoy sabemos lo necesario que fue el sacrificio. Alonso ha heredado una alta misión. Alonso, ahora mismo, es el club. El antídoto contra un sistema que ha normalizado dos o tres intervenciones VAR decisivas en cada partido y que se nos anulen dos o tres goles cada jornada sin que le sorprenda a nadie. Largos minutos para validarnos cada gol, incluso cuando no hay nada que validar. Largos minutos para pitarnos un penalti a favor, por si apareciera una brizna de hierba en mal sitio, un flequillo, una oreja. Unos segundos para anularnos goles o para despitarnos penaltis desde la sala de prevaricación. Si @Futbolgate analizara el tiempo dedicado al análisis VAR cuando nos perjudica y cuando nos favorece y comparase los registros con los de ese equipo que tenemos en mente...
Xabi sigue en el ojo del huracán del vinagrismo porque el Real Madrid no juega como los Harlem Globetrotters y porque no les metimos cinco a los corruptos. Siempre encuentran un problema para cada solución
Y luego, toda la farfolla de los medios para que no miremos detrás de la cortina: Lamine y sus modos de cani poligonero... que si hay riesgo de mal ambiente en la selección... ¿realmente le importa a alguien? Si Lamine fuera inteligente estaría callado una temporada y se tragaría su propio sapo. No parece ser consciente de que está siendo el tonto útil de un circo en el que cree ser el protagonista mientras otros se llevan la recaudación y les importa una higa que el león le pegue una dentellada o que caiga desde el trapecio en un salto sin red. Es un crío. La picadora de carne humana de las redes ha detectado que Lamine tiene dudas sobre si de mayor quiere ser futbolista legendario o "personalidad de internet". El primer camino es el de un deportista de élite, requiere sacrificio, dedicación y no ser gilipollas. El otro, no.
Mientras tanto, en la pista del circo de COPE, el titular la noche del domingo fue Vinícius y su mal gesto al ser sustituido. 16 minutos en la apertura del programa para Vini con unanimidad en la censura. Manolo Lama, en una de sus extravagancias más propias de un deterioro cognitivo irreversible que de la edad, ha llegado a comparar a Vini con un perro que le hace mucha gracia al dueño cuando ladra a los vecinos o muerde a alguien por la calle, pero que le deja de gustar cuando muerde la mano que le da de comer. Lama. Otra vez Lama y su universo de bar de barrio cutre, de trilerismo y de miseria moral en el que vive su vida. Lama. El colchonero antimadridista que ha vivido del Real Madrid toda su vida. Paradojas del periodismo deportivo de la pobre España.

Y qué me dicen de Marca. Esta vez, "la central lechera" en sus calificaciones de los futbolistas del partido puso a Carreras y a Camavinga (¡Camavinga!) la misma valoración que a los desaparecidos e intrascendentes Rashford y Ferrán: una estrella. No fue lo peor. Agárrense: Vini se llevó un suspenso (-), idéntica calificación que Lamine, en un intento de igualar lo inigualable, la indolencia del español y la voluntad de hierro del brasileño, percutiendo una y otra vez, agresivo en defensa, generando el pánico en el área rival, provocando un penalti y siendo clave en uno de los goles. Marca es un instrumento necesario para propagar y mantener el relato putrefacto y la ocultación de la miseria del fútbol español, tras el velo de una objetividad que perdieron cuando vendieron su alma al diablo por treinta monedas de plata.
Desde que entendimos la repercusión y el valor del saldo arbitral a los damnificados por el Negreirato nos ha dado por hacer números para explicar las cosas. Mi mente ingenieril, en sintonía con la de nuestro inimitable Teleco Calvo, @AtalayaBro37373, ya no da nada por sentado hasta ver coeficientes, porcentajes, estadísticas. Según la valoración de Marca, los jugadores del Real Madrid terminan con 1,5 sobre tres posibles estrellas. Siendo el 3 la excelencia, el dos un notable y el uno un aprobado, nuestro once habría tenido una calificación media de aprobado alto. El Barcelona habría promediado 1,28. Aprobado alto también. ¿Es esto lo que vieron el domingo, queridos galernautas? Estoy abierto a discutirlo.
Será una buena semana. Hemos ganado merecidamente a los corruptos en el campo, a los esbirros del CTA en su sala oscura y al consorcio Tebas-Mediapro con su tramposa tecnología disfrazada de modernidad, de una tacada. Lo han intentado. Han hecho lo que han podido, pero esta vez no ha sido suficiente. Sólo les pido que no miremos al dedo que señala ni nos traguemos los señuelos. Xabi, el club y el vestuario sabrán manejar lo de Vini, estamos contentos por la victoria, pero nada ha cambiado en el corrupto fútbol español, seguimos teniendo la imperiosa necesidad de mandar a los corruptos a segunda, cortar el grifo a los medios después de desinfectarlos y rociar el CTA y LaLiga con lejía hasta que huelan a limpio. Costará.
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